Cartas al Director
Eurobank.
Luis Pinedo (Ausbanc)
La tranquilidad de depositar nuestro dinero en un banco, el que sea, y saber que no desaparecerá ha costado mucho esfuerzo gerencial, honestidad y profesionalidad de los supervisores y grandes cantidades de dinero en pasadas crisis.
Ser depositante de un banco o caja en España es algo serio, digno de crédito, confianza y tranquilidad. Cosa distinta es ser un inversor, que conlleva riesgos asumibles o más allá -estilo Terra- es ser especulador, visionario o temerario. No es lo mismo invertir en un punto com que tener un depósito en un banco español, aunque sea pequeño. No se puede castigar a la gente -aunque sea poca- por creer en las auditorías, en el registro del Banco España, el R.B.E de la publicidad, la inspección y la información emanada por el resto del mercado. Otros bancos, más grandes, creen que es una buena lección dejarlos sin atender, al estilo de los Sátrapas del medievo que cortaban pies y manos para que esos mutilados sirviesen de ejemplo en el reino de su poder y soberbia soberana. Ya no es así, cada mutilado avergüenza al sistema entero por su ineficacia e inseguridad total y desprestigio, al supervisor y a los competidores pues no dieron información al mercado con anterioridad. Además, el Fondo de Garantía de Depósitos tiene facultades legales, personal cualificado y cintura financiera para resolver la crisis en beneficio de todos. Las instituciones públicas están para colaborar con la ciudadanía no para mutilarla y desprestigiar al sistema.
Harían los políticos, el partido que sustenta al Gobierno, muy bien en devolver la confianza al público usuario de los servicios bancarios poniendo a trabajar al Fondo en beneficio de sus intereses reales.