La evolución de la bolsa tiene correlación con la economía en una visión de muy largo plazo pero en el corto y medio plazo se producen grandes divergencias con el ciclo económico, esto ocurre bajo la perspectiva de seguimiento de los índices bursátiles en cuanto a las empresas en particular las divergencia son mayores, incluso se pueden encontrar correlaciones negativas entre las empresas y los índices bursátiles.
El estudio de la evolución de las empresas se hace mediante el conocimiento del análisis fundamental, pero el conocimiento es limitado y solo podemos tener una parte del conocimiento total. Queremos tener las ideas claras sobre lo que está pasando y el futuro pero la información que nos llega solo son datos desordenados que son aleatorios, incompletos y no representativos y de ellos salen creencias erróneas tanto entre profesionales como aficionados, También somos victimas de ilusiones perceptivas y algunas creencias son porque parecen razonables con la información de que se dispone. Mas complicado aun es prever la evolución futura de las cotizaciones ya que el ser humano dispone de poca capacidad para la adivinación. La capacidad de acierto en predicciones es muy limitada y los posibles éxitos hay que atribuirlos a una mezcla de profesionalidad y buena suerte; en bolsa lo único predecible es la crisis, siempre llega.
Las previsiones se hacen basándose en las certezas actuales y en unas proyecciones de los datos conocidos unidos a la probabilidad de que se cumplan algunos parámetros. La probabilidad nace como consecuencia de las limitaciones del conocimiento y es un juicio lógico siempre que esté basado en la experiencia y no tiene relación directa con el proceso intuitivo que es subjetivo y carece de poder predictivo. Para hacer las previsiones tanto con el conocimiento previo como con la creación de un escenario probable ha de hacerse manteniendo la duda y en cuestionarlo todo para llegar a conseguir hechos objetivos y lo peor es que después de ello seguiremos sin tener la certeza y seguimos en el ámbito de la probabilidad. Las previsiones en bolsa siempre lo son en términos de probabilidad puesto que en economía nunca se trabaja con certezas. No se trata de adivinar el futuro, se trata de tener herramienta para minimizar el riesgo. Las predicciones están basadas en probabilidades y estas solo son un paliativo eficaz de las limitaciones del conocimiento. Existe una corriente generalizada de creer que la bolsa sube sobre un 10 % de media anual en el largo plazo y algunos pronosticadores aplican un 10 % de previsión para el año siguiente y naturalmente es un gran error siempre incluso cuando esa empresa debería de subir ese año el 10 %, porque la base que se aplica a 31 de Diciembre a la cotización, es posible que en esa fecha tenga una gran desviación sobre los fundamentales de la empresa.
El fracaso de las predicciones económicas se debe a que nos basamos en la suposición de que la economía se va a comportar de la misma forma que lo ha hecho en un pasado reciente. Cualquier paquete de predicciones es imposible de demostrar porque la correcta proyección de un futuro necesitaría introducir datos ignorados de ese futuro para acertar su composición y las tendencias que ahora podemos exponer están basadas en el grado de visibilidad que tenemos en el presente. Por lo que intentar adivinar el futuro puede parecer fácil pero lo difícil es estudiar el presente a la luz del pasado para aplicarlo al porvenir.
El premio Nobel Niels Bohr decía irónicamente “Hacer predicciones es muy difícil sobre todo si se refieren al futuro” y es que si realmente hay algo difícil es saber que nos depara el futuro. Cualquier acontecimiento venidero es difícil de prevenir pero cuando se trata de predicciones económicas las dificultades van en aumento y con respecto a la bolsa que seria una relación causa efecto con la evolución económica y con el añadido de ser un mercado en que entran factores como la oferta y demanda que además son manipulables, las divergencias entre lo previsto y lo real constituye la norma. Pero esto no quiere decir que adoptemos una postura dogmática e intuitiva ante la economía y la bolsa, al contrario las predicciones son necesarias y para su elaboración necesitamos datos, tanto en el aspecto cuantitativo como cualitativo y aplicar unas normas de sentido común para paliar la naturaleza irracional e incierta de los hechos económicos. Además se ha de aplicar la regla de Noe “no solo se ha de predecir la lluvia también se ha de construir el arca”. Una vez realizada la predicción hay que trabajar en la creación de una cartera adecuada al futuro.
Maquiavelo en “El Príncipe” recordaba a los gobernantes que deben tomar en consideración no solo las dificultades actuales, sino también la futuras y prepararse para ellas, porque cuando se anticipan, es fácil remediarlas, pero si esperas a que se acerquen, la medicina es ineficaz y la enfermedad incurable, porque como dicen los médicos, las enfermedades al principio son difíciles de detectar y fáciles de curar, pero con el curso del tiempo, si no han sido detectadas ni tratadas al comienzo, son fáciles de detectar, pero difíciles de curar.
En las predicciones hay que tratar de que prevalezca el análisis racional y la sensatez sobre los actos de fe porque hay una tendencia generalizada a creer lo que se quiere creer, sobretodo si la predicción es sobre un valor que mantenemos en cartera y no erraba Francis Bacon cuando decía “el hombre prefiere creer lo que prefiere que sea cierto”. En las predicciones es importante tener en cuenta que lo posible es más importante que lo deseable y si la predicción coincide con lo deseable más nos vale revisarla.
Las predicciones se hacen en base a la información disponible, debemos acostumbrarnos a preguntarnos donde se originó la información y cuanta distorsión, deliberada o no, es probable que se haya añadido en el camino. Lo que se presenta como de segunda mano es frecuentemente de tercera o de cuarta o mucho más remota es muy probable que sea incompleta y no representativa. La tendencia a buscar información confirmatoria al intentar calcular si una tendencia es válida, se tiende a buscar información que pueda confirmarla frente a la información contraria; se hacen preguntas o se busca información cuya respuesta positiva prestaría credibilidad a sus hipótesis. Más bien, nuestras expectativas influyen en que sometemos a la información contradictoria a un análisis mas critico que el de la concordante; en la forma en que buscamos información adicional solo cuando los resultados iniciales no concuerdan con nuestras expectativas. Cuando se habla de éxito en las predicciones, es inevitable mencionar a Julio Verne; es cierto que sus novelas tienen gran poder predictivo cuando habla de submarinos, telégrafos o algún otro invento que aun no existían pero también se dice que Julio Verne daba la vuelta al día en 80 mundos porque mas que viajar no salía del Reform Club y sus predicciones tenían mas relación con la imaginación que con una base científica. Una información que se va transmitiendo de uno en uno a todos los miembros de un grupo va condicionando la conducta de los participantes y el efecto informativo que produce la conducta del primer informador sus seguidores decidirán ignorar su propia información debido a la presión social que el grupo ejerce sobre el individuo sobretodo en caso de unanimidad; escuchar a los demás es importante y es muy probable que tengan mas información que nosotros pero también lo es que estemos rebajando nuestro nivel de información; el problema radica en que no sabremos si nuestra opinión responde a nuestras propias investigaciones o a una imitación de los que percibimos. Lo importante es que las predicciones estén fundadas en algún tipo de análisis y no hacer caso de los aciertos aislados porque hasta los relojes parados aciertan la hora dos veces al día.
En la previsiones es importante la frecuencia de los acontecimientos poco probables, así en la segunda mitad de los años 90 los acontecimientos que se dieron cada año nos mantenían mas en guardia ante acontecimientos imprevistos, mientras que en la crisis iniciada en el 2007 la larga temporada previa de liquidez en el mercado provocó un periodo alcista de las bolsas que no nos permitía ver con claridad la idea de que la estabilidad provoca desestabilización.
Más de una vez habremos oído que si se reúnen a cuatro economistas tendremos como mínimo cinco opiniones sobre lo que va a ocurrir en el futuro. Al menos de esto se quejaba Churchill, porque Keynes le daba dos. Una explicación de esta situación es que la economía depende de lo que hacemos entre todos, desde la empresa más importante hasta el consumidor mas pobre. El comportamiento de cualquier persona depende de sucesos que son impredecibles. Por tanto, la suma de comportamientos de todas las personas resulta prácticamente impredecible. El efecto económico se amplifica en bolsa al ser un mercado basado en oferta y demanda. En los fenómenos naturales hay una cadena causal que relaciona los acontecimientos unos con otros, pero en los asuntos humanos no solo se relacionan los acontecimientos sino también las perspectivas de los participantes por eso Keynes comparaba el mercado con un concurso de belleza donde la predicción de la ganadora no seria apostar por la que consideraba mas bella sino anticiparse a la que seria mas votada, según sus palabras “lo que la opinión media esperaba que fuese la opinión media”.