Hoy se ha celebrado en Madrid una concentración en la Plaza de Colón contra la política del gobierno de Pedro Sánchez en materia de unidad nacional y negociación con los independentistas catalanes.
La convocatoria de hoy se gestó al comienzo de esta misma semana, cuando, en palabras de representantes de Ciudadanos y Partido Popular, partidos convocantes del acto, el gobierno “rebasó todos los límites” al admitir la exigencia de la Generalitat de que se designase un relator para articular la negociación entre ambas partes.
La designación del relator significaría que el gobierno de España concedería a la otra parte en las conversaciones, según los convocantes, un estatus de igual a igual que haría necesaria la figura de un tercero que, situado entre ambos, moderase sus posturas y expusiera los logros y acuerdos que pudieran alcanzarse ante la opinión pública.
Esta controvertida figura desató agrias críticas en la oposición e, incluso, en el seno del propio PSOE, donde algunas figuras en activo (y sobre todo pesos pesados del pasado como Felipe González o Alfonso Guerra), se manifestaron radicalmente en contra.
Apenas cuarenta y ocho horas después del anuncio, sin embargo, el gobierno dio por finalizadas las conversaciones con Quim Torra y sus interlocutores, al entender que planteaban exigencias inaceptables. En el origen de la ruptura estaba, también, la presentación de sendas enmiendas a la totalidad por parte de ERC y Junts per Catalunya al proyecto de ley de Presupuestos del Estado.
Partido Popular y Ciudadanos, no obstante, no han desconvocado el acto al entender que los riesgos para la unidad del país y la voluntad del gobierno de ceder ante los independentistas siguen presentes.
Desde otros sectores, en cambio, se afirma que la oposición trata de obtener rentabilidad política de los esfuerzos legítimos del gobierno por desbloquear la situación, y que la convocatoria de hoy no es tan transversal como se pretende, como lo demostraría el hecho de que es apoyada firmemente por partidos como Vox y otros situados en la extrema derecha.
Sea como fuere, la falta de acuerdo en el asunto catalán y el clima de crispación que nos rodea extienden día a día la sensación de que la legislatura está cercana a terminar.