Completamente de acuerdo. En ocasiones no es fácil abandonar un banco.Lo viví en Bancaja,luego Bankia.Pero, aunque me costó, el esfuerzo valió la pena, y la hipoteca la terminé de pagar en el BSabadell. Hace unos meses me indigné de las nuevas condiciones abusivas y me largué también al ING como tu mujer. Hoy por hoy estoy contento. Muy contento no, porque ha sido un trabajo importante el maldito cambio de banco. Pero hay que poner un límite y cumplirlo. En el Bancaja, tengo familiares que demoraron mucho la partida. No sólo perdieron con lo de las preferentes, sino que les empaquetaron acciones con lo que perdieron mucho más dinero. Algunos abandonaron el barco, pero alguno hay que por la edad no se atrevió a hacerlo y aunque se lamenta con eso se queda. El problema de muchas personas, entre las que me incluyo, es la inercia. A todos nos cuesta cambiar. Los cambios se demuestra con el tiempo que fueron o buenos o muy buenos. Los cambios a peor han sido los menos. Y de la rapidez del cambio se derivan también ventajas. Cuando yo hice el cambio por el mes de noviembre, no era sencillo, pero éramos pocos los que nos cambiábamos y ello facilitó sin duda el proceso. Ahora es más complicado por todas las circunstancias que vivimos, y que nadie en su momento, creo, fuimos capaces de prever.Cambiar de banco, de comercio o de proveedor, nunca es fácil. Muy similar a sacarse un pincho clavado en la piel. Pero si no lo sacas duele más. Se infecta. Y al final hay que sacarlo. En este caso es peor. Han adoptado la técnica bankia que les sale bastante bien. Morder la mano que les da de comer. Eso, en cualquier país sería el final de un banco. Pero en España un banco puede quedarse con el dinero de sus ahorradores y aquí no ha pasado nada. Aquí en mi ciudad, la mitad de solares y grandes propiedades son de Bankia. Hoy Bankia es más rica que nunca con todo su inmovilizado. Y es sorprendente que no sólo no han liquidado y cubierto deudas, sino que conservan la propiedad y a parte han recibido dinero público para reponer el metálico.En fin, un mundo de pandereta. ------------------Esto nos deja con una serie, a mi juicio de principios.1º Reclamar los timos y estafas, aunque no sirva de mucho.2º Dejar de utilizar aquellos servicios que nos engañan, y comunicarlo a nuestros compañeros para que no caigan.3º Dejar de utilizar aquellos servicios que engañan a los más débiles de la sociedad, niños, ancianos y otros colectivos.4º Informar a nuestros compañeros de trabajo, de foro, amigos y otros de forma lo más objetiva posible de las circunstancias de abuso, estafa y otras para estar prevenidos. Es por ello que nadie puede juzgar a una persona que se queda en una entidad que sustrae el dinero de sus clientes. Pero nadie tiene la obligación de cargar con los errores de aquellos que siendo conocedores de las circunstancias se empeñan en seguir manteniendo la pirámide.Un fuerte abrazo compañero.