La Asociación Española de Banca pide entre cinco y diez años de bajadas salariales
Su presidente, Miguel Martín, ha advertido de que España no va a recibir nada gratis de Europa, recomendó que piense en «ayudarse a sí misma»
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, aseguró ayer que «el riesgo de ruptura del euro no solo es posible sino probable», y que «reclamar más Europa es pura retórica». Martín, que advirtió que España no va a recibir nada gratis de Europa, recomendó que piense en «ayudarse a sí misma», para lo que aconsejó bajar los salarios durante un periodo de tiempo de entre cinco y diez años. El responsable bancario propone una devaluación interna mediante una rebaja de salarios y precios para aproximarlos a la competitividad de Alemania. No obstante, dijo que esa devaluación debe lograrse manteniendo la cohesión social y que el Gobierno debía consultar a los ciudadanos qué quieren a cambio de estos necesarios sacrificios.
Durante su intervención en el seminario 'La crisis del euro', en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, el presidente de la AEB insistió en que el problema de España «no son los bancos», de los que elogió su labor «socialmente útil», sino la marcha de la economía en general.
Martín defendió que el dinero público no sirva para mantener entidades financieras inviables. «Alguien tiene que determinar cuáles son las inviables y el dinero que se emplee, provenga de donde provenga, tiene que utilizarse para que desaparezcan». Esta ha sido una reivindicación habitual de la patronal bancaria pero que ahora está de plena actualidad por la petición a Europa de un rescate bancario y la nacionalización parcial de Bankia y total de su matriz BFA. A este respecto, aseguró que había que «deshacerse de la Bankia actual, que está quebrada» para convertirla en una entidad fuerte y potente. Remarcó que eso no significa liquidarla y puso de ejemplo lo que se hizo con Banesto, que con un agujero patrimonial de 3.636 millones de euros fue intervenido por el Banco de España en 1993 cuando él era subgobernador, y destituido todo el consejo de administración con su presidente Mario Conde a la cabeza. «Nos costó dinero, pero no nos arrepentimos», dijo.
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