La vuelta al carlismo en Cataluña
El motivo de ERC no es el 155. Es el terror infantil a que los radicales de Waterloo (a quienes empujó) le ganen la mano acusándola de traidora. Así que la credibilidad de su apuesta pragmática capota.
Esta Esquerra se apunta al declive del talento en la dirigencia catalana.
Iceta era una pasarela para algún reencuentro, que así se desprecia. Peligroso por su polémico talento: ¡fuera! Fuera las sedes sociales de las empresas, cerebro de la nación. Fuera la primogenitura de Cataluña como locomotora económica española, ya declinante frente a Madrid. Fuera el liderazgo de la publi, del cine, de los congresos, del europeísmo.
Bienvenido el torpe carlismo del antiguo partido de la masonería.