Secretismo absoluto. Ni los propios ministros conocían ayer en qué medida les afectará el recorte adicional previsto del gasto público: 5.000 millones de euros este año y otros 10.000 millones en 2011. Ayer sólo parecía clara una idea: Zapatero prepara un golpe de efecto similar a los que acostumbra a hacer durante sus comparecencias parlamentarias.
Según fuentes solventes, las medidas que anunciará para reducir el galopante déficit público español (11,2% del PIB este año) sólo son conocidas por la Oficina Económica y el Ministerio de Economía, y más concretamente, por José Enrique Serrano, director del Gabinete de Presidencia del Gobierno, y José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía. La presencia de Carlos Ocaña no está confirmada.
A expensas del citado golpe de efecto, Zapatero previsiblemente anunciará subidas en los impuestos especiales, un recorte de gasto burocrático prorrateado entre Administración Central y Comunidades Autónomas, y una reducción drástica de los sueldos de altos cargos. El presidente del Ejecutivo asegurará en su comparecencia que ya tenía previstas estas medidas antes del acuerdo alcanzado este fin de semana por la Unión Europea e incluso antes de su reunión con Rajoy. Y ayer, a modo de aperitivo, la vicepresidenta Salgado aseguró en el Senado que lo vivido en las últimas 100 horas (en los mercados) ha llevado a tomar decisiones inmediatas", pero "en absoluto" se ha improvisado o impuesto por Bruselas, ya que desde la noche del viernes Zapatero anunció su compromiso de acelerar la consolidación fiscal, explicó Salgado.
Se trata, en cualquier caso, de decisiones de escaso calado económico. Hacienda recaudó el año pasado por impuestos especiales (tabaco, alcoholes e hidrocarburos) 11.041 millones de euros, lo que significa que si el Estado aumenta un 10% los ingresos recaudaría unos 1.100 millones de euros adicionales. La marcha de esta partida, en cualquier caso, va a estar determinada por la evolución del consumo, que aunque se recuperará algo todavía seguirá estancado. El sueldo de los altos cargos es irrelevante en términos de gasto público y lo mismo sucede con el gasto corriente de los ministerios, que apenas asciende a 4.000 millones de euros, el 1% del presupuesto de todas las administraciones públicas.
Tras las prestaciones sociales, la principal fuentes gasto es el capítulo 1 de los presupuestos, el destinado a pagar el sueldo de los empleados públicos, Y en 2009, la remuneración de los asalariados del sector público –incluyendo todas las administraciones- ascendió a 124.285 millones de euros, con un crecimiento del 5,6% respecto del año anterior. Esto quiere decir que por cada punto de recorte de la masa salarial, el ahorro sería de unos 1.200 millones de euros.
Fuentes de Moncloa aseguran que Zapatero acomete esta cita cono "ánimo mejorado" tras el paquete aprobado por el Ecofin y las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Como muestra de su renovada fortaleza, dirá que el déficit público ha dejado de crecer para empezar a bajar, y relativizará el valor de esta ratio. Argumentará que no hay que sacralizarla y que, gracias a un mayor gasto público, a los pactos sociales y a las medidas de estímulo (coches, vivienda, etc), España ha salido de la recesión. También sacará pecho de su papel en los acuerdos de los países de la Zona Euro y se arrogará un papel clave en los mismos, "habiendo tenido contactos con los principales jefes de Estado" a lo largo de ese fin de semana.
Lo previsto inicialmente era que Zapatero compareciera para debatir sobre la misión española en Afganistán, pero el Ejecutivo decidió aplazar esa cita y sustituirla por la relacionada con la crisis. En particular con los ataques de los mercados a España, lo que situó el diferencial con Alemania en máximos históricos, hasta cerca de los 200 puntos básicos. El Ecofin del pasado fin de semana, en el que se obligó a España a un recorte adicional del gasto público, ha vuelto a cambar las cosas, pero no el objetivo de sus ataques: los especuladores, a quienes culpa de los problemas de España.