La caverna de Don Amando
Para ejercer de telespectador de la cadena 13TV conviene estar relajado y si uno se toma una tila antes tanto mejor. Las manifestaciones cuasi guerracivilistas que emiten en ocasiones algunos de los contertulios hacen pensar que muchos televidentes la veamos cuando la vemos por curiosidad sociológica que llega a rozar el morbo. El pasado domingo el prestigioso catedrático de sociología, Amando de Miguel, no tuvo el más mínimo rubor en proponer la posibilidad de ilegalizar Podemos alegando sus conexiones con Venezuela. No solo se quedó tan pancho sino que ninguno de sus compañeros de tertulia, entre ellos algunos que presumen de socialdemócratas, se atrevió a rebatirlo. Eso en un señor que comenzó en su juventud desde posiciones de izquierda.
Con estos ideólogos se explica que esta derecha cada vez que gobierna aprovecha para limitar la democracia y las libertades en este país.
Ya Aznar, en su momento, legisló para ilegalizar la izquierda aberzale con el apoyo cómplice del PSOE. Partido éste que durante los gobiernos de Felipe no tuvo esa ocurrencia, por lo que a su apoyo hay que verle una explicación electoralista (aunque con su falta de personalidad ideológica no hay que más que ver como les va). Evidentemente, aunque realizaran ingeniería jurídica, aquella ley se convirtió, como no podía ser de otra forma, en un verdadero coladero. Ni una judicatura especialmente sensibilizada con la lacra terrorista encontraba, en muchas ocasiones, argumentos jurídicos para aplicarla. Aquello consiste, en la práctica, en privar del derecho de sufragio pasivo a unos ciudadanos que no han sido inhabilitados para ejercer cargo público por sentencia judicial. No sé si esta ley fue la causa del abandono de la lucha armada por parte de la banda o fue, más bien, la propia descomposición y degeneración de ésta, que le hacía perder apoyos de forma progresiva. En cualquier caso se aplicó aquello del fin justifica los medios. Si realmente quieren que la izquierda radical vasca esté integrada en este país no se puede dejar sin representación institucional a doscientos mil ciudadanos por poco que nos gusten ni sus ideas ni sus silencios. Para dejarlos sin representación o se les concede la independencia o, aunque sé que tiene poco sentido, que dividan Euskadi y les den un trozo donde se puedan sentir más a gusto e identificados, pero no marginarlos de las instituciones. Teta y sopa no caben en la boca.
Personas, muchos de ellos ultracatólicos y de golpe en el pecho, ponen trabas a que muchos ancianos puedan tener la última satisfacción de dar sepultura a sus fallecidos y cerrar de una vez por todas una página negra de nuestra historia. Hacen caso omiso de la ONU y de que este país sea comparable a Camboya en cadáveres sepultados en cunetas.
Querían legislar contra los escraches y tuvieron que advertirle que iría contra los, todavía constitucionales, derechos de manifestación y libertad de expresión. Su incapacidad en materia económica, por mucho que nos quieran convencer, la quieren resolver escondiendo la basura (los desheredados) debajo de las alfombras. Me resultaron patéticos en su momento tanto la vicepresidenta como González Pons, entre otros, cuando alegaban que afectaba a la sensibilidad de sus hijos. Parece ser que a los hijos de los desahuciados no les afecta ver como la policía se ve obligada a expulsar a sus padres de su vivienda y que esa noche tengan que pasarla con los abuelos o en el coche. Quizá los hijos de las clases más afectadas por la crisis deban estar más curtidos en el sufrimiento y no deben ser tan delicados como los de estos políticos. Ya la justicia, mayoritariamente conservadora, les dio a entender en varias sentencias que esto iba en el sueldo y que a nadie lo obligaban a participar en política. No todo es darse abrazos con Merkel y Obama.
Con el atentado de París aprovecharon que el Pisuerga pasaba por Valladolid para dar otra vuelta de tuerca a las libertades y, de nuevo contando con el servilismo electoralista del PSOE, dieron vía libre a la cadena perpetúa revisable cuando no existe necesidad real. Han convertido a uno de los países con menor nivel de delincuencia de Europa en uno de los que tienen mayor población penitenciaria. Prefieren gastarse el dinero en cárceles a hacerlo en políticas sociales. De nota, la verdad.
Se puede comprender, se compartan más o menos, que lleven a cabo políticas más liberalizadoras para conseguir una mayor dinamización económica, que sean más tradicionalistas en temas como la religión o la monarquía, y otras cuestiones típicas del liberalismo y el conservadurismo. Pero da la impresión que en ese partido se impone la línea más dura y cuando surge algún miembro más tolerante, como pueda ser Borja Sémper, se le margina. Parece que nos encontramos ante la derecha más retrógrada, troglodita, liberticida, cavernícola y reaccionaria de Europa que entiende de democracia en tanto se vote lo que no les moleste. Si temen a Podemos que convenzan con argumentos y hechos, y no con prohibiciones.
En fin, parece que Ciudadanos está en alza y esto lleva a que la derecha pueda tener una alternativa más moderna y que no tiene que avergonzarse por el latrocinio que muchos han llevado a cabo desde el poder ni porque su fundador fuera ministro de Franco.