La afirmación de que la mayoría de los ataques machistas se llevan a cabo por la población inmigrante, principalmente de etnia musulmana, es una generalización injusta y peligrosa que carece de fundamento en datos fiables y no se ajusta a la realidad.
Es importante tener en cuenta que la violencia machista es un problema grave y extendido en todo el mundo, no solo en ciertas comunidades. Además, los ataques machistas no son exclusivos de ningún grupo étnico, religión o nacionalidad.
Atribuir la violencia machista a un grupo específico de personas basándose en su origen étnico o religioso es discriminatorio e injusto. Además, este tipo de afirmaciones pueden alimentar el racismo y la xenofobia, lo que puede generar más conflictos y división en la sociedad.
Es importante abordar la violencia machista en todas las comunidades, y promover el respeto y la igualdad de género en todas las culturas y religiones. La discriminación y la generalización solo perpetúan los estereotipos y la división, y no ayudan a resolver el problema de la violencia machista.