Opiniones sobre las estafas
Otro gran fraude al pequeño inversor
10/05/2006
Todavía cabe dudar si nos hallamos, nada más, ante un supuesto o presunto gran fraude, o si el escándalo ya tiene dimensiones reales y comprobadas. El hecho de que hayan intervenido en la operación y las pesquisas entes como la Agencia Tributaria, el Ministerio Fiscal, la Fiscalía Anticorrupción y, finalmente, la Audiencia Nacional por obra de sus jueces Marlaska y Pedraz, da visos de plena credibilidad a este asunto que, por lo demás, será preciso incorporar a la relación de otros escándalos previos que, sucesivamente, se han cebado en el pequeño inversor: Gescartera, Eurobank, AVA, Brokers, Fidecaya, Cafi, Banfisa... Todas y cada una de ellas han sido firmas en principio solventes, pero que resultaron ser sucesivos escándalos en la inversión. Se estima que unos 500 millones han sido estafados en los últimos 25 años. Pero el de ahora es muchísimo más abultado: tres mil millones de supuesto desfase patrimonial y otros 1.750 millones de presunto fraude fiscal y estafa, superarían los cinco mil.
El caso ha irrumpido en la actualidad y ha arrollado cualquier otra cuestión del momento. El Caso-Bono-Méndez-Alonso, el 'No' de ERC al Estatut y sus posibles consecuencias, el real o imaginario reconocimiento de culpa de Otegi y de los batasunos, y hasta la reforma laboral que el martes firmaron Gobierno, patronales y sindicales. Todo es asunto menor a la vista de los trescientos cincuenta o cuatrocientos mil ciudadanos afectados, o sea, defraudados, y a quienes las autoridades públicas no conceden siquiera esperanzas, por más que sí las hayan dado algunos responsables de Afinsa y Fórum Filatélico. ¿Es recuperado el dinero invertido? Hay testimonios sobrecogedores de los efectos que el fraude podría tener. Un ciudadano, por ejemplo, explica que había invertido en estas sociedades todo el dinero que había percibido como indemnización por el caso de la colza. Otro reconocía que nada menos que los treinta millones que había conseguido reunir o ahorrar a lo largo de toda su vida estaba en esas cuentas ahora bajo sospecha. Sin duda, nos hallamos ante otra dramática consecuencia de algunas pillerías de grandes dimensiones organizadas con capa de total legalidad y de solvencia. El pequeño inversor se ve, una vez más, atrapado o "estampillado", víctima de los trucos de quienes coleccionan en sus cajas fuertes particulares los muy cotizados y escasos billetes de quinientos euros.
"Perded toda esperanza" ha venido a ser el mensaje que desde el Gobierno se ha preferido dirigir a las víctimas de este nuevo engaño. Naturalmente, los perdedores de esta historia se resisten y reclaman. Será preciso esperar a ver qué tiene, este nuevo escándalo de tantos dineros, de salvable o de recuperable. Pero a primera vista la historia tiene colores muy oscuros y tétricos...