La economía rusa está sufriendo un severo palo estos meses. Pero la historia no es nueva ni mucho menos.
Tienen un excelente resumen de la trayectoria económica de este gran país desde la caída del telón acero en la wikipedia. Hay quien dice que abuso de esta fuente colectiva y gratuita para obtener información, pero teniendo en cuenta que se nota a primera vista cuando un artículo está bien traducido, cuidado y recibe aportaciones de cientos de colaboradores desinteresados, creo que supone un recurso de información general (divulgación) difícil de superar.
La evolución de la economía rusa se puede resumir de la siguiente forma.
Tras la desintegración de la URSS, Rusia pasa unos años complicados con carestía y escasez de alimentos inclusive mientras se prepara para abrazar el capitalismo. Lo consigue una vez estabiliza su economía (deuda, inflación, balance por cuenta corriente, etc.) con ayuda del Banco Mundial y el FMI, aunque este último no tengo claro si ayuda o "desayuda", la verdad, menudos pájaros.
En 1998 tienen una recaída por la crisis financiera asiática que les lleva a suspender pagos y cuya onda expansiva se nota en Occidente incluso con la quiebra del famoso fondo LTCM. Pero se puede decir que en 2001 ya llevan velocidad de crucero y el nivel de vida mejora de forma ostensible en gran parte del país.
Un buen gobernante habría aprovechado el periodo de bonanza económica que recién comenzaba analizando los flujos económicos del país para emprender una serie de reformas a largo plazo que les llevara a convertirse en un país competitivo allí donde más posibilidades tenían de ser fuertes. Así, habría comprendido rápidamente que sostener la balanza fiscal gracias al monocultivo de la exportación de hidrocarburos en bruto (crudo y gas natural), era un riesgo tremendo debido a la extrema dependencia que presenta el país de este flujo de dinero y la volatilidad de los precios internacionales de ambas commodities.
Se puede decir que Rusia exporta sobre todo gas y crudo para importar prácticamente todo lo demás.
A pesar de que el capital científico y tecnológico de la URSS permanecía en el país comenzado el siglo XXI y que los bajos niveles de deuda pública podían financiar la inversión en sectores más que obsoletos pero en los que el país tiene un capital humano digno de elogio (ie, telecomunicaciones, red eléctrica, ferrocarriles), se prefiere emprender el camino de la privatización rápida o incluso el saqueo expropiatorio para conformar alrededor del Kremlin una oligarquía empresarial corrupta y pseudomafiosa y cuya preocupación fundamental no es generar riqueza, sino tener cuantos más coches de lujo mejor.
Con Ucrania empiezan los problemas
No es ningún secreto que la mafia rusa ha salido muy bien parada de los años de gobierno de Vladimir Putin. Y seguramente toda esta red clientelar funcionaba de maravilla mientras la máquina estaba bien engrasada, es decir, mientras el dinero de la venta de hidrocarburos del segundo país que más crudo exporta de todo el planeta, fluía generosamente.
Pero todo eso cambió el día que Vladimir acude al socorro de Crimea y se plantea la crisis ucraniana. No voy a entrar a valorar si aquello estuvo bien o no, o si Estados Unidos no ha tratado a Rusia con limpieza mientras utiliza descaradamente a Europa (es decir, Alemania), a su antojo. Me limito a describir lo que veo sin realizar valoraciones y procurando no tomar partido. Y lo que veo es que Rusia, a pesar de las machadas que se marca su líder de vez en cuando, como cuando recordó en plena tormenta crimeana que Rusia tiene ojivas nucleares, se encuentra en una situación más que delicada.
Quiero recordarles que Rusia es una de las más poderosas naciones nucleares [...] Esto es una realidad, no sólo palabras.
Siempre debemos estar preparados para repeler cualquier agresión contra Rusia y los (enemigos potenciales) deben ser conscientes... no es bueno ir contra de Rusia en cuanto a un posible conflicto armado.
Yo no sé vosotros, pero fue leer estas palabras y perderle el respeto a este señor para siempre. Una cosa es exigir un respeto que igual no te están teniendo tus adversarios y otra, muy distinta, calentar el ambiente con una amenaza de matón de barrio capaz de mandar al carajo al planeta entero.
Inmediatamente me acordé de la foto del líder ruso montando a caballo con el torso desnudo al más puro estilo "Brokeback Mountain" y de lo chulo que debe creerse este señor al decir tamañas sandeces en plena economía global interconectada.
Yo no sé hasta que punto pudieron influir estas diarreas mentales y otras similares en la evolución del precio del crudo, pero lo cierto y verdad es que, aunque la cotización internacional del petróleo empezó a declinar en julio, me decanto por la tesis, sin negar el posible efecto de una cierta sobreproducción mundial transitoria, de que el mundo de las finanzas angolsajonas está tratando, sino de asfixiar a la economía rusa, al menos de ponerle las cosas un poco más difíciles.
Cualquier estudiante de economía sabe que la bajada drástica del precio de una commodity como el crudo, commodity que supone el 50% de tus ingresos, y según el Banco Mundial el 25% de tu PIB, puede poner de rodillas a tu economía si no está diversificada. No hablemos del gas, la cuarta parte del gas que se consume en el planeta es de origen ruso, ojo. Y si por algo se caracteriza la economía rusa, aparte de por una corrupción galopante y una baja eficiencia, es por falta de diversificación.
Rusia carece de demanda interna diversificada y potente, y no me atrevería a decir que haya dado tiempo a formarse una clase media fuerte (no, los jerarcas rusos que viven en Moscú no son clase media, sino oligarquía financiero-corporativa de clase alta. Y no, los ciudadanos de las ciudades petroleras y gasistas que van a la Costa del Sol en junio a gastarse lo más grande no me parecen representativos de la generalidad de la ciudadanía rusa de clase media). Las infraestructuras rusas, de cualquier tipo, están obsoletas y necesitadas de mantenimiento y no ayudan a desarrollar una verdadera economía diversificada.
Andrea Rizzi lo definió perfectamente en un artículo de análisis de El País cuando empezó la movida ucraniana, Una superpotencia (con el PIB de Italia)
La llamativa equivalencia de los PIB italiano y ruso sirve como recordatorio de las serias fragilidades internas de Rusia. Un país con un grave desafío demográfico (la población ha caído de 148 a 143 millones en las últimas dos décadas, y una esperanza de vida para los varones de solo 64 años); una economía monocultivo, por tanto muy expuesta a cambios en los precios en el mercado energético (¿alguien recuerda el nombre de alguna empresa rusa más allá de Gazprom?); un claro retraso tecnológico en comparación con otras potencias; un sistema educativo con resultados mediocres, según el informe comparativo PISA. No son asuntos marginales. La capacidad de influencia internacional y el poderío militar no pueden subsistir sin una subyacente prosperidad económica.
Rusia ha dedicado estos 14 años de bonanza a gastar como una chicharra en lugar de fortalecer su coherencia interna y poder de consumo y a desarrollar sectores en los que habría sido competitivo, como por ejemplo el ferroviario. Ha tenido que venir una empresa alemana a decirle al monopolio ferroviario ruso que hay futuro en transportar las mercancías chinas hasta Europa en tren... nada menos que en 2014.
¿Qué ha sido de los magistrales físicos, químicos, matemáticos e ingeniros rusos? ¿En qué centros de investigación alemanes y estadounidenses han acabado?
La economía rusa es un gigante con pies de barro y los anglosajones lo saben muy bien. Ha bastado una bajada del precio del crudo para que a Putin se le vean las vergüenzas, y ha llegado justo en el peor momento, cuando Rusia se disponía a entrar en recesión. Y seguramente, desde Nueva York y Londres les habrán dado un empujoncito para ayudar. Aún sin necesidad de creer a pies juntillas que existe un pacto entre árabes y anglosajones para hacer bajar el precio del crudo y poner a Rusia de rodillas, es mucha casualidad que el rublo se haya depreciado tantísimo estos meses. Combinando la bajada del precio del crudo y la devaluación del rublo la consecuencia es que si con un barril de petróleo Rusia podía comprar 50 kg de naranjas españolas ahora no llega ni a 22 kg. Y eso si llegan a frontera, porque las sanciones impuestas a Rusia por Occidente (es decir, Estados Unidos y sus lacayos como nosotros) están restringiendo y mucho los intercambios comerciales.
Putin dice que este miniembargo va a perjudicar a Europa, y tiene razón, pero para una economía tan de monocultivo petrolero como es la rusa, el efecto será simplemente devastador.
No llegaremos a ver esas penosas imágenes de los noventa en la que aparecían las estanterías de los supermercados moscovitas vacías, pero las grandes empresas rusas, los antiguos monopolios vendidos a precio de saldo a una oligarquía pseudomafiosa que está ya empezando a hartarse de la situación, están echando cuentas para el año que viene y no les cuadra, incluso puede que empiecen a ver amenazado su estilo de vida opulento. Es lo malo de acostumbrarse al lujo. Cuando te cierran el grifo te irritas porque has de beber Cardhu 18 en lugar de Chivas 30. Una tragedia...
Le han pedido explicaciones a Putin y este, como no puede ser de otra manera, ha echado la culpa a los de fuera, a los malvados especuladores.
Pido al Banco de Rusia y al Gobierno que pongan en marcha acciones duras y coordinadas para aplacar las ganas de los llamados especuladores de aprovecharse de las oscilaciones del rublo.
Vladimir, querido. Los especuladores van en la dirección mayoritaria del mercado. Si especulan contra el rublo es porque el rublo tiene que caer porque así lo dicta el mercado. Y tu moneda tiene que caer porque la fuga de capitales que se está produciendo desde los bancos moscovitas hasta Suiza, Alemania y (sí, también) Estados Unidos, depósitos que en muchas ocasiones son propiedad de los propios jerarcas que te mantenían aupado al poder hasta hace poco, ha adquirido características de emergencia nacional. Si la economía rusa estuviera medianamente diversificada, si hubieses obligado a realizar inversiones y reformas estos años para ganar peso en el tablero de juego económico internacional sacando partido del inmenso capital humano que aún existía dentro de tus froneteras, te bastaría con subir mañana mismo el tipo de interés 500 puntos básicos, de un día para otro, para provocar una lluvia de capitales sobre Siberia, como hizo Suecia en los noventa cuando Soros pensó que la corona sueca era la siguiente tras la sterling pound.
Pero no puedes hacerlo. Tu banco central ya ha tirado la toalla y se confiesa faltito de reservas de divisas para seguir sosteniendo al rublo.
Como dice el forero Fernan2, "al final del día el dinero va donde lo tratan mejor". El dinero ruso no se siente seguro en Rusia con un presidente que saca a relucir las ojivas nucleares en un mundo que se gobierna desde los Bancos Centrales y el poderío económico de las naciones. Porque si sacas las armas atómicas no ganas la partida, sino que se acaba el juego. De nada sirven tus amenazas militares porque en tu propia casa desaprueban secretamente tu actitud. Y lo demuestran retirando su confianza en el país. Tu actitud genera desconfianza, y es la confianza la clave de la economía rusa, la cual está siendo machacada este otoño.
Siento decirte que los anglosajones, esta vez, están ganando la partida económica. Que desde la City se está orquestando todo con una precisión suiza para ponerte de rodillas atacándote desde los más diversos frentes. El objetivo no es ganar desde fuera, sino que pierdas apoyos internos para que te releven rápido por otro un poquito más "blandito" que permita a Estados Unidos recuperar su cuota de influencia en Europa. Es posible que los europeos seamos unos pusilánimes por permitirlo y quizás, sólo quizás, deberíamos acercarnos más a Rusia para comprenderla un poco mejor y llevarnos bien con nuestros más inmediatos vecinos. Pero no olvides que estamos todos en la OTAN. Recordar cada dos por tres los musculitos que tienes sólo sirve para evidenciar, ante todo el mundo, lo débil que está en realidad la Madre Rusia y lo listos que son los anglosajones atacando donde más duele.
nuestro Ejército es moderno (...) y, como se dice habitualmente, educado, pero temible.
Vladimir Putin, 3 de diciembre de 2014.
Igualmente, ejercer el arte del doblepensar con la situación económica ("las sanciones económicas son un estímulo para avanzar más rápido y acelerar el logro de nuestros objetivos") o acusar al exterior de los problemas de coherencia interna del país ("Algunos quieren que Rusia sea desmantelada como Yugoslavia") no te lleva a ver clara la situación, que se va a tornar crítica muy pronto.
Quien controla el Kremlin controla Rusia. Me temo, Vladimir, que salvo que encuentres la forma de contentar a los jerarcas y mafiosos que antes te jaleaban y ahora te detestan, no controlarás Rusia tan pronto como en 2016, porque ya no confían en tí, así intentes repatriar los capitales con amnistías fiscales a destiempo, saques cada 9 de mayo las ojivas a pasear o no.