No, no, disculpa. No habrá que pagar la cuenta de la orgia crediticia que nos hemos pegado, pretenden que paguemos la cuenta de la orgía crediticia que se han pegado. Que la diferencia, aunque "sutil", es cabreante.
Propongo, mejor que esto, que se intervengan las principales entidades financieras y se dejen caer las deficitarias, hasta que un tribunal determine el grado de implicación de esas entidades en la situación que padecemos, y posteriormente les juzgue llevándose por delante a cuantos políticos e instituciones estén pringados.
Más que entidades financieras o gobiernos responsables, parecen títeres de unos mercados y mercaderes a los que tienen verdadero terror.
Habrá que fastidiarse algo hasta que funcionase, pero una banca nacional bien gestionada por los mejores en base a las directrices de todos, sería un instrumento formidable de ayuda a la creación. Y para poner en marcha el país de nuevo.