Rajoy ya no se atreve a descartar que España pida ayuda al fondo de rescate
La resistencia de Mariano Rajoy, el principal valor que destacan todos sus fieles, empezó a quebrarse este jueves con una nueva jornada desastrosa en los mercados, esta vez muy inesperada. El BCE defraudó de nuevo las expectativas del Ejecutivo español. Rajoy, que tardó meses en ceder al rescate bancario, lleva ahora semanas resistiéndose a pedir al fondo de rescate que compre deuda española para bajar la prima de riesgo. Pero esa resistencia ya no parece tan feroz.
Su Gobierno —él llevaba más de un mes sin responder ninguna pregunta— ha insistido en que no va a pedir al fondo que compre deuda, lo que implicaría un nuevo rescate suave y nuevas condiciones. Un desastre político para Rajoy y económico para España, según la interpretación del propio Ejecutivo, que teme que entre esas nuevas condiciones estuviera una rebaja de las pensiones. Por eso se resiste. Pero este jueves el presidente, preguntado hasta en tres ocasiones en la rueda de prensa conjunta que ofreció con el primer ministro italiano, Mario Monti, rechazó responder, una prueba evidente de que ya no quiere comprometerse a nada.
La semana pasada, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, fue tajante: España no pedirá esa compra de bonos. Rajoy no quiso ir tan lejos. No contestó. Cuando se le repreguntó sin micrófono —¿va a pedir la ayuda o no?— dijo “ya le he respondido con meridiana claridad”. Tan evidente era que no lo había hecho, que se escucharon algunas risas y rumores en la sala prensa.
Rajoy hizo un extraordinario esfuerzo por hablar como si la Bolsa no se estuviera desplomando y la prima no rozara de nuevo los 600 puntos
Rajoy deja todo abierto. “No voy a hacer cosas distintas, no voy a cambiar de opinión”, fue lo más parecido a una respuesta a la cuestión. Parece que no quiere que le suceda como hace un par de meses. Entonces fue tajante: “No va a haber un rescate a los bancos españoles”. Dos semanas después se veía obligado a pedirlo, un golpe muy duro para su imagen y para la confianza en la economía española.
Rajoy hizo un extraordinario esfuerzo por hablar como si la realidad no existiera. Como si la bolsa no se estuviera desplomando, y la prima no rozara de nuevo los 600 puntos. Todo lo veía en positivo. A ratos parecía con la cabeza en otro sitio, inquieto por lo mucho que alargaba Monti sus respuestas. Parecía como si el presidente español tuviera prisa por acabar con la rueda de prensa, una auténtica tortura para él, que las reduce al mínimo obligatorio, aunque este viernes, excepcionalmente, ofrecerá una al final del Consejo de Ministros. Al contrario, Monti se siente cómodo con la prensa y la atiende con mucha frecuencia. Al final de su última respuesta incluso dijo: “Estoy siempre dispuesto a responder preguntas, espero haber respondido”, como si le hubiera sabido a poco las cuatro preguntas a las que siempre limita Moncloa.
Monti dejó en evidencia la ausencia de respuestas de Rajoy, y a ratos conducía él la rueda de prensa, ya que era mucho más concreto y entraba a los detalles, mientras Rajoy los evitaba. El italiano sí contestó a la pregunta sobre la petición de ayuda al fondo de rescate para que compre deuda y baje la prima de riesgo. Los italianos lo llaman “escudo anti-spread [diferencial]”. Monti dejó muy claro que no cree que Italia necesite un rescate total pero sí podría pedir esa intervención del fondo que Rajoy siempre ha rechazado. Ya lo había dicho el día anterior en Helsinki. No ahora mismo, pero sí más adelante si la prima sigue como hasta ahora, disparada.
Monti dejó en evidencia la ausencia de respuestas de Rajoy, y a ratos conducía él la rueda de prensa
Con formas elegantes, muchos aplausos a la política de reformas y recortes de Rajoy y mucho respeto e incluso cariño hacia su figura, Monti reforzó así la presión sobre el presidente español. Si Italia sí está dispuesta a pedir esa ayuda y su prima está 100 puntos por debajo de la española, lo lógico es que España la pidiera antes. O que lo hicieran a la vez. La resistencia de Rajoy queda así más en evidencia cuando su aliado en esta batalla, con intereses y problemas muy parecidos, sí está dispuesto a hacer lo que muy claramente el Banco Central Europeo le está invitando a hacer.
Se especulaba con la posibilidad de que el viaje de Monti tuviera el objetivo de convencer a Rajoy de que se anime a pedir al fondo de rescate que intervenga. Cuando se le preguntó directamente, Monti aseguró tajante que no hablaron de esta cuestión en la reunión. Esto es, negó la presión. Parece más bien que Monti haya acudido a Madrid a solidarizarse con Rajoy, a dejar claro que tanto él como el italiano han hecho sus deberes, han cumplido su parte y ahora le toca a Europa.
“No sé si el Gobierno italiano pedirá la activación de este instrumento, habrá que examinar antes las modalidades y si lo necesitamos o no”, arrancó Monti. “Italia no necesita sin duda un rescate total. Ahora, respecto a estas acciones de acompañamiento para evitar una prima de riesgo excesiva que provocan una gran inestabilidad en la zona euro, nos reservamos esa posibilidad. Es prematuro. En este momento no creo que sea necesario, habría que ver antes la estructura”, remató al final. Esto es, dejó la puerta muy abierta. La prensa italiana le preguntó incluso si tendría que dimitir si pide esa ayuda y lo descartó abiertamente, porque no lo vería como una mala noticia.