Ikea, rehén de sus subcontratistas, desprecia a sus clientes
Terrible experiencia la que he tenido - y sigo teniendo - con esta patulea de incompetentes.
El sábado pasado tenía cita para montaje de baño y nadie apareció. Llamé y se mostraron incapaces de localizar a la empresa de montaje que tienen subcontratada en régimen de monopolio. La única solución que me dieron fue agendar otra visita para hoy, sábado 20 de octubre. Y a rezar.
¿Qué ha sucedido? Que las plegarias no han resultado. Otras 4 horas de sábado tiradas a la basura al albur de unos impresentables que ni se digan a avisar. ¿Cuál ha sido la solución? Que vaya a la tienda. Vengo de allí. 2 horas he tenido a una empleada y la responsable aguantado mi retahíla en San Sebastián de los Reyes. Al menos he amortizado mi desahogo vía costes labores y reputación pública ¿Su solución? La misma: volver a programar cita para el martes 30 de octubre. Y cruzar los dedos, claro. Lo más impactante es que han sido incapaces de tan siquiera localizar a una gente que, supuestamente, trabaja para ellos. No salgo de mi asombro: multinacional superpoderosa y tal, cuya imagen está en manos de una panda de rumanos, sudamericanos y algún que otro albanokosovar que aparecen o no en los domicilio si les viene a bien. Y si no, ni una mínima señal de vida. Nada. Pero es peor lo de Ikea, que es quien tiene que responder ante mi y cumplir su parte de contrato: ni tienen control sobre ellos, ni pueden tomar medidas de ningún tipo. Funcionan por corazonadas.
¿El problema? La ausencia absoluta de atención al cliente, la incapacidad de la empresa para tomar cartas en el asunto, y la sorpresa al conocer que, para Ikea, sus subcontratistas anteceden en su escala de prioridades a sus clientes, a su propia imagen, y a su reputación.
Espero servir de ayuda a posibles compradores: tengan en cuenta que Ikea no se hace responsable del montaje de sus muebles y serán ustedes quienes asuman el coste de su nefasta gestión empresarial.
Un saludo