La UE empieza a hacer aguas , como ya le paso a la URSS.
Bajo el estigma de la abstención
Las maratonianas elecciones al Parlamento Europeo comienzan el jueves con la apertura de las urnas en Reino Unido y Holanda, donde se prevé que la ultraderecha y los partidos antieuropeístas consigan muy buenos resultados, encabezando un incremento del voto de protesta en el continente.
Tras dos meses de campaña que, según los sondeos de opinión, parece que no han logrado inspirar al electorado, hasta 380 millones de europeos están llamados a votar en 28 países, escogiendo a 751 diputados que les representarán en el Parlamento Europeo.
Pese a los esfuerzos para movilizar a los votantes diciéndoles que por primera vez elegirán, indirectamente, al próximo presidente de la Comisión Europea, las encuestas prevén una baja participación, posiblemente por debajo del 43 por ciento de 2009.
En un momento en el que Europa lucha por recuperarse de la crisis económica, incluido un desempleo récord y un crecimiento insignificante, se espera que las elecciones den lugar a un incremento de los apoyos a los euroescépticos tanto de la extrema derecha como de la izquierda.
En Reino Unido, el Partido Independencia, que quiere abandonar la UE e imponer controles más estrictos a la inmigración, ganará previsiblemente el mayor número de votos, dejando a los conservadores actualmente en el poder en el tercer lugar, por detrás de los laboristas, según los últimos sondeos.
Eso podría incrementar la presión sobre el primer ministro, el conservador David Cameron, que ha prometido un referéndum sobre la pertenencia a la UE en 2017 si es reelegido el año próximo, para que adopte una línea más dura sobre la restricción de competencias a la UE.
Se espera que ocurra algo similar en Holanda, donde es previsible que se haga con un 23 por ciento de los votos el partido Libertad, antieuropeísta y contrario a la inmigración, cuyo líder, Geert Wilders, ha anunciado que tiene intención de forjar una alianza con el Frente Nacional de ultraderecha francés.
Holanda difundirá sondeos a pie de urna el jueves por la noche, pero Reino Unido anunciará los resultados el domingo por la noche, una vez que concluya la votación en todos los países miembros.
Los resultados consolidados, incluido el reparto de escaños en el Parlamento, se anunciará alrededor de las 21:00 GMT del domingo.
El grueso de los países votan el 25 de mayo, cuando la tendencia hacia los extremos políticos puede quedar más clara, particularmente en Francia, Dinamarca, Hungría, Italia, Grecia y Australia.
El último día de campaña, Jean-Claude Juncker, principal candidato del grupo conservador de Europa, instó a los votantes a quedarse al margen de los extremos.
"No den sus votos a xenófobos extremistas o fascistas", dijo el veterano ex primer ministro de Luxemburgo en un mitin en Bruselas.
"Si quieren que Europa funciona y sirva a sus ciudadanos, deberíamos votar por gente que trabaje mucho en el próximo Parlamento Europeo", indicó.
Juncker y su contrincante, el socialista Martin Schulz, el presidente alemán del saliente Parlamento Europeo, han mantenido una serie de debates sin precedentes en televisión en un esfuerzo por personalizar las elecciones y entusiasmar al electorado.
La baja participación favorece a los extremos
Desde las primeras elecciones directas al Parlamento Europeo en 1979, la participación ha ido cayendo. Se espera que vuelva a caer en torno a un 40 por ciento este año, según los sondeos, un factor que tenderá a incrementar el voto a favor de formaciones extremas.
Eso quiere decir que se espera que los principales partidos de Europa - el Partido Popular Europeo, los socialistas y demócratas de centroizquierda, la alianza liberal ALDE y los Verdes - se lleven aproximadamente el 70 por ciento de los votos, dejándoles como la fuerza motora en Europa siempre que trabajen juntos.
El expresidente Nicolas Sarkozy, prácticamente ausente de la política desde que fue derrotado en 2012, hizo una intervención de última hora en la campaña en Francia, donde su partido, el UMP, puede quedar en segundo lugar tras el Frente Nacional de Marine Le Pen.
En un golpe implícito a su impopular sucesor, el socialista François Hollande, Sarkozy abogó por un cambio radical en la forma en que se gobierna la UE, don una zona económica francoalemana asumiendo el liderazgo de la eurozona en el centro de Europa.
También pidió la suspensión de la zona Schengen de libre tránsito en la UE, que no ha impedido el paso de inmigrantes, y la negociación de un pacto más estricto abierto sólo a países con controles migratorios más duros.
"Debemos de dejar de pensar en el mito de la igualdad de derechos y responsabilidades de todos los países miembros", escribió Sarkozy en un artículo en el semanario Le Point y en el diario alemán Die Welt.
Aunque el Parlamento Europeo ha sido ridiculizado en el pasado por su escasa influencia, ha ganado relevancia desde la aprobación del Tratado de Lisboa en 2009 y ahora disfruta de poderes de decisión conjuntos con los países miembros sobre la mayoría de la legislación.
Por primera vez, el Parlamento ha respaldado la idea de que cada grupo deba tener un "Spitzenkandidat" - la palabra alemana para designar al "principal candidato" - que esté en disposición de convertirse en presidente de la Comisión Europea si su grupo gana las elecciones.
Aunque los defensores del proceso se muestran firmes con que debería usarse para determinar quién sucede a José Manuel Durao Barroso como presidente de la Comisión, uno de los puestos más influyentes de Bruselas, los dirigentes de la UE son en último caso responsables de aportar un nombre.
Según el Tratado de Lisboa, deben "tener en cuenta" los resultados de las elecciones para tomar la decisión, y la persona debe ser aprobada por una mayoría del Parlamento.
Si los dirigentes de la UE y el Parlamento no logran ponerse de acuerdo sobre el candidato, existe el riesgo de que se produzca un impasse institucional en Bruselas, que podría repercutir a largo plazo en la confianza en la UE entre unos votantes ya de por sí desilusionados y entre los mercados financieros.
Los líderes parlamentarios se reunirán el 27 de mayo para evaluar los resultados, y los jefes de Estado y de Gobierno harán lo mismo en la cena del mismo día. Pero no se espera que el candidato a presidir la Comisión se conozca hasta finales de junio, según las autoridades de la UE.