Artículo en prensa: «Así toma el pelo la banca al estado» (lo dice un banquero)
Buenas.
Al final del mensaje os reproduzco un artículo publicado en la prensa de hoy. A ver si los expertos del foro nos pueden aclarar un poco esto a los no entendidos.
Muchas gracias, un saludo
FUENTE: Suplemento Mercados, Periódico el Mundo
FECHA: Domingo, 10 de mayo de 2009
URL: http://www.elmundo.es/papel/2009/05/10/mercados/14633819.html
TEXTO:
> DINERO FRESCO
«Así toma el pelo la banca al Estado» (lo dice un banquero)
Las necesidades de liquidez están provocando picaresca en bancos y cajas en un momento en que el Estado ha movilizado recursos en su apoyo. Las prácticas con aval del Tesoro y con los clientes de las sucursales no son nada edificantes.
Lástima. Él no quiere que se le identifique para no meterse en líos como le ha ocurrido al presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, que ha culpado de la crisis a «los años de Zapatero» sin saber que se le estaba escuchando con micrófono abierto. Pero el presidente de una importante entidad financiera de España describe así la situación en una conversación real con este diario.
«Este primer semestre será aún bueno para bancos y cajas. La razón es simple: la mayoría de los clientes con hipoteca lo tienen a tipo variable y no se les cambia hasta que toca, normalmente un año después. Así que la mayoría está aún pagando intereses a más del 4% por la subida de tipos del año pasado, cuando tenemos el Euribor ahora al 1,6%. Por eso nos está creciendo el margen financiero. También tiene su efecto en la cuenta de resultados una fórmula con la que el sector está tomando el pelo al Estado».
¿Tomando el pelo? «Sí, porque estamos lanzando emisiones con aval del Tesoro, pero en vez de colocarlas a inversores extranjeros, que es de lo que se trataba, nos las estamos comprando unos a otros y vendiendo deuda pública. Nos renta más tener bonos de la rural Cajamar al 3% con aval del Tesoro que un bono del Estado a tres años, que te da el 2%. Pero lo mejor es que luego vamos con estas emisiones al Banco Central Europeo que, claro, te las acepta como garantía al ver detrás al Estado y te prestan al 1,5% y menos con buen margen de rentabilidad».
La Caixa abrió el fuego el pasado enero con una emisión de 2.000 millones en bonos avalados que, al menos, colocó mitad en España, mitad fuera, pero luego han ido entrando en la carrera Caja Madrid, Popular, Bankinter, Pastor, Caixa Catalunya y las principales cajas con el resultado -deprimente para lo que era el objetivo inicial- de que una media del 75% de las emisiones se queda en casa.
Los 90.000 millones (15 billones con b de pesetas) que ha puesto el Gobierno a disposición de bancos y cajas como aval no está sirviendo para que las entidades financieras españolas puedan colocar sus emisiones en el exterior y, por tanto, captar el necesario dinero extranjero que España necesita para salir de la crisis. Además, hay que rezar para que el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, no se canse de aceptar el aval público español sin imponer recortes.
El decreto de avales fue elaborado por el secretario de Estado de Economía saliente, David Vegara, y la directora general del Tesoro, Soledad Núñez. Y lo pactaron con el Partido Popular. Unos y otros admiten que no es ideal lo que está sucediendo, pero sí ayuda a resolver el problema prioritario que es inyectar liquidez al sistema. Si el aval, por el que el Estado cobra, sirve para que las entidades españolas se puedan enchufar más fácilmente al BCE, lo dan por bueno.
Tampoco se queja el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo). Para él, todo lo que sea no tener que intervenir de momento en otras entidades, mejor que mejor. Ya tiene bastante con la Caja de Castilla-La Mancha, donde ha tenido que improvisar al frente al veterano ejecutivo de la Kutxa Xabier Alkorta, pidiéndole que salve lo que pueda en seis meses.
El caso es que las dos medidas estelares del Gobierno para apoyar a la banca, el languideciente Fondo de Adquisición de Activos Financieros y el programa de avales, han tenido deficiente resultado. Así que la nueva ministra, Elena Salgado, tendrá que meditar muy mucho cómo diseña el nuevo fondo de apoyo al sector con dinero público sobre el que intercambia borradores con Mafo. Vegara sigue en el cargo, pese a que anunció el 9 de abril que continuaría un mes.
El plazo se cumplió ayer, pero Salgado llegó el viernes al Consejo de Ministros sin tener el sustituto. En las quinielas aparecen, entre otros, el doctor en Económicas César Molinas -otro ex, como Salgado, de la etapa Borrell- o el actual secretario general de Política Económica, Ángel Torres.
El cargo comporta marrones sin fin. «Lo malo es el segundo semestre. El dato de paro puede ser de vértigo echando aún más leña a la morosidad, muchas entidades lo van a pasar mal», prosigue el banquero.
Horror pero, de momento, la decena de bancos y cajas más importantes de España han ganado en conjunto sólo el primer trimestre de este año 5.000 millones de euros. Es un 18% menos que el pasado año, pero una pasta desconcertante para los ciudadanos. En el mismo periodo -con brotes verdes de miniapertura de grifo en las últimas semanas- ha continuado la contracción del crédito a los españoles. Se quejó de eso el vicepresidente de CEOE, Arturo Fernández, en la asamblea de CEIM del pasado miércoles.
Sería suicida obligar a la banca a conceder créditos a quien no los puede devolver, y es cierto que la economía española se ha endeudado hasta el disparate y que no hay que repetir el error, pero bancos y cajas deben de extremar un comportamiento responsable.
Es bochornoso que se hayan ganado hasta una carta del missing presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, por colocar a mansalva en sus sucursales a clientes desinformados las llamadas participaciones preferentes y otros productos que les convienen. No les explican bien que son arriesgados con tal de colocárselos para financiarse. Cómo será que la CNMV dice al sector en su carta que «las recomendaciones personalizadas de un determinado producto financiero sin ajustarse al marco legal vigente (...) pudiera ser una práctica frecuente en la relación con la clientela en la amplia red de oficinas de que disponen las entidades financieras». ¡Sin ajustarse al marco legal y frecuente!