Me alegro de poder hablar de este tema sin personalizar y poner la víscera como suele ocurrir cuando se comenta cualquier cosa relacionada con la empresa pública. El primer problema es que la empresa privada en este país, es por lo general muy injusta, y lo primero que esperas de tu jefe, es ver por donde te va a timar. Eso sumado a que el funcionario al menos trabaja dentro de unos derechos legales, hace que el contraste sea demasiado grande con el resto como para que la gente sienta simpatía por ellos. Es más fácil criticar al que consigue algo, que mejorar las propias condiciones. Por eso ahora la gente en general va a aceptar casi con regocijo los posibles recortes que puedan venir, ya que no van a ser para ellos, sino para "los vagos" de los funcionarios.
Parece que yo tenga algo a favor de ellos, pero entendiendo que vagos hay en todos sitios, sin embargo muchos de los trabajos públicos, son más bien poco valorados y desagradables. ¿Qué tal si digo que yo no tengo fiestas ni fines de semana? ¿Y que trabajo los tres turnos, lo que incluye noches? ¿Y qué tal si digo que el año pasado trabajé nochevieja, y este año nochebuena cobrando CERO euros extra? A eso le sumas un trabajo con una carga de estrés y atención altísima, con una responsabilidad enorme en tus manos, incluyendo vidas humanas. Un trabajo donde todo lo que hago, digo, escribo, o pulso con el ratón queda grabado. Un trabajo donde no puedo beber nada de alcohol 10 horas antes del turno. Donde te hacen controles de alcohol y drogas por sorpresa. Donde pasamos toda clase de pruebas para mantener la habilitación. Yo he visto enviar a gente a casa a medio turno por haberle salido altos los niveles de colesterol en un análisis. O un compañero mío que estuvo dos meses monitorizado y sin poder trabajar, por darle alta la tensión. Otro compañero retirado del servicio por fallar en una prueba de encajar unos cubos de colores, o por no acertar cuando sale la bolita detrás de un panel. Pueden parecer tonterías, pero imagina qué sensación puedes tener cuando te enfrentas a unas pruebas que pareciendo sencillas (algunas no tan sencillas, como una de máxima atención y coordinación de sonidos, colores y movimientos de pies y manos), te pueden dejar fuera de tu puesto de trabajo.
Seguramente si solo digo el sueldo, la gente piense que está bien pagado, pero no creo que muchos estén dispuestos a pasar por ahí si conociesen los pormenores. Y con eso digo que la gente solo ve al funcionario de ventanilla tomando café -y que ellos también tienen sus exigencias-. Pero hay muchos otros desconocidos, que no son nada agradables. Eso incluye los odiados controladores aéreos, que entendiendo que cobran un sueldo fuera de lo común, puedo entender cómo debe ser su día a día de trabajo, por bastantes similitudes con el mío. Quiero decir con esto, que estos trabajos están ahí a disposición de cualquiera que pueda intentar conseguir la plaza. Sin embargo no sé hasta qué punto me atrevería a enfrentarme cada día a la tensión que supone saber que un fallo perfectamente humano, pueda provocar daños a personas que dependen de ti, sabiendo ya cómo es el mío y sus similitudes. Ir a trabajar bajo estas condiciones, no tiene nada que ver con lo que supone la mayoría de trabajos que conocemos. Pero bueno, bajemos sueldos y roguemos que no pase nada. Y eso incluye personas que también cuidan de nosotros, como médicos, o los profesores de nuestros hijos. A eso me refiero con perder todos y bajar la calidad general de un país.
Después de esto no hay que negar que se han cometido muchos abusos, pero por lo general porque les ha interesado a los gobernantes de turno. Los prejubilados de los astilleros y otras empresas públicas. Personas con 50 años y pensiones de 2.000 euros. Y hace unos años, cuando les sobraban militares al ejército, y que cualquiera que alegase alguna enfermedad, era dado de baja. Al ser cosa "forzada", se les dejaba una buena pensión de por vida. Y encima gente que ha podido seguir trabajando en el sector privado, con sueldazos, aprovechando la profesión aprendida en el ejército. Y hablo por ejemplo de pilotos de helicóptero con menos de 40 años.
Está claro que hay muchos puntos donde se podría recortar, como por ejemplo vigilando los ingresos y las no declaraciones de IVA. Pero les supone demasiado trabajo investigar tantos detalles para el dinero a conseguir. Mientras es mucho más fácil y efectivo ir a la masa numerosa y conocida. En todo caso -y entendiendo que estas son unas circunstancias excepcionales que piden medidas extraordinarias- lo primero que va a traer es un mayor estrangulamiento del consumo, y una cadena aún mayor de recortes. Pero bueno, aquí estamos todos dispuestos a sacrificarnos.
Saludos y gracias.