Ni el estado, ni las tabaqueras, ni los propios fumadores, están dispuestos a permitir que se prohiba el tabaco.
Es tan grande la cantidad de dinero que mueve y la tantas las personas que de alguna forma viven de ello, que no no veo viable acabar de la noche a la mañana con el negocio del tabaco.
Una forma poco traumática para todos los sectores implicados, sería la de evitar que se incorporen nuevos adictos manteniendo la libertad para seguir fumando a los que ya lo son.
POr ejemplo:
Se establece que los nacidos a prtir del 1 de enero de 2000 tienen prohibido comprar tabaco. Eso se podría controlar perfectamente a través de los estancos. Como los cigarrillos no producen ningún placer al consumirlos, nadie se que no es adicto se le ocurriria gastar su tiempo y dinero en acudir al mercado negro a por algo que sabe a zapato-quemado.
Cada año, por efecto de la naturaleza, el número de consumidores de nicotina iría descendiendo poco a poco, lo que permitiria hacer la transición de manera ordenada:
Los ya fumadores: no se pondrían nerviosos porque podrían seguir con su vicio.
Los que trabajan en el sector: Se irían jubilando a medida que los fumadores se fuesen "jubilando".
El estado: Lo que la gente dejase de gastar en tabaco, se lo gastaría en otras cosas. La renta destinada al consumo se mantendrá por lo que se seguirá reacudando una buena parte en impuestos. La diferencia de recaudación, se podría ir trasladando poco a poco sin traumas para los contibuyentes.
Productividad: La economía mejoraría en general ya que los trabajadores que no fuman teoricamente son más productivos, menos enfermedades y más oxigeno en sangre (no les hace falta la EPO :D)
Los nacidos depués del 1/01/2000: Nos estarán muy agadecidos de haberles librado del tabaco.
Las pensiones: único punto conflictivo ya que la esperanza de vida de un fumador no debeir más allá de los 65-70 y al equipararse a los no fumadores, en torno a los 80, hace más dificil cuadrar las cuentas. Quizás se pueda compensar con el ahorro en atención médica.
SAludos