Hace unos 15 años escribí un post sobre INDITEX y algunas falacias sobre esta empresa basándome en el análisis fundamental. Es un valor que da mucho que hablar y hoy lo expongo bajo la visión de las finanzas conductuales; sorprende que este valor cree una gran variedad de criterios ya que la complejidad de su análisis es muy inferior a la media de los valores del mercado. Desde el punto de vista de la medicina hay ocasiones que hay que mirar que clase de paciente tiene la enfermedad antes de que clase de enfermedad tiene el paciente. Así en el artículo anterior que mencionaba trataba la enfermedad (mediante análisis fundamental) y en este trato al paciente. (mediante finanzas conductuales): las expectativas, deseos, creencias, dudas, certezas ya que, como en todas las cosas de la vida, vemos las cosas no como son sino como somos nosotros.
Expectativas. Nuestras expectativas influyen en que sometemos a la información contradictoria a un análisis más crítico que el de la información concordante; en la forma en que buscamos información adicional solo cuando los resultados iniciales no concuerdan con nuestras expectativas, sobre todo cuando introducimos información nueva, frecuentemente cuando se publican resultados trimestrales. Esto es especialmente cierto en el caso de INDITEX. Fue muy evidente en el trimestre anterior en el que la mayoría de los datos eran positivos y, en cambio, parecían invisibles para algunos; se hablaba del fin del reinado de esta empresa en el mercado.
La información coherente con nuestras convicciones previas se acepta, mientras que la evidencia que la contradiga se examina críticamente y se la descarta, y así, nuestro criterio es menos tolerante con la información contraria a nuestras creencias. Francis Bacon ya decía que el hombre prefiere creer lo que prefiere que sea cierto.
Darwin seguía una regla de oro: cuando aparecía una observación o un pensamiento que se oponía a los resultados previstos, hacia una anotación, decía que por experiencia propia de ello, porque esas reflexiones eran mucho más proclives a escapar de la memoria que los que nos son favorables. O sea, la información favorable a nuestras ideas se aprovecha y se recuerda bien, la desfavorable se ignora y se olvida. Así, las personas tienden a ver en un conjunto de pruebas lo que esperan ver, y aún más, lo que esperan ver es a menudo lo que quieren ver. Es muy probable que nuestra fe sea solo la fe de otros que en momento nos parece creíble. Conviene recordar que estas características pueden ser de sentido contrario y ver solo lo que nos interesa en ese momento.
Convicción.
Cuando más se desea que algo sea verdad, mayor será la probabilidad de que creer un relato que sobrevalore la probabilidad de que sea verdad. Así después ante el éxito de INDITEX, hay inversores que la espera ver a un PER muy bajo para poder comprar. Hay que pensar que si algún día la vemos a PER 10 es porque la empresa ya no seria lo que es actualmente, es otra cosa y puede que entonces esté más cara que ahora; un PER 10 puede ser que sus resultados han bajado muchísimo sus beneficios, por lo que pudiera ser mejor no tenerla en cartera.
Las convicciones ganan adeptos cuando otras personas se suman a la idea. Así, se sumaban hace 15 años a la idea de que el PER era muy alto, despues al cambio de CEO, posteriormente a la incapacidad de mantener el crecimiento. En el “pensamiento de grupo” hay un modo de pensar en el que entran personas con una profunda implicación en un grupo cerrado y muy cohesionado en el que se crea una unanimidad y se anula la motivación individual. Solemos dar por supuesto que la mayoría de las personas racionales creen lo que nosotros creemos, pero esta lógica tiene grandes limitaciones. Por ello, muchos errores provienen de los impulsos colectivos. Las anotaciones de Darwin van muy bien para contrarrestar la presión del grupo.
Creencias.
La mente posee conocimientos que se pueden materializar en bolsa en análisis fundamental o análisis técnico, pero las creencias son ideas que poseen a la mente, no están sustentadas de forma pragmática. Si hay algo realmente duro y difícil de llevar a la práctica es cuestionar nuestras propias creencias..
Los caprichos de nuestro sistema percepcional nos hace tener sesgos que nos llevan a cometer errores. La cuestión está en que ese tipo de errores va a acompañarnos siempre o puede ser erradicado.
Normalmente acostumbramos a abrazar una rápida creencia sobre una situación y luego buscamos información que reafirme nuestra creencia. Este hábito nocivo se llama “sesgo de confirmación”. Cuando la gente tiene posibilidad de recopilar información de algo, es más probable que seleccione información que apoye sus actitudes, creencias y acciones preexistentes. Este es uno de los sesgos más analizados en las finanzas conductuales.
Certeza.
La certeza es el conocimiento seguro de algo. Al entrar en los mercados la “certeza” hay que dejarla en la puerta. Ni se puede pasar años esperando que un buen valor baje ni se le debe poner corona a ningún valor. Si existiera la certeza se podría tener solo esta acción en cartera, pero sería una creencia que se ha de combatir con la diversificación, hay que tenerla en cartera en la ponderación adecuada para cada inversor. No todo lo claro es obvio
Además, el éxito nunca es definitivo, siempre es provisional como también lo son los conocimientos sobre el mercado, cada época de euforia es la siembra de una nueva crisis.
Ludwig Wittgenstein lo acertó sobre la certeza: “Yo sé” describe al parecer un estado de cosas que garantiza lo que se sabe, lo garantiza como un hecho. Siempre olvidamos la expresión “yo creí que sabia”.
Diría que mejor que tener grandes éxitos es cometer el menor numero de errores posible y aquí recurro al viejo Seneca: "No me pidas que iguale a los mejores, sino que supere a los malos. A mí me basta con arrancar un pedacito de mis vicios cada día y reñirle a mis errores".
La superación constante y cuestionarse continuamente es la mejor forma de combatir los innumerables sesgos que rigen nuestras vidas.
La superación constante y cuestionarse continuamente es la mejor forma de combatir los innumerables sesgos que rigen nuestras vidas.