Lleva 35 años en el sector financiero, desde que comenzó a trabajar en el Banco de Sabadell, aunque él soñaba con entrar en la banca de inversión, “pero aquello era la aristocracia del sector, y cuando había crisis y el ciclo económico decrecía, se venía abajo”. Así, fue desarrollando su carrera en diversas entidades, como el Banco de Fomento –que luego fue absorbido por el Banco de Santander-, y finalmente llegó a Caixa Laietana, donde ahora es director de oficina. Aún así, siempre se ha sentido inclinado por la Bolsa, en la que es un experto. En sus ratos libres, se dedica a impartir clases sobre los secretos del parqué, y ha colaborado con AIF para dar formación a nuestros asociados.
-Hemos atravesado una crisis importante, que también se ha visto reflejada en la Bolsa, que ha sufrido continuos vaivenes. ¿Han existido valores-refugio en los que los inversores hayan podido confiar?
-En 2000 vivimos otra crisis en la Bolsa, que fue muy grave, y algunos valores se mantuvieron seguros. Fueron Zardoya Otis, Banco Popular, Catalana Occidente, Abertis, Griffols... Ahora ha habido mucha gente que ha hecho extrapolación de aquella situación, y ha invertido en estos valores pensando que la situación sería igual, que se mantendrían estables... Y no ha sido así. El Banco Popular ha sido muy castigado, igual que Zardoya Otis. Abertis, a principios de la década, no tenía el problema de deuda que sí ha tenido ahora. No han tenido esa calidad de valor-refugio. Aunque yo creo que vale la pena y es importante tener en la cartera a estas empresas, como Abertis, Griffols o Eurotunnel.
-En este momento, ¿qué oportunidades de negocio cree que existen? ¿Es un buen momento para decidirse a jugar en Bolsa?
-Yo creo que vivimos una etapa muy interesante, hay un buen futuro para la Bolsa. Es cierto que se ha vivido un momento malo, pero podía haber sido peor. España está en el buen camino, aunque salir de esta recesión será más complicado que otras veces. A partir de ahora, el dinero será más difícil de conseguir, habrá menos y más caro. Algunas empresas, sin embargo, han repartido beneficios, pero ahora veremos recortes. Los inversores acostumbrados a cobrar dividendos verán cómo se restringen. Habrá una volatilidad más fuerte.
-¿Y cómo valora la figura del asesor de inversión independiente? ¿Qué características debe cumplir para realizar bien su trabajo?
-Creo que el asesor independiente necesita mucha formación. Formación, pero también información. Tiene que saber en qué momento está. Y conocer muy bien al cliente, para poder establecerle una cartera interesante. El cliente no tiene que sufrir: si sufre, algo estamos haciendo mal. Yo considero que la tarea del asesor independiente es difícil, que tiene que abarcar un campo muy amplio. Tal vez la solución sería reunir en sociedades a los asesores independientes, con una buena base de expertos en temas fiscales.