Maquillaje contable y bajadas de las pensiones, es el resumen de la reforma Escrivá:
Medidas de Escrivá
Parte de su propuesta consistía en trasladar poco a poco el déficit de las pensiones de 2019 al Presupuesto del Estado. Esto es: unos 20.000 millones de euros. Se traspasarían a Hacienda los gastos de funcionamiento de la Seguridad Social, las reducciones a la cotización o las subvenciones específicas a regímenes especiales como el agrario. Para llegar a esa cifra de cerca de 20.000 millones también se quitaría a Trabajo unos 10.000 millones en cotizaciones, que se destinan a desempleo de trabajadores y que pasarían a sufragar pensiones. Según distintas fuentes, todo esto está provocando tensiones con Hacienda.
La otra pata de la reforma se anclaría en medidas para hacer efectiva la edad de jubilación legal de 67 años porque muchos trabajadores se retiran antes. En la propuesta de la Autoridad Fiscal también se mencionaba ampliar el periodo que se toma para hacer el cálculo de la prestación, ahora fijado en un periodo transitorio hasta 25 años en 2023. El ministerio está analizando además la posibilidad de compensar las revalorizaciones a periodos como cinco años para así recoger el impacto de los años de IPC negativo.
Según los cálculos que barajaba la Autoridad Fiscal,
el incremento de la edad de jubilación y el aumento del periodo de cómputo para la pensión bajarían en 1,2 puntos de PIB el gasto en pensiones. Los expertos consultados valoran ya como un gran avance estas medidas. Sin embargo, quedarían tres partes sin resolver.
Por un lado, como señaló el gobernador del Banco de España y certificó la presidenta de la Autoridad Fiscal, traspasar el déficit al Presupuesto del Estado no soluciona el problema, tan solo lo cambia de sitio, dejándolo en unas cuentas públicas que ya en 2019 soportaban un déficit estructural del 3% del PIB. Ambos coinciden en que puede ser bueno traspasarlo porque da seguridad a los pensionistas y el Estado puede tener más palancas para ir absorbiéndolo con el tiempo. Pero en ningún caso consideran que sea una medida que solvente el agujero.
También quedaría sin arreglar una parte importante del incremento del gasto que habrá por la evolución demográfica. La Autoridad Fiscal calcula que de aquí a 2050 el desembolso en porcentaje del PIB aumentará entre 3 y 4 puntos tras haber suprimido las revalorizaciones del 0,25% que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy. Y de esos 3 ó 4 puntos de PIB de gasto, la reforma que planteó Escrivá estando en la Autoridad Fiscal corrige 1,2 puntos. A falta de otras medidas, quedarían al menos dos puntos de PIB por atajar.
Y ahora además entra en la ecuación el déficit que aumentará por la pandemia. Como explicó Cristina Herrero ante la Comisión del Pacto de Toledo, se trata de un problema manejable pero muy complicado y que se dificulta todavía más si la covid llegase a tener un efecto estructural en las cuentas.