Zapatero y el diferencial futbolístico con Alemania.
Yo ya sabía que íbamos a ganar a Alemania.
- Hijo ¿seguro que no quieres ponerte hoy la camiseta de España?
- No, papi, hoy no…
Ayer, mientras estábamos sentados en el comedor de la empresa, sale ZP por la tele. Balance de la presidencia española de la UE. Y viene el chistecillo de nuestro presi: “esta noche espero que el diferencial futbolístico con Alemania…”
- ¡No me jodas! ¡Ya ha tenido que hablar el capullo éste! – salta de inmediato mi compañera de trabajo. - ¡Ahora seguro que perdemos! Si es que es hablar ZP, y sube el pan – concluye mi compañera.
- No te preocupes, Inma. Los alemanes han sacado un pulpo que ha vaticinado que gana España. Se ha zampado unos mejillones, lo he escuchado en la radio esta mañana.
- ¡Venga ya! Seguro que se los han debido poner de Burela, y le estarían mas ricos. Eso es una chorrada.
- Bueno, igual que lo de ZP…
- Que no, que no. Que éste es gafe. Que ya ha tenido que hablar, seguro que hoy perdemos.
Los sudores fríos corren por mi espalda.
- Hijo ¿de verdad que hoy no quieres ponerte la camiseta, como esos señores de la selección?
- No papi, hoy no quiero…
Hace unos cuantos días, después de perder con Suiza en el debut en el Mundial, le compré a mi hijo una camiseta de la selección. Mas que nada, para que fuese vestido como sus compañeros de la guardería el día del partido. Ese día, los niños hicieron una bandera de España con cartulina roja y amarilla, y una pajita como asta.
- Muy buenas, ¿me da una camiseta de España? No se si tendrán, la quiero pequeñita, para un niño de dos años y medio.
Cada partido, mi hijo me pide que le ponga la camiseta. Y desde entonces no fallamos: victoria tras victoria. Pero hoy no… hoy no quiere. Le insisto por tercera vez:
- No papi, ¡no quiero!
- Déjale ya – me dice mi mujer-. Eres un maniático.
- No sé, estoy sorprendido. Todos los días tan emocionado porque le ponemos la camiseta, y precisamente hoy no quiere. ¡Y encima ZP ha dicho que vamos a ganar! ¡Con lo gafe que es! Esto me huele muy mal…
Final de la primera parte. Dominamos, pero no hemos creado peligro. En cualquier contraataque, estos alemanes nos la lían.
Y entonces, una manita tira suavemente de la mía.
- Papi, ponme la camiseta roja, como ese señor del fútbol.
Ahora yo ya sé lo que va a pasar.
….
Cuando acuesto a mi hijo, le doy el beso de buenas noches, y le digo:
- Hijo ¿sabes que ese señor que ha marcado gol se llama como tu?