Rato blindó la inversión de los dueños de Gestamp y endosó a Bankia sus pérdidas en Bolsa
Concedió un contrato a los Riberas que les salvaba de pérdidas si compraban 'bankias'; ha costado 26 millones al banco.
Los hermanos Riberas, que figuran entre las mayores fortunas de España, compraron acciones de Bankia en julio de 2011 sin nada que temer, al contrario que el resto de inversores. La razón es que el entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, les garantizó un extraño blindaje para que no perdieran dinero pasara lo que pasara en los meses siguientes.
Así lo detalla el juez instructor de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. Éste dedica un apartado de su auto a cómo grandes inversores españoles contribuyeron a la ficción de que era interesante acudir a la salida a Bolsa y detalla «como incidencia más relevante», el caso de Gestamp que da por acreditado tras advertir sobre ello el perito Antonio Busquets en diciembre de 2014.
Hay alertas de los peritos que el juez ha relativizado o desechado, pero no este capítulo en el que Bankia protegió a una sociedad patrimonial de los hermanos Francisco y Jon Riberas, los multimillonarios dueños de la multinacional auxiliar del automóvil, del «100% de las minusvalías» que se produjeran en su compra de acciones de Bankia en la salida a Bolsa de 2011 mediante un contrato confidencial. «Lo que este contrato implicaba es que Bankia protegería a su accionista de las minusvalías que registrara la acción hasta mayo de 2012», critica el juez instructor. haciendo suyas las conclusiones iniciales periciales.
Todo arrancó el 11 de mayo de 2007 cuando la Sociedad de Promoción y Participación Empresarial Caja Madrid adquirió, siendo presidente Miguel Blesa, un 5% de Gonvarri a Risteel, una sociedad holandesa de la familia Riberas. Gonvarri pertenece también a esta poderosa familia industrial. El 14 de mayo, apenas tres días después, la misma Caja Madrid aceptaba una opción de vender a la misma Risteel ese 5% que le acababa de comprar. Esa opción se podría ejercer a partir de mayo de 2012 a un precio que dependería de, entre otros factores, los resultados de Gonvarri para entonces.
Llegó julio de 2011 y al ya presidente de Bankia, Rodrigo Rato, le convenía que inversores institucionales como Gestamp participaran en la compra de acciones de la salida a Bolsa como muestra de confianza en la entidad financiera. Los Riberas aceptaron invertir 58 millones, pero lograron a cambio un blindaje secreto.
Según relata el juez, el entonces consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, y el director general Matías Amat, modificaron aquel contrato de 2007 de modo que el banco vendería sus acciones de Gonvarri a menor precio si los Riberas perdían dinero. En concreto, firmaron en aquel verano de 2011 con respaldo de Rato que «si la media de las cotizaciones de las acciones de Bankia entre los días 1 y el 20 de mayo de 2012 resultara inferior a 3,75 euros, a los 58 millones se restaría el 100% de la minusvalía». Venderían por tanto los títulos de Gonvarri con el descuento necesario para que los Riberas no sufrieran ninguna pérdida.
Llegó mayo de 2012 y justo en ese período se produjo la caída de Rato y un desplome del valor de las acciones de Bankia. Ya con el Estado como accionista y con José Ignacio Goirigolzarri como presidente, los dueños de Gestamp solicitaron el 17 de junio de aquel año que se les resarciera de sus pérdidas en las condiciones previstas por el contrato. La Bankia rescatada con dinero público aceptó cumplir tan extraña cláusula y les pagó 26 millones por una caída de 3,75 a 2,06 euros.
Según el juez, aquella oscura operación terminó produciendo una minusvalía a la Bankia rescatada de 33 millones, de los que 26 proceden de la compensación por la salida a Bolsa. En el auto señala que en las cuentas del ejercicio 2012, ya con Goirigolzarri al frente, no hay rastro de esta operación, aunque sí constan unas minusvalías de 33 millones en los estados financieros de ese año de la filial Sociedad de Participación y Promoción Empresarial Caja Madrid, que sería disuelta en 2013.
Este quebranto para el banco nacionalizado contrasta con el reciente éxito de los hermanos Riberas en la salida a Bolsa de Gestamp en la que ingresaron 870 millones por un 27%de la multinacional.
El juez Andreu señala que nunca debió computarse en Bankia como recursos propios los 58 millones ingresados por la venta de acciones a Gestamp «porque Bankia compensaría de las eventuales pérdidas de la inversión», lo que va en contra de la normativa contable.
La presencia de grandes empresas en el accionariado contribuyeron, según el juez, a ofrecer a los clientes de miles de particulares «una falsa idea de seguridad en la inversión», porque muchos de ellos, como Gestamp, lo hicieron por sus vínculos a Bankia. El principal ejemplo que pone en el auto es Mapfre, en la que Bankia tenía el 15%. «Sin Mapfre y su Fundación no se habría cubierto el tramo institucional», sostiene el juez, puesto que ordenaron comprar bankias por valor de 281 millones de euros.
También destaca la Cámara de Comercio de Madrid, presidida entonces por el consejero de Bankia, Arturo Fernández, que compró acciones por 12 millones de euros y las vendió a los dos días de la salida a Bolsa. «Estos casos de ventas inmediatas plantean dudas sobre los motivos de la suscripción», señala Andreu.
El juez destaca otra anomalía. Como ya habían alertado los peritos, algunas de las empresas constructoras e inmobialiarias que compraron acciones tenían serios problemas de endeudamiento y eran clientes de la propia Bankia. «No se entiende que compraran acciones teniendo problemas con el servicio de la deuda», apunta en el auto judicial. «Algunas vendieron rápidamente» como es el caso de Teyco, la empresa de los Sumarroca investigada en Cataluña por el 3%.
http://www.elmundo.es/economia/ahorro-y-consumo/2017/05/12/5914b0b646163f18788b463a.html