Carta de una recaudadora de impuestos o como el fraude puro y duro campas por sus anchas en este país
http://www.escolar.net/MT/archives/2011/09/carta-de-una-recaudadora-de-impuestos.html
Con el permiso de la autora, os copio una carta que me envía una funcionaria que trabaja en una Administración de la Agencia Tributaria, en una Unidad de Módulos. Lo que cuenta es muy similar a lo que denuncian desde hace años los inspectores de Hacienda: que existe un “fraude estructural y masivo” en la tributación de muchos microempresarios y autónomos (aunque también dicen que este tema sólo supone el 8,6% del fraude fiscal). La carta es un poco larga pero tiene bastante interés.
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Hola Ignacio.
El otro día estaba leyendo REACCIONA. Me estaba gustando. Bueno, unos textos más que otros. Me gustó José Luis Sampedro (éste me gusta siempre), Rosa María Artal…Pero contigo fue diferente. Siempre me gusta lo que dices o escribes pero esta vez fue especial. Llevaba años esperando que alguno de los que participáis en tertulias de radios y televisiones hicierais referencia a la injusticia que se produce con la tributación de los autónomos y por fin lo veo escrito por ti en REACCIONA.
Verás, pertenezco a ese sector de privilegiados que está formado por los funcionarios públicos y que, según muchas opiniones, tenemos la culpa de todos los males de este país. Se nos acusa de tener un trabajo fijo hasta el punto de tener casi que tener que pedir perdón por ello. Yo creo que realmente es lo que tendría que tener todo trabajador. En fin, ese es otro tema. Pues bien, yo trabajo en la Unidad de Módulos de una Administración de la Agencia Tributaria y como retribución por mi trabajo en el año 2010 percibí una cantidad ligeramente inferior a 26.000 Euros brutos, que fueron declarados íntegramente en mi declaración anual de IRPF. Todos los días contemplo indignada (término muy de moda) como hay muchos contribuyentes que no tributan por los ingresos que obtienen. Me refiero a los trabajadores autónomos (empresarios y profesionales) cuyos sufrimientos nos recuerdan todos los medios de comunicación un día sí y otro también. Lo que nunca he oído en esos mismos medios (por eso mi alegría cuando leí que tú lo habías escrito en REACCIONA) es que estos ciudadanos no tributan por los rendimientos que obtienen. Hay una parte de estos trabajadores por cuenta propia que tributan en estimación directa en IRPF y en régimen general de IVA y que directamente son tramposos y de forma fraudulenta declaran menos ingresos o más gastos, minorando así su factura tributaria. Pero al lado de éstos, hay otros que, en principio, no son tramposos sino que tributan por los rendimientos de su actividad económica aquello que el sistema tributario determina. Son los autónomos que están incluidos en el régimen de estimación objetiva en IRPF y en el régimen simplificado de IVA. Nosotros los llamamos moduleros. El sistema , como digo, permite que muchos de ellos, según consta en las bases de datos de la Agencia Tributaria estén facturando importes anuales de 150.000 euros o más (pueden facturar hasta 450.000 euros sin que sean excluidos del régimen de estimación objetiva) y declaren rendimientos en IRPF inferiores a los 20.000 euros en la mayoría de los casos. Pero más sangrante es lo que sucede con el IVA. Con facturaciones de más de 150.000 euros se están devengando cuotas de IVA superiores a 27.000 euros. Sin embargo, las cuotas que ingresan en Hacienda aplicando las normas del régimen simplificado del IVA no suelen superar los 6.000 euros. Es decir, el sistema tributario permite que estos autónomos se queden con el IVA que ha pagado el consumidor final. Una vez que uno sabe esto, si se recibe al fontanero en casa habría que preguntarle si es o no modulero. Porque si lo es, que no me haga factura. Para que se quede él el IVA me lo quedo yo ¿no crees?
Esta situación es lo que habitualmente vemos en las Unidades de Módulos pero no sólo esto. Alrededor de este sistema de tributación nos encontramos situaciones que hacen crecer la indignación de la que te hablaba al principio. Abundan los autónomos que aparecen relacionados con sociedades que se dedican a la misma actividad. Esta situación permite que el autónomo facture trabajos que realmente se están realizando con medios materiales y personales de la sociedad. Total, el autónomo puede facturar todo lo que quiera porque siempre va a tributar por lo mismo. Igualmente, encontramos facturas emitidas por moduleros a sociedades o a otros autónomos que no corresponden a trabajos o a servicios que realmente han sido prestados pero que sirven como gastos deducibles de aquellos sujetos que reciben estas facturas. Como digo, hasta 450.000 euros anuales, un modulero puede emitir todas las facturas que quiera sin que eso repercuta en su deuda tributaria. En fin, hay otros mecanismos que han surgido alrededor del sistema de estimación objetiva que sirven para que muchos obligados tributarios (autónomos pero también sociedades relacionadas con ellos) no tributen lo que deberían. Así las cosas, es corriente que los contribuyentes que van a iniciar una actividad económica se personen en las oficinas de la Agencia pidiendo que el epígrafe del Impuesto de Actividades Económicas (del que por cierto también están exentos) sea uno de los que puedan incluirse en módulos. Es decir, que uno puede ser ingeniero pero probablemente se dará de alta como instalador eléctrico o puede ser diseñador gráfico pero mejor le va a salir darse de alta en impresión de textos o imágenes.
Mención aparte merece la tributación de los taxistas en las grandes ciudades. Efectivamente, tienen un trabajo duro, pesado, incluso peligroso. No digo que sean millonarios ni mucho menos. Lo que sí digo es que no pagan impuestos. Así, un taxista sin personal asalariado y que declare como distancia recorrida al año 50.000 Kilómetros (es la situación más frecuente) declara como rendimiento neto de su actividad en IRPF la cantidad de 9.415,35 Euros e ingresa trimestralmente un pago fraccionado de 188,31 euros. Estos pagos fraccionados suelen devolvérsele íntegramente al presentar la declaración anual. En el caso de los que están amortizando la licencia, la “exención” de impuesto del IRPF es extensible a sus cónyuges si trabajan. Durante diez años deducen el importe de la compra de la licencia. Este importe es realmente elevado de tal forma que declaran un rendimiento negativo que, haciendo declaración conjunta, absorbe el rendimiento positivo que pueda obtener el cónyuge. Finalmente y como compensación a la gran aportación a las arcas públicas que han realizado durante toda su vida, cuando se jubilan, la ganancia obtenida por la venta de la licencia está exenta de tributación.
Ya me estoy enrollando demasiado pero no quiero terminar sin contarte algunas cosillas más. A veces, uno piensa que las cosas no pueden hacerse peor pero resulta que sí se puede. Con motivo de la actual crisis, se decidió que los trabajos de albañilería, fontanería, pintura… ( en fin, las chapuzas de toda la vida) se facturarían con un tipo reducido del 8% de IVA en determinados casos. Como consecuencia de ello, parecía razonable que las cuotas a ingresar por los moduleros deberían reducirse puesto que el IVA que ellos iban a devengar en sus facturas iba a ser más bajo. Así estas cuotas, desde mediados del 2010, se redujeron a la mitad de lo que existía con anterioridad. Ahora bien, resulta que muchos de los moduleros son falsos autónomos que facturan siempre a la misma empresa ( en realidad deberían ser asalariados) y no cumplen las condiciones para facturar al IVA reducido y tienen que facturar al 18%. Aquí se ha producido el chollazo total. Si antes podían quedarse con buena parte del IVA que devengaban ahora se quedan con mucho más porque Hacienda les ha rebajado las cuotas a ingresar a todos aquellos que están incluidos en régimen simplificado y que realizan alguna de estas actividades afectadas.
Para terminar quiero hacer mención a una realidad que está en la calle. Es esa opinión generalizada de que las ayudas sociales se las dan a los inmigrantes. Yo digo que se las dan a los autónomos. Creo que debería buscarse una fórmula diferente para determinar los beneficiarios de becas de libros, ayudas de comedor, transporte, etc. La fórmula del nivel de renta no sirve por todo lo que te acabo de contar. ¿Qué tal si todo aquel que lleva a sus hijos a colegios privados no puede optar a becas de libros? Conozco a muchos que pagan mensualidades tremendas por el colegio de sus hijos pero reciben becas de libros y ayudas de comedor porque según sus declaraciones de IRPF son pobres de pedir. El otro día casi me descojono (perdón) cuando escuché que Ruiz Gallardón estaba pensando en poner un IBI social. Ya me imagino a alguno disfrutando de su piso en la Castellana o en la remodelada calle Serrano pagando el IBI social.
Bueno, perdona si te he robado un poco de tu tiempo pero, en realidad, lo único que pretendía era darte algunos argumentos para que públicamente puedas, si quieres, insistir en este tema. La opinión pública en general lo desconoce, los poderes públicos no le ponen solución y los medios de comunicación no lo cuentan. Por cierto, los chinos sí pagan impuestos.
Saludos.
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