¿Es posible cerrar fronteras de verdad o "puertas al mar"?.
Ahora nos dirán que igual que Suiza, la LIBERTAD de circulación de trabajadores que es un pilar en la Constitución de los Tratados Comunitarios entre los 28, se debería de revisar.
Ya se empieza a ver de verdad el compromiso de algunos con las libertades y el poner el nacionalismo excluyente y exclusivo "aldeano y pueblerino", como cuando las Dos Grandes Guerras Mundiales, que tanto benefició a los suizos.
Esto reafirma y refuerza solo el Compromiso Europeo contra el delito la evasión fiscal y los paraísos fiscales del que vive Suiza.
Alguien va a perder mucho en esta pugna de "solucionadores mágicos psicopatas":
Como ellos, los inmigrantes que viven en Suiza —el 23,3% de la población y la gran mayoría europeos— deberán someterse ahora a un sistema de cuotas, permisos y restricciones contrarios a la libre circulación de personas que la Confederación Helvética pactó en 2002 con Bruselas. No está claro aún cómo ni cuándo se traducirá en leyes el referéndum impulsado por la extrema derecha y secundado por el 50,3% de los votantes. El texto aprobado concede al Gobierno hasta tres años para rediseñar parte del ahora desechado ADN helvético.
Los alemanes son la comunidad más numerosa en Suiza junto con los italianos. Y ellos también, por muy cualificados y muy vecinos que sean, se verán afectados por el referéndum. “La comunidad en Zúrich está muy sorprendida”, dice Franz Uebe, un joven alemán que trabaja en la banca privada suiza. Rara es, explica, la reunión de banqueros en Zúrich en la que no haya un alemán. Cerca del 25% de la plantilla de los bancos es de países de la UE.
Las asociaciones empresariales contienen la respiración ante el futuro de una industria que destina el 56% de sus exportaciones a la UE. Los sindicatos temen también la nueva era. “No sabemos cómo va a reaccionar Europa, qué va a ser de nuestro comercio”, se pregunta Veronique Polito, secretaria política de la confederación de sindicatos.
Uebe comprende, aunque no comparte algunas de las razones que han animado a los suizos a tratar de poner diques al mar de trabajadores procedentes de una Unión en crisis. “Un suizo de clase media ya no puede vivir en el centro de Zúrich porque los precios se han disparado”. El encarecimiento de la vivienda o la supuesta saturación de carreteras, trenes, hospitales y escuelas han sido los principales argumentos de la ultraderecha de la UDC para pedir el fin de la “inmigración masiva”.
Lo curioso sin embargo es que es en los cantones fronterizos que supuestamente más sufren la presión migratoria —a excepción de Tesino, en la frontera con Italia, considerado caso aparte por el dumping laboral y la fiscalidad— es en los que menos apoyo ha recibido la iniciativa. Ha sido en las zonas rurales y germanófonas donde la ultraderecha ha recibido mayor apoyo. “Ha sido un voto emocional”, sentencia Jean-François Besson, secretario general de la Asociación de Fronterizos Europeos. Explica que el número de extranjeros ha crecido, sí, pero al ritmo de la economía suiza y que el paro se ha mantenido en torno a un 3,5%; es decir, nadie ha venido a quitarle el trabajo a nadie.
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En Suiza reaccionan por los precios altos, aquí en España se pide ¿Lo mismo quizás, por precios a la baja?
El enigma de la supuesta cuenta en Suiza del extesorero de CDC
http://politica.elpais.com/politica/2014/02/12/actualidad/1392237447_268733.html
Un saludo