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Caída de bolsas y la limpieza de las economías de Brasil y China

La caida de bolsas a menudo se muestra como algo malo, especialmente entre los que discrepan en materia de intereses geopolíticos con los actores principales.  Pero en el caso de China hace un tiempo, y Brasil hoy, podría considerarse como una corrección económica necesaria para limpiar la economía de especuladores.

China devaluó el yuan hace un tiempo para aumentar su competitividad.  Esto significa que aquellos que especulaban con burbujas hipotecarias en China iban a perder dinero si dejaban sus dinero especulativos en yuanes.  Así es como la devaluación del yuan empujó una caída de bolsas, o dicho de otra manera, eliminó la demanda artificial de la burbuja creada por los especuladores, lo cual a la larga es doblemente sano, porque además de aumentar competitividad, limpiaban su economía de burbujas financieras.

Ahora parece ser el turno de Brasil.  Lula, en conjunto con Hugo Chávez, y en menor grado Cristina Fernández, nunca fue favorito de los banqueros que gustaban de jugar al casino financiero con los estómagos y el hambre de los ciudadanos.  Con medios inclinados a favor de los bancos, en cuyas filas de sesgo mediático ahora se suma El País, se habla de una caída de bolsa en Brasil que es el resultado de una acusación judicial contra Lula.

En un giro impensable hace unas semanas e inimaginable hace un año, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se apresta, según varios medios brasileños, a entrar en el Gobierno de Dilma Rousseff, la persona a la que él mismo eligió para sucederle. - La Bolsa cae ante la expectiva de que Lula sea ministro del Gobierno Rousseff
En cierta medida es ridículo que las bolsas caigan por semejante razón, pues sería como si el caso de Urdangarin fuera a hundir el IBEX.  Los especuladores no compran o venden en virtud de simpatías personales, sino sobre la base de ganancias.  Gustan de crear burbujas y bandazos desestabilizadores, y suelen retirarse de un país cuando les cortan su juego de casino donde las fichas significan hambre para los locales.
 
Cuando miramos a Lula y su política monetaria, vemos que se pensaba que Lula iba a seguir promoviendo la economía de casino de Cardoso (que nos recuerda un poco la política de casino de España con la burbuja inmobiliaria que los poíticos negaban).
Las crisis financieras de 1998-1999 son, en parte, un resultado de las fragilidades del modelo económico instalado bajo la dirección de Cardoso: la "economía casino" sobre la cual reposaba la lógica del régimen de crecimiento. A saber, el ajuste del balance de pagos a través de las altas tasas de interés con el objeto de atraer capitales, financiar el servicio de la deuda y compensar el déficit comercial; dejaba la puerta abierta a los "vientos en contra" de las finanzas internacionales y contaba como único recurso la aplicación de políticas drásticas de austeridad (subas muy pronunciadas de la tasa de interés, recorte del gasto público, en particular del gasto social, devaluaciones) hasta que los capitales fluyeran nuevamente con el fin de recuperar la credibilidad perdida. Tal política precipitaba la crisis y hacía pagar el mayor costo a los más vulnerables: los pobres y los sectores más humildes.  Alejada de los principios del Consenso de Washington, la política de Lula, al contrario de la de su predecesor, estaba orientada a conseguir y acentuar el sostenimiento de los niveles de demanda a partir del aumento del salario mínimo y de las transferencias sociales, la suba del gasto público (luego de una reforma fiscal) y facilidades de crédito para el consumo y para la producción. Esto lleva a constatar una ruptura en estos puntos. - Brasil, el legado económico de Lula: éxitos y límites
Rousseff fue algo más floja frente a los jugadores del casino financiero, y aunque fue sucesora nombrada por Lula, siguió una dirección radicalmente distinta.
El Gobierno brasileño ha acusado a EEUU y a China de promover una guerra cambiaria para aumentar sus exportaciones, lo que está reduciendo la competitividad de países en desarrollo como Brasil. - Rousseff se queja ante Obama de la política monetaria de EEUU y Europa
Es entendible entonces que la vuelta de Lula empuje la huida de los especuladores.
 
El problema del dinero de los especuladores es que obtienen ganancias especulativas con variaciones de precios y burbujas, pero el dinero no se queda el suficiente tiempo en el país para ayudar a la economía real a producir más, y las burbujas encarecen aquello donde se instala la demanda artificial de los especuladores.  Entonces, aunque a nivel de números parezca que se viene abajo el país, en realidad lo que sucede es una corrección económica, la vuelta a la realidad, la limpieza financiera del país.
 
En España la limpieza y corrección vino con el estallido de la burbuja, y los ciudadanos pagaron el precio, pues los especuladores de todos modos van a reventar los precios un día de estos.  Entonces ya sea por la llegada de Lula o porque ya sacaron las ganancias y es hora de reventar burbujas, los especuladores siempre terminarán haciendo lo mismo.
 
Por supuesto, como Lula no es amigo de los casinos de especuladores, viene la mala prensa.  Una cosa es la vida personal de un poítico y otra su gestión de gobierno.  Zapatero y Rajoy quizás no tengan escándalos personales, pero tienen en su haber haber puesto a España en el top 10 de desempleo mundial, una categoría donde no aparecen ni Argentina ni Venezuela.  Por supuesto, las comparaciones muchas veces no satisfacen, porque siempre hay quienes prefieren la negación eurocentrista.
 
A veces los países tienen que decidir entre libertad o comida sobre la mesa, o a veces entre políticos de imagen intachable o políticos que gestionan bienestar para un país.  La decisión corresponde a los pueblos.  
 
Así, se diga lo que se diga, al final el resultado que vemos es una corrección económica en China y Brasil, algo que iba a suceder algún día de todos modos.  Aunque parece algo malo, quizás no sea tan malo, porque al reventar la especulación, ahora los gobiernos pueden tener una mejor foto de la situación para tomar medidas y efectuar verdadera gobernanza orientada a una solución de problemas.
 
Si Lula debe o no algo a la justicia, o si hay o no corrupción, eso es algo que tendrán que manejar en el fuero privado.  En todo caso, entre los bandazos de los especuladores que sabemos que causan paro en el 100% de los casos, y la posible corrupción que puede causar posibles problemas al país por parte de un sujeto que no es amigo del juego de los especuladores, ¿cuál es la mejor decisión?
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