Tarde intervengo en este tema y es que se me quitan las ganas de hablar cuando veo tanto mamoneo, tan poca vergüenza y tanto servilismo ante la banca por parte de la administración, sean del color que sean, aunque algunos más que otros parecen ir a por nuestra profesión.
¿Cómo se puede presumir de reformismo con un apoyo tan firme a la banca que sobrepasa muy sobradamente el lógico y obligado soporte al sistema financiero español?. Lógico porque a nadie se le escapa que es imprescindible para lubricar el engranaje de un sistema capitalista como el nuestro. Labor por cierto que no están, ni estaban llevando a cabo correctamente, puesto que en el pasado prestaron a quien no debían y ahora no prestan a casi nadie.
¿Cómo se puede avalar a un sistema que no cumple su cometido esencial?. ¿No se estará, por encima de todo, cimentando la futura financiación de las campañas electorales, y pagando, con dinero o aval de todos los ciudadanos, los puestos de asesores del futuro?
¿O es tan sólo miedo a que se desmonore el sistema? Hasta el punto que les dejan campar a sus anchas, lanceando sin piedad a toda la Sociedad e incándola de rodillas, cada vez que necesitamos financiación.
No entiendo cómo el mismo gobernante que pone tanto empeño en controlar, hasta el absurdo incluso, la labor de la mediación; con legislación e interpretaciones que no siempre se ajustan a la ley, si no que se aprovechan de sus vacíos o de su ambigua reglamentación. Exigiéndonos una objetiva selección de productos, supuestamente para defender a los asegurados. Asegurados que cada año pueden cancelar su póliza por muy bueno que sea su producto y por muy exclusiva y esquisita que sea nuestra atención. Mientras, al mismo tiempo, esa misma Administración, permite que la banca meta el "seguro" a sus clientes, de financiación que no de seguros; con las coberturas, las primas, las comisiones y el servicio o su ausencia de servicio, que le apetezca a la banca en cada momento, y con la falta de asesoramiento que les caracteriza, porque está claro que, por muy mal que le vaya al cliente, poco va a poder hacer, con las cláusulas hipotecarias que le penalizan con importes superiores, en ocasiones, a la propias primas de seguros.
¿Dónde está la defensa del consumidor en estos casos?
Mira que me gusta poco el Chaves y su revolución Boliviriana, pero en Venezuela han tenido los redaños necesarios para poner a bancos y concesionarios de automóviles en su sitio. O sea, financiando y vendiendo coches respectivamente.
Cuando al que guarda el dinero, guarda ¡ojo! porque no hay que olvidar que no es su dinero, no se le ponen controles muy exaustivos, es inevitable que se produzcan abusos, abusos de todo tipo. Y más cuando no se está remunerando el pasivo, porque hace tiempo que no te dan nada, o casi nada, por tus depósitos.
En fin, que me he desahogado un poco, aunque sea un poco tarde.