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¿Cómo Analizar un ETF de Manera Fácil?

Casi siempre hablamos de negocios (acciones) en esta Newsletter, pero hoy, me gustaría hablar sobre los ETFs ya que parece que cada vez más la popularidad de estos está aumentando.Búsquedas de ETF en Google. Fuente: Google Trends.
Casi siempre hablamos de negocios (acciones) en esta Newsletter, pero hoy, me gustaría hablar sobre los ETFs ya que parece que cada vez más la popularidad de estos está aumentando.

Búsquedas de ETF en Google. Fuente: Google Trends.


Analizar a fondo un ETF antes de invertir es clave para tomar buenas decisiones.
Un ETF (Exchange Traded Fund) es un fondo cotizado que replica un índice, sector o grupo de activos y se negocia en bolsa como si fuera una acción.

A simple vista los ETFs facilitan diversificar con bajo coste, pero cada ETF es diferente. Por lo tanto, hoy hablaremos en detalle de cómo analizarlos (te muestro en vídeo como descargar la composición de los mismos con un ejemplo).

Vamos a ello.
Te dejo por aquí las redes sociales por si te interesa tener acceso a más contenido:


Paso 1: Define tus Objetivos y el Tipo de ETF que Necesitas


Antes de sumergirte en métricas y datos, aclara qué buscas con el ETF y qué tipo de activo representa.

Determina la clase de activo objetivo: ¿es renta variable (acciones) o renta fija (bonos)? ¿Materias primas, inmobiliario (REITs) u otro sector específico?

Por ejemplo, quizá desees exposición a la bolsa mundial (renta variable global) o tal vez un ETF sectorial tecnológico. Identificar esto te permitirá enfocar el análisis en el producto adecuado.

  • Objetivo de inversión: Alinea el ETF con tus metas y perfil de riesgo. Si tu horizonte es largo plazo y tolerancia al riesgo alta, podrías asignar, por ejemplo, un 90% a ETFs de renta variable y un 10% a ETFs de renta fija para diversificar. Un inversor más conservador tal vez invierta una proporción mayor en renta fija.

  • Índice subyacente: Verifica qué índice o activo replica el ETF. Esto define en qué invierte exactamente. ¿Es un índice amplio y diversificado como el MSCI World o S&P 500?

En resumen, tener claros tus objetivos y el universo del ETF (acciones globales, sectoriales, bonos corporativos, etc.) es el primer paso para orientar el análisis en la dirección correcta.

Paso 2: Revisa las Características clave del ETF


Una vez elegido el tipo de ETF acorde a tus objetivos, toca examinar sus características fundamentales. Estas son las métricas y datos básicos que describen cómo funciona el fondo y qué tan eficiente es:

  • Comisión (TER): Revisa el TER (Total Expense Ratio) o ratio de gastos anual del ETF. Es la comisión de gestión anual expresada en porcentaje. Un TER más bajo es preferible, ya que reduce el coste que come la rentabilidad del fondo. Por ejemplo, un ETF indexado amplio suele tener TER < 0,2%, mientras que ETFs temáticos o de países emergentes pueden ser más caros. Compara el TER con otros ETFs similares para asegurarte de que sea competitivo. Recuerda incluir también los posibles costes de operación (comisiones de compra/venta de tu bróker), aunque esos no forman parte del TER del ETF en sí.
  • Tamaño del fondo (AUM): Observa el patrimonio o tamaño del ETF (AUM, assets under management). Un fondo muy pequeño (p.ej. menos de 50-100 millones de euros) podría ser poco líquido o incluso correr riesgo de ser cerrado por la gestora en el futuro. En cambio, un ETF con cientos o miles de millones en activos indica popularidad y liquidez suficiente. Un volumen alto suele traducirse en mayor facilidad para comprar/vender sin afectar al precio.
  • Antigüedad y historial: Comprueba la edad del ETF. Si lleva varios años en el mercado, tendrás más datos históricos para evaluar su comportamiento y compararlo con otros. Un ETF nuevo no tiene mucho recorrido aún; uno con 5-10 años ofrece más confianza y un historial de rendimiento que analizar. La antigüedad también suele correlacionar con mayor patrimonio (los ETFs exitosos sobreviven y crecen con el tiempo).
  • Liquidez: La liquidez se refleja en el volumen diario de negociación y en el spread (diferencial compra-venta). Un ETF líquido tendrá un volumen alto de transacciones en bolsa y un spread estrecho, facilitando entrar o salir sin penalizaciones significativas en el precio. La liquidez depende en parte del tamaño del fondo y también de qué tan líquidos sean los activos subyacentes. Por ejemplo, un ETF de S&P 500 será muy líquido; uno de acciones de mercados frontera o bonos high-yield podría tener menos liquidez.
  • Índice y estrategia: Confirma exactamente qué sigue el ETF y cómo lo hace. Lee la descripción: ¿Replica físicamente un índice comprando todos sus componentes, o usa réplica sintética mediante derivados? También fíjate si hace sampling (muestreo) en vez de comprar todos los valores (común en índices muy extensos). La estrategia debe ser transparente: por ejemplo, un ETF puede seguir un índice de "dividendos altos globales", uno de "bonos corporativos europeos", etc. Entender esto te ayuda a anticipar de qué depende su rendimiento.
  • Método de réplica (físico vs. sintético): Un ETF de réplica física adquiere los valores del índice (sea réplica total o parcial). Uno de réplica sintética utiliza contratos swap u otros derivados para replicar el índice sin tener todos los activos físicamente. Los físicos dan más transparencia en cuanto a la composición, mientras que los sintéticos pueden tener riesgo de contraparte (aunque las gestoras suelen mitigarlo).
  • Distribución de dividendos: Averigua si el ETF es de acumulación o de distribución. Un ETF de acumulación (accumulating) reinvierte automáticamente los dividendos o cupones que recibe, aumentando el valor liquidativo. Uno de distribución (distributing) reparte periódicamente esos dividendos a los tenedores. Ninguna opción es inherentemente "mejor"; depende de tu estrategia y, en muchos casos, de la fiscalidad de tu país. Si buscas reinvertir a largo plazo y optimizar el interés compuesto, los acumulativos son convenientes. Si necesitas flujo de caja regular o prefieres decidir cómo usar los dividendos, elige distribuidos. Comprueba la política de pagos y periodicidad (trimestral, semestral, etc.) si es distributivo, y el rendimiento por dividendo que está ofreciendo recientemente.
  • Proveedor y regulación: Mira quién es la gestora del ETF (iShares de BlackRock, Vanguard, Amundi, etc.) y asegúrate de que sea de confianza. Las grandes casas suelen brindar más liquidez y recursos. Además, verifica el domicilio del fondo y regulación: para inversores europeos es importante que el ETF sea UCITS (OICVM) porque cumple estándares regulatorios y fiscales favorables en la UE. Por ejemplo, muchos ETFs en Europa están domiciliados en Irlanda o Luxemburgo bajo normativa UCITS. Evita en lo posible ETFs domiciliados fuera de tu jurisdicción si implican desventajas legales o fiscales (un ETF USA no UCITS, por ejemplo, puede no estar disponible en la UE y suele conllevar retenciones fiscales mayores sobre dividendos). La página de información del ETF debe indicar si es UCITS y su ISIN (los ISIN que empiezan por "IE", "LU", etc., son de Irlanda/Luxemburgo; uno que empiece por "US" sería un ETF de EE.UU., no UCITS).

Esta información básica te dará una idea inicial de la eficiencia y adecuación del fondo antes de profundizar más.

Paso 3: Analiza la Composición y diversificación de la cartera del ETF


Entender en qué invierte exactamente el ETF es fundamental. Aunque ya sabes el índice o tema que sigue, es importante revisar la composición de su cartera para evaluar la diversificación y posibles riesgos específicos:

  • Principales posiciones: Examina las posiciones top 10 del ETF y el porcentaje que representan. Esto suele estar disponible en la ficha del fondo o en plataformas como JustETF y Morningstar, que muestran las mayores inversiones del ETF. Por ejemplo, en el siguiente vídeo te muestro como descargar el Excel del iShares Semiconductor ETF:

 


2. En el Excel ordenamos y cambiamos los “.” por “,” y veremos que las primeras 14 posiciones suponen el 74,5% del ETF:
  • Distribución por sectores y geografías: Revisa la distribución sectorial y geográfica de las inversiones. Muchos ETF globales cubrirán varios sectores (tecnología, financiero, salud, etc.) y países. Comprueba si realmente ofrece la diversificación que esperas o si tiene sesgos.
  • Calidad crediticia y vencimientos (para renta fija): Dado que también podemos cubrir renta fija, si el ETF es de bonos, la composición se analiza con criterios distintos: fíjate en la calidad crediticia de los emisores (¿son bonos gubernamentales AAA, bonos corporativos grado de inversión, high yield basura, etc.?), y en la duración o vencimiento promedio de la cartera (bonos a corto plazo vs largo plazo). Estas características te indican el riesgo de tipo de interés: un ETF de renta fija con duración larga sufrirá más si suben los tipos de interés, uno de duración corta será más estable pero con menor rentabilidad esperada. La diversificación en renta fija también implica ver la distribución por emisor o país. Por ejemplo, un ETF de bonos globales puede tener 60% gobiernos de EE.UU./Europa y 40% empresas, etc. Asegúrate de que no esté dominado por un solo emisor o país a menos que esa sea tu intención (por ejemplo, un ETF de bonos del Tesoro USA obviamente estará 100% en bonos USA; ahí la diversificación sería entre distintos vencimientos más que entre emisores).

Un ETF puede tener cientos de posiciones, pero si las primeras 5 dominan el 50% del peso, la diversificación efectiva es menor.

Analizar la composición te da claridad sobre lo que realmente estás comprando cuando adquieres el ETF.

No te quedes solo con el nombre del fondo, a veces dos ETFs con nombres similares pueden tener composiciones distintas. Este paso te protege de sorpresas y asegura que el ETF seleccionado coincide con tus expectativas de diversificación. 

 

Paso 4: Evalúa el Rendimiento Histórico y el Riesgo del ETF


Pasemos ahora a medir cómo se ha comportado el ETF y qué riesgos conlleva. Aunque la rentabilidad pasada no garantiza la futura, analizar el historial te ayuda a entender la volatilidad y eficacia del ETF en replicar su índice:

  • Rentabilidad histórica: Consulta el rendimiento pasado del ETF en distintos plazos: 1 año, 3 años, 5 años y desde su creación. Compáralo con la rentabilidad del índice de referencia (si se dispone) o con ETFs similares. Esto te indica si el ETF lo ha hecho razonablemente bien.
  • Volatilidad y caídas: Evalúa el riesgo mirando la volatilidad histórica. Muchos sitios (Morningstar, JustETF, la propia ficha del ETF) te dan datos como la desviación estándar del fondo, o simplemente puedes inferir riesgo viendo las mayores caídas. ¿Cuál ha sido la caída máxima (drawdown) en su historia? Por ejemplo, un ETF de acciones puede tener volatilidad anual ~15-20% y haber sufrido caídas temporales de 30-50% en crisis; un ETF de bonos gubernamentales quizás solo haya caído 5-10% en sus peores momentos.
  • Tracking error y tracking difference: Un aspecto técnico pero importante es cuánto se desvía el ETF de su índice. El tracking error mide la volatilidad de la diferencia de rendimientos entre el ETF y el índice (en términos simples, qué tan consistentemente sigue al índice día a día). Un tracking error bajo significa el ETF replica muy fielmente; uno alto significa más variación (podría ser por costos, por optimización de cartera, etc.). También mira la tracking difference, que es la diferencia en rentabilidad acumulada entre el ETF y el índice en un periodo dado. Idealmente, el ETF debería quedarse ligeramente por debajo del índice por un monto cercano a su TER (porque los costos le restan algo de rendimiento). Si ves que un ETF, por ejemplo, en 1 año rindió un 8% mientras el índice hizo 8.5%, y su TER es 0.3%, eso cuadra (8.5 - 0.3 ≈ 8.2, cercano al 8% logrado, restando quizá algún coste extra).
  • Rating y análisis cualitativo: Si la plataforma lo ofrece, revisa si el ETF tiene alguna calificación de analistas o rating de estrellas (por ejemplo, Morningstar da de 1 a 5 estrellas basadas en rendimiento ajustado al riesgo y costos frente a pares). Un rating alto (4-5 estrellas) sugiere que ha sido consistente y competitivo en su categoría.
  • Comportamiento en diferentes escenarios: Reflexiona sobre cómo encaja el comportamiento del ETF con los escenarios de mercado. Por ejemplo, un ETF de renta fija de corto plazo tendrá probablemente rendimientos modestos pero muy estables incluso en crisis, cumpliendo su rol defensivo (lo viste quizá subir ligeramente cuando la bolsa caía).

En definitiva, evaluar rendimiento y riesgo te confirma si el ETF hace bien su trabajo (replicar el índice eficientemente) y si podrás aguantar las fluctuaciones que conlleva.

Siempre recuerda que rentabilidades pasadas no garantizan futuras, pero la historia sirve para conocer la naturaleza del ETF.

Paso 5: Considera la Diversificación y la Función del ETF en tu Cartera


No analices el ETF en el vacío, piensa en cómo encaja en tu portafolio global y qué papel va a jugar. Un ETF puede ser excelente por sí solo, pero debes asegurarte de que complementa tus otras inversiones y no las duplica o desequilibra:

  • Diversificación vs. solapamiento: Si ya tienes otros fondos o ETFs, comprueba qué tan complementario es este ETF nuevo. Evita duplicar exposiciones sin querer. Por ejemplo, si ya inviertes en un ETF MSCI World y añades un ETF S&P 500, estás solapando bastante la exposición a EE.UU. y a empresas grandes norteamericanas.
  • Correlación y balanceo: Considera la correlación entre este ETF y tus otros activos. Si es un ETF de renta variable, sabe que estará altamente correlacionado con la bolsa en general. Añadir un pequeño porcentaje en un ETF de renta fija o de otro activo (como oro) puede aportar balance, ya que suelen moverse diferente.
  • Reequilibrio y seguimiento: Una vez integrado el ETF, planifica cómo monitorearás su desempeño dentro de tu cartera. Define si vas a rebalancear periódicamente (vender algo de lo que subió mucho para comprar lo que bajó y mantener porcentajes objetivo).

En resumen, analiza el ETF dentro del contexto de tu portafolio total, no solo su rendimiento aislado. La meta es construir una cartera donde las piezas juntas te acerquen a tus objetivos con un riesgo controlado, más que apostar todo a un solo producto.

Herramientas y Recursos útiles para Analizar ETFs


Contamos con muchas herramientas gratuitas online para facilitar todo este análisis. Algunas de las más útiles para inversores particulares son:

  • JustETF: Plataforma especializada en ETFs, muy popular en Europa. Permite buscar ETFs por categoría, comparar varios fondos, ver sus datos clave (TER, domicilios, réplica, etc.) y listas de holdings principales.
  • Morningstar: Página de análisis de fondos que incluye ETFs. Aquí encontrarás un análisis más profundo, con métricas como volatilidad, drawdown, rating Morningstar, rentabilidad ajustada al riesgo, y a veces reportes de analistas.
  • Webs de gestoras (BlackRock iShares, Vanguard, etc.): No olvides visitar la página oficial del proveedor del ETF. Ahí tendrás la información “de primera mano”: folleto completo, KID (documento de información clave para el inversor), ficha técnica del fondo, datos actualizados diarios y la lista completa de posiciones descargable.
  • LazyPortfolioETF y herramientas de backtesting: Mencionada anteriormente, la web LazyPortfolioETF (en inglés) muestra carteras modelo y te deja hacer backtest (prueba retrospectiva) de distintas combinaciones de ETFs. Es útil para experimentar con porcentajes y tipos de activo, y ver resultados históricos en términos de rendimiento y riesgo.

En resumen, apóyate en estas herramientas para recolectar datos y contrastar la información.

La combinación de JustETF + Morningstar + ficha oficial del ETF te dará prácticamente todo lo que necesitas saber.

Checklist Final para Analizar un ETF antes de invertir


  1. Objetivo e índice: Identifica el objetivo del ETF y el índice o activo que replica. ¿Corresponde a la exposición que buscas (por sector, región, tipo de activo)?
  2. Tipo de activo: Verifica si es de renta variable o renta fija (u otro) y asegúrate de comprender las implicaciones (volatilidad más alta en acciones, más estabilidad pero menos retorno en bonos, etc.).
  3. Costes (TER): Comprueba la comisión anual TER y compárala con la de ETFs similares. Cuanto más baja, mejor para tu rentabilidad.
  4. Tamaño y liquidez: Revisa el patrimonio del fondo (¿supera al menos ~100 millones?) y su liquidez (volumen de negociación, spread bajo). Un ETF grande y líquido es más seguro y fácil de operar.
  5. Método y política: Confirma el método de réplica (físico o sintético) y la política de dividendos (acumulación vs distribución), elige según tu preferencia y situación fiscal.
  6. Composición de la cartera: Analiza las principales posiciones y la diversificación interna. ¿Hay concentración en pocos nombres o buen reparto?
  7. Riesgo y rendimiento histórico: Examina la rentabilidad pasada en varios periodos y la volatilidad. Observa el tracking error (qué tan bien sigue al índice) y el riesgo (caídas máximas, calificación 1-7 del KID).
  8. Encaje en tu portafolio: Considera el peso que le darás en tu cartera y cómo complementa tus otras inversiones. ¿Aporta diversificación o estás duplicando exposición?
  9. Herramientas y documentación: Lee la ficha y KID del ETF para cualquier detalle extra (comisiones ocultas, riesgos específicos).
  10. Revisión periódica: Una vez invertido, planifica revisiones periódicas de este ETF dentro de tu cartera (por ejemplo, trimestral o semestralmente).

Espero que este post te sirva de ayuda.

Hasta la próxima,

David. 



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