El rescate de Bankia cuesta más que comprar cuatro bancos juntos, Banesto, Popular, Sabadell y Bankinter
Gonzalo Garteiz
El rescate de Bankia se ha convertido en uno de los mayores disparates financieros que se hayan producido en la historia de España, y posiblemente en la tumba política del actual ministro de Economía, Luis de Guindos, que no ha hecho otra cosa que jurar y perjurar que el saneamiento de la banca no costaría dinero al contribuyente, y hace dos días cuantificaba en al menos, 9.000 millones de euros, las nuevas necesidades del banco que preside ahora José Ignacio Goirigolzarri, cuya vanidad al parecer necesitaba otra vez la droga del poder, que los 53 millones cobrados por pensión acumulada con 55 años no le concede.
Si a los 4.465 millones inyectados en BFA, la matriz de Bankia, que en un principio fueron un préstamo y ahora se capitalizan, los nuevos requerimientos del banco creado con la fusión de siete cajas de ahorros, se le añaden otros 9.000 millones, sale una cifra muy superior a la suma de lo que valen en Bolsa cuatro entidades de gran calado, Banesto, Popular, Sabadell y Bankinter, con valoraciones de 1.856 , 3.435, 3.408 y 1.856 millones de euros respectivamente.
Frente a esta locura de inversión pública, sin garantía alguna de que la apuesta vaya a salir bien, el Congreso ha evitado la apertura de una comisión de investigación, que permita depurar responsabilidades en la mayor quiebra financiera de la historia de la banca española, y trasladar al juzgado las pesquisas si se apercibieran indicios de delito. El balance de Bankia contiene multimillonarios créditos concedidos a amigos, parientes y bienhechores, sin las garantías que exige una buena práctica bancaria, y no pasa nada.
Mientras tanto, las empresas y los particulares solventes son desplumados con las líneas de crédito a tipos del 9% y superiores, comisión incluida, mientras las entidades financieras prestamistas han conseguido dinero al 1% en el BCE. Esta es la realidad del sistema financiero, tolerada por el Gobierno y el Banco de España, a cuyo frente todavía sigue Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el hombre que ha permitido que en la cúpula del mayor banco, Santander se sienten el mayor defraudador fiscal que se haya conocido, Emilio Botín, y un condenado por el Supremo por denunciar con pruebas falsas a clientes de su banco, Alfredo Saénz, indultado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De esto jamás ha dado explicaciones en el Congreso, aunque tampoco se las han pedido, ni tampoco al consejo de administración en pleno.
A pesar de la asfixia financiera que sacude a España, Rajoy todavía insiste, aunque ahora ya con el matiz de “a día de hoy”, en que la necesaria capitalización de la banca no requiere fondos de la UE, ingenuamente debe pensar que los bancos pueden conseguir dinero de sus accionistas. Sin embargo, la realidad es que la capitalización urgente ya la ha pedido Obama, Hollande, el ‘Financial Times’ y el mayor lobby bancario del mundo, el Institute of International Finance. ¡Basta ya de farsa! y que los diputados cumplan su función e impongan la luz y los taquígrafos sobre esta quiebra.