Estamos viviendo en directo uno de los mayores crash de la historia (renta fija), que cursa por su tercer año y parece que no pasa nada. Como la bolsa resiste, el inversor piensa que todo volverá a su cauce cuando los BC bajen tipos. Eso es "desconocer" los fundamentales de esta historia. El periodo 2008-2021 ha sido la anomalía histórica, no la nueva normalidad. El final de este periodo traerá (en realidad ya lo estamos sufriendo) un amargo despertar.
No hace falta hacer previsiones, solo seguir los datos. Y la realidad que subyace tras estas cifras es realmente devastadora. Podemos pretender ignorar lo que ya tenemos delante, pero eso no evitará sufrir las consecuencias...
En lugar de quejarse por otro post apocalíptico, sigan los datos que se presentan y luego analicen sus posibles consecuencias (ojo con el artículo de los derivados, que es una dura introducción a los cambios acaecidos sobre la propiedad de nuestros activos, depositados en entidades financieras).
Colapso global.
La mayor burbuja de la historia explotó a comienzos de 2020. Solo que esta vez en lugar de ser un evento fulminante, lo ha hecho a cámara lenta, difuminando su impacto a lo largo de más de tres años.
Naturalmente se avisó con mucho tiempo, lo que ya era evidente.
https://futurocienciaficcionymatrix.blogspot.com/2022/06/la-explosion-de-la-mayor-burbuja-de-la.html
Hundimiento del mercado de renta fija.
Hace unas semanas este gráfico mostraba caídas del 58% desde mediados de 2020.
La actual caída de los bonos es histórica. El ETF de EDV, que mide el precio de los bonos del Tesoro estadounidense a muy largo plazo, ha caído un 58% en poco más de tres años. La caída actual del mercado de bonos es ahora mayor que la registrada por el mercado de acciones durante la última crisis financiera de 2008 (-56%).
Unas semanas más tarde, la caída continúa.
Ya alcanza el 64%.
Y las previsiones para mediados de 2024, llegan hasta un 80%. Esto es una caída semejante a los descensos de las bolsas en la gran depresión del 29.
Este tsunami de pérdidas se está acumulando en los balances de las entidades financieras, fondos de pensiones, casas de seguros y todas aquellas empresas que durante más de una década han comprado bonos y empréstitos a tipos cero o negativo.
Las pérdidas alcanzan billones de dólares, aunque se almacenan en los balances como pérdidas latentes.
En el caso de solo bancos USA...
Por ejemplo, las pérdidas latentes de Bank of América ascienden a 131.000 millones de dólares. Para ser conscientes de la magnitud de las pérdidas, decir que la capitalización bursátil del banco alcanza los 208.000 millones de dólares.
Los resultados del Bank of America confirman la magnitud de los riesgos que enfrenta el sistema bancario estadounidense.
Las pérdidas potenciales en los valores HTM (Hold to Maturity) del banco ascienden ahora a 131.600 millones de dólares, un aumento de 26.000 millones de dólares sólo en el tercer trimestre. Nunca antes el banco se había encontrado con un nivel tan alto de pérdidas virtuales en estos bonos mantenidos hasta el vencimiento.
Pero BoA no es la única institución que se encuentra en esta situación. El aumento de las tasas de interés iniciado por la Reserva Federal ha tenido un efecto devastador en los bonos, que fueron comprados masivamente por bancos, aseguradoras y fondos de pensiones cuando las tasas estaban bajas.
Los pagos por intereses de los bancos, superan el caso de 2008.
Los derivados son el problema que derribará el sistema.
Pero esto con ser grave (gravísimo) no es lo peor. Solo es la punta del iceberg.
El mercado de los derivados es el elefante en la habitación que amenaza con destrozar el sistema al completo y tiene unas consecuencias para todo el mundo, incalificables.
¿Qué pasa si la contraparte no puede cubrir las garantías?.
Lean despacio por favor (el artículo al completo).
"“¿No poseerás nada y serás feliz”? David Webb ha repasado los 50 años de historia de todas las estructuras legales que se han implementado para permitir técnicamente que eso suceda”. [Entrevista del 2 de octubre titulada ' La gran expropiación: ¿quién es realmente el dueño de sus activos ?'
A menudo se estima que la burbuja de los derivados supera el "billón" (quadrillion en el original) de dólares (un quadrillion son 1.000 trilliones (1.000 billones en español)). El PIB total del mundo se estima en 105 billones de dólares, o el 10 por ciento de un cuatrillón; y la riqueza colectiva del mundo se estima en 360 billones de dólares. Es evidente que no hay suficientes garantías en ninguna parte para satisfacer todas las reclamaciones derivadas.
La mayoría de los derivados ahora involucran swaps de tasas de interés y las tasas de interés se han disparado. La burbuja parece a punto de estallar.
¿Quiénes fueron las intrépidas contrapartes que se inscribieron para tomar el otro lado de estas arriesgadas apuestas en derivados? Al parecer, al principio eran bancos, liderados por cuatro megabancos : JP Morgan Chase, Citibank, Goldman Sachs y Bank of America. Pero según un libro de 2023 llamado The Great Taking , del veterano administrador de fondos de cobertura David Rogers Webb, el riesgo de contraparte en todas estas apuestas lo asume en última instancia una entidad llamada Depository Trust & Clearing Corporation (DTCC), a través de su nominado Cede & Co. .
Véase también Greg Morse, '¿ Quién es el dueño de América? Cede & DTCC ', y A. Freed, ' ¿Quién es realmente el dueño de su dinero? Parte I, El DTCC '). Cede & Co. es ahora el propietario registrado de todas nuestras acciones, bonos, valores digitalizados, hipotecas y más; y está gravemente subcapitalizado, con un capital de sólo 3.500 millones de dólares, claramente insuficiente para satisfacer todas las posibles reclamaciones de derivados. Webb cree que esto es intencional.
¿Qué pasa si la DTCC quiebra? Según la Ley de Protección al Consumidor y Prevención del Abuso de Quiebras (BAPCPA) de 2005, los derivados tienen "superprioridad" en caso de quiebra. (La BAPCPA en realidad protege a los bancos y a los demandantes de derivados más que a los consumidores; fue la misma ley que eliminó la protección por quiebra para los estudiantes).
Los demandantes de derivados ni siquiera necesitan acudir al tribunal de quiebras, sino que pueden simplemente apoderarse de la garantía del patrimonio en quiebra, sin dejar nada para los demás acreedores garantizados (incluidos los gobiernos estatales y locales) o los acreedores no garantizados de los bancos (incluidos nosotros, los depositantes). ). Y en este caso, el 'patrimonio en quiebra' (las tenencias de DTCC/Cede & Co.) incluye todas nuestras acciones, bonos, valores digitalizados, hipotecas y más."
... sigue.
"En cuanto al momento, Webb dice que sólo el movimiento de las tasas de interés, del 0,25 por ciento al 5,5 por ciento, ya debería haber colapsado el mercado. Cree que se está retrasando artificialmente, mientras "ellos" ponen en marcha los sistemas necesarios."
...
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Sí, una subida de tipos como la ejercida en corto espacio de tiempo, crea las condiciones perfectas para asegurar una quiebra masiva.
De momento, las pérdidas se mantienen latentes, sin aparecer por la contabilidad trimestral de la cuenta de resultados, esperando un milagro.
Si habéis visto la película "Margin Call", estamos justo en ese momento donde los gestores de las grandes entidades se dan cuenta de la quiebra de la empresa y son conscientes de la posibilidad de que el mercado llegue a la misma conclusión. En el film, deciden adelantarse al mercado y ejecutar todas las posiciones (con pérdidas monstruosas), antes de que se produzca el pánico y sea el mercado el que liquide la "firma".
Oferta y demanda marcan el precio de los bonos.
Como he dicho otras veces, los precios de los bonos (y por tanto su rentabilidad), no vienen dirigidos por la inflación, sino por la oferta y la demanda. Y los problemas siguen creciendo a medida que la oferta sigue incrementándose como consecuencia de los gastos gubernamentales (entre otros factores), mientras la demanda exige mayores precios para "arriesgarse".
"Un desequilibrio "enorme"
Para Dalio, el desequilibrio entre la demanda de bonos americanos y una oferta superior en el mercado va a terminar llevando la rentabilidad del bono por encima del 5%. "Hay una situación anormal de oferta-demanda en el mercado, debido a la gran cantidad de deuda que tiene que vender el gobierno estadounidense", una oferta que, en el futuro, va a seguir siendo "enorme", indica el inversor.
Por su parte, Larry Fink se centra en la parte de la demanda, y señala cómo "los potenciales compradores están ahora mucho menos dispuestos a comprar los bonos, por distintas razones, y entre ellas está el castigo que han sufrido en los últimos años. Hay pérdidas enormes", reconoce. Fink se refiere a las caídas por precio que se han producido en los últimos años con el bono estadounidense; en 2022 las pérdidas superaron el 17%, el peor año de la historia para el título de deuda "libre de riesgo" por excelencia en el mundo, y en 2023 las caídas ya superan el 8%, un desplome nada habitual en un activo que suele estar en las carteras de los inversores más conservadores.
Los grandes compradores desaparecen
En los últimos meses algunas de las fuentes más importantes de la demanda de deuda estadounidense se han retirado del mercado, algo que está directamente relacionado con el mal año que está volviendo a atravesar el bono del país. Este mismo año, la deuda estadounidense en manos extranjeras ha caído hasta el 27% del total de deuda emitida, el nivel más bajo desde el año 2002.
Los inversores japoneses son protagonistas en este declive. Japón, a través de sus fondos de pensiones, entre otros, es un gran comprador de deuda estadounidense, y en 2023, con un yen que ha caído un 12,5% frente al dólar, los costes de comprar bonos del país norteamericano se han incrementado para el inversor nipón, algo que puede estar afectando a la demanda en este frente.
Además de las compras de deuda de los inversores extranjeros, los bancos comerciales estadounidenses también están contribuyendo a presionar al alza las rentabilidades de los bonos americanos. La deuda soberana estadounidense en el balance de los bancos del país ha pasado de 1,8 billones de dólares en verano de 2022, hasta los 1,5 billones el pasado agosto, un deterioro que alcanza los 300.000 millones de dólares en apenas 1 año."
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Divisas en riesgo.
Y si la situación es difícil para el gobierno norteamericano, que decir de los mercados emergentes, afectados por la fortaleza del dólar.
El primer afectado con alto riesgo de sufrir una devaluación criminal es Japón. No puede subir los tipos debido a una deuda gigantesca y para defender los precios de los bonos tiene que comprar casi todo el mercado. La presión sobre el cambio Yen/Dólar amenaza con una ruptura crítica en la zona de 150-160 yenes por dólar, situación que generaría un hiperinflación por devaluación masiva de la divisa.
Bolsas inician el descenso.
Todo el sistema está sostenido por un hilo muy fino, susceptible de romperse en cuanto una llamada al margen precipite las ventas masivas, al ejecutar las carteras afectadas.
En las bolsas se observan discrepancias notables, siendo el sp 500 y el Nasdaq "sostenidos" por los siete magníficos, mientras los índices más amplios están sufriendo fuertes caídas, como el Russell 2000 (con una caída acumulada del 32% desde máximos).
Sector inmobiliario en peligro de explosión.
La otra burbuja (inmobiliaria) se enfrenta a vientos en contra dramáticos, con tipos que han superado el 8%.
"El mercado inmobiliario está congelado.
Las solicitudes de hipotecas para comprar una vivienda han estado en constante colapso y en la última semana del informe cayeron otro 6% con respecto a la semana anterior para alcanzar un nuevo mínimo de varias décadas, y están un 48% por debajo de la misma semana de 2019, según datos de la Asociación de Banqueros Hipotecarios de hoy.
Las solicitudes de hipoteca para comprar una vivienda son un indicador de dónde estará el volumen de ventas de viviendas en las próximas semanas. Y el volumen de ventas de viviendas ya se ha desplomado , y las solicitudes de hipotecas indican que continuará con esta tendencia.
Estas tasas hipotecarias del 8% funcionaban bien cuando los precios eran mucho más bajos. Pero los precios se han disparado en los últimos años, cuando la Reserva Federal reprimió las tasas hipotecarias con QE y tasas de corto plazo del 0%. Y los precios altísimos resultantes son imposibles de hacer funcionar con estas tasas hipotecarias.
En otras palabras, las tasas hipotecarias reprimidas por la Reserva Federal han desencadenado un enorme episodio de inflación de los precios de las viviendas, y el aumento de las tasas hipotecarias ahora ha comenzado a reducirla."
Y en medio de este panorama dantesco, tenemos que gestionar una crisis en Oriente Medio, con capacidad para hacer explotar el mercado del petróleo, además de provocar una gigantesca crisis humanitaria.
Todo esto ya ha sucedido, no importa que no lo notemos en el día a día. Por eso, el mantra de "nunca pasa nada" es realmente vergonzoso. Lo que quieren decir los que lo repiten sin cesar, es que de momento, a ellos no les afecta...
Conclusión.
Para entender lo que está pasando hay que revisar el pasado.
Desde 2008, todo el crecimiento ha venido sufragado por un incremento de deuda, respaldado por los BC directa o indirectamente. El mercado nunca se planteó si esto era bueno o malo y si era sostenible en el largo plazo. Con el paso del tiempo (casi quince largos años), los gestores, los gobiernos y el público en general, asumió este sistema como la nueva normalidad, cuando es evidente que se estaba construyendo un gigantesco esquema ponzi.
Con la llegada de la inflación, los BC se han hecho a un lado y son los propios gobiernos los que generan el crecimiento con sus programas, tanto por la vía verde de la transición energética, como con la financiación del estado del bienestar (pensiones, sanidad, funcionarios, etc) que constituye un masa de gasto capaz de mantener el empleo.
Pero todo este esfuerzo tiene como contrapartida un aumento de deuda que ya no tiene respaldo en los BC, dejando a los inversores con el grueso de la financiación. Un oferta de bonos (nueva deuda) enorme, procedente de un endeudamiento masivo vía presupuestos, un drenaje de liquidez por parte de los BC (que ya no compran sus propios vencimientos, incrementado en consecuencia, la oferta) y ventas por parte de los extranjeros, han puesto el listón de la oferta tan alto que solo un salvaje crecimiento de la rentabilidad ofrecida es capaz de casar oferta y demanda. La dinámica adquirida por los mercados señala fuertes presiones para financiar la deuda y en poco tiempo, hemos alcanzado tipos no vistos en 20 años, para sorpresa de casi todos.
El control de los precios de los bonos ha saltado por los aires y las pérdidas latentes empiezan a presionar en el balance de las entidades más débiles, estando a un click de presionar el botón de las ventas y desatar el infierno, cuando las "margin call" salten en cascada. [El sistema resiste (aparentemente) porque la inercia de tantos años de supresión de tipos , hace que el incremento de los gastos financieros (consecuencia de la sustitución de deuda con tipos cero por deuda con tipos mucho más altos) sea muy espaciado y sus efectos, se propagan lentamente a la economía]
La contracción del crédito producto de una disminución de la liquidez del sistema, junto con el miedo a prestar (inherente a toda recesión) , hace que las condiciones financieras empeoren con rapidez, añadiendo más fuego a un agravamiento de la crisis económica.
El detonante puede ser cualquier cosa, pero el conflicto de Israel-Gaza, tiene serias opciones de provocar una debacle (aquí nada es descartable y teniendo en cuenta la zona, una hipótesis que considere la guerra por los recursos puede entrar perfectamente entre las causas finales de la "disputa"). Y si no es suficiente, tiene potencial para generar más deuda en una espiral inacabable, justo cuando los ingresos estatales decaen con fuerza por la recesión que llama a la puerta.
La alternativa esgrimida hasta ahora, ha sido la continua monetización de la deuda, pero el nivel alcanzado y la pérdida de confianza asumida, impide repetir el proceso sin caer en la hiperinflación, por devaluación inmediata de la moneda, frente a los activos sólidos. Los poseedores de materias primas ya se han asociado y esta vez no será fácil convencerles de nuevo para pagar con papelitos de colores los bienes escasos. No obstante, cuando el crash comience, se volverá a intentar una vez más ...
El daño ya está hecho y la espiral imparable de deuda e incremento de tipos, junto con las posiciones perdedoras en los derivados, nos aseguran que esta vez el sistema no resistirá sin un reset impresionante. Que coincidan al mismo tiempo la explosión de la burbuja de la deuda, la inmobiliaria y la de la bolsa, no es casualidad, sino el final de un ciclo civilizatorio, que también lleva aparejado el agotamiento de los recursos y un estado de "overshoot" insoslayable.
Hemos detraído los recursos del futuro usando la deuda como palanca, para satisfacer los requerimientos de crecimiento del pasado. Ahora nos hemos quedado sin recursos (suficientes), sin dinero y con unas deudas colosales, mientras nos presentan la factura. El resultado nos lo podemos imaginar... tarde una semana, un mes o un año.
Cuídense.
Saludos.