¿Cómo hemos llegado aquí?
Una de las preguntas más corrientes de estos días no es tanto cuando podremos salir de la crisis, sino como podremos hacerlo en las mejores condiciones. Está claro que no es posible seguir con el modelo de crecimiento seguido durante la anterior fase expansiva, basado fundamentalmente en el boom de la construcción, en los excesos de gasto públicos y privados cometidos en torno a este fenómeno y en los beneficios exagerados y a veces ilegales generados por el mismo.
Consumo interno y construcción
Desde el punto de vista de la demanda agregada, el consumo de los hogares, que como es sabido supone el 56% de la demanda total, se recuperará cuando mejoren las circunstancias generales de las rentas de las familias y especialmente el empleo.
Las ayudas ofrecidas hasta ahora alivian la situación de algunas familias, pero no llegan a todas, especialmente las que están fuera del sistema y no tienen derecho al subsidio. Por lo tato, aunque es cierto que la moderación de precios mejora la renta disponible de las familias, la recuperación de la confianza y del consumo será más una consecuencia que no el motor de la recuperación.
El consumo publico seguirá aportando crecimiento aunque con tasas más moderadas que en el pasado.
En la demanda de inversión el sector inmobiliario tardará en recuperarse ya que aunque con tipos de interés y precios más bajos la compra de viviendas inicie su recuperación, deberá absorberse todo el exceso de oferta que hay actualmente sin vender. La inversión en infraestructuras continua fuerte en transporte ferroviario.
La inversión como motor impulsor de la economía
En la demanda de inversión privada en bienes de equipo tendrá que recuperarse la confianza de los inversores: maquinaria, aparatos informáticos... Aquí si podrían instrumentarse medidas que facilitasen y animasen la inversión privada, ya que ayudaría al incremento de la productividad y la competitividad de los productos españoles en el mercado global en el que estamos inmersos.
Pero es desde el lado de la oferta donde la estructura productiva de España tiene que sufrir una mayor transformación como consecuencia de esta crisis. Los servicios soportan el peso más importante (60,4% del PIB). En ellos se incluyen los servicios públicos no de mercado.
En los servicios de mercado (47,3% PIB), aquellos que están a la venta, se incluyen el comercio, el transporte, la hostelería y los servicios a las empresas.
Los servicios turísticos en España
Hay parte de ellos que agrupados conocemos como sector turístico, que tiene la ventaja de aportar un saldo positivo a nuestra debilitada posición de la balanza de pagos con el exterior. En el sector turístico somos competitivos porque tenemos sol y playas y porque disponemos de una oferta hotelera de gran capacidad que todavía no han alcanzado muchos de nuestros competidores. Ademas, estamos mejorando en ofertas turísticas de mayor calidad y diversidad.
Sin embargo, todos los sectores relacionados con el turismo deberían cuidarse y modernizarse porque es una de las pocas parcelas competitivas de gran dimensión de la estructura productiva española.
¿qué le ocurre a la industria?
Pero, ¿qué le ocurre a la industria? A través de las décadas ha ido perdiendo peso y en los últimos años prácticamente ha funcionado con las industrias auxiliares de la construcción y del automóvil: acero, cemento, cerámica, productos sanitarios, pequeña maquinaria eléctrica y mecánica, electrodomésticos, muebles... Solo ha crecido exageradamente la construcción, que como sabemos es un sector a reconvertir a una dimensión adecuada a las necesidades reales de la demanda.
Por lo tanto, todas las industrias auxiliares de la construcción deberán ajustarse a esa nueva dimensión y las que sobrevivan solo podrán aspirar a un crecimiento moderado.
otra cosa son las auxiliares del automóvil, que dependerán más de la demanda global europea, de las decisiones de las casas matriz y de las facilidades de financiación y posibles ayudas para la compra de automóviles.
El sector primario. la agricultura
En cuanto a la agricultura, ya se ha ajustado durante estos años con las ayudas comunitarias. coexiste una agricultura productiva de carácter temprano, con ventajas competitivas respecto al resto de países de la UE, pero a la que cada vez le salen mas competidores.
La agricultura que tenemos hay que cuidarla, pero por su dimensión, indudablemente no puede ser un soporte de la economía española futura.
Conclusiones
Por lo tanto, es cierto que la crisis actual obliga a ajustarse desde todos los puntos de vista. Pero hay que buscar las oportunidades y mejorar, ya que lo único que puede compensar el ajuste de la demanda interna son las exportaciones, ya sean de bienes o de servicios.
Por eso desde el sector publico debería estudiarse a fondo en donde inciden los mayores costes que impiden tener una mayor competitividad, y como incentivar la inversión privada para aumentar la competitividad sin que sea necesariamente con la actual reducción de empleos.
¿Te ha resultado interesante? Suscríbete vía email o RSS a Berbis Swap
Artículos relacionados:
Las guerrillas electorales
Los "Lobbies" también hablan
Hablemos del futuro del sector energético
Actores macroeconómicos de la liquidez del mercado
Yo soy competitivo, y tú ¿eres productivo?
Países emergentes y la no alineación
¿Como afectará la crisis a nuestra balanza comercial?
Tasa de morosidad hipotecaria y estadísticas maquilladas
Las guerrillas electorales
Los "Lobbies" también hablan
Hablemos del futuro del sector energético
Actores macroeconómicos de la liquidez del mercado
Yo soy competitivo, y tú ¿eres productivo?
Países emergentes y la no alineación
¿Como afectará la crisis a nuestra balanza comercial?
Tasa de morosidad hipotecaria y estadísticas maquilladas