REE es una de las mejores compañías cotizadas españolas.
A su extraordinaria calidad generando flujo de caja se une un manejo prudente de la deuda, una visibilidad correcta del negocio a años vista, unos ingresos predecibles y una posición de privilegio en el sector. Bueno, más que de privilegio, de monopolio. REE es la empresa que ejerce el monopolio de transporte eléctrico en España y de interconexión con otros países. Para que esta empresa no se convierta en un cachondeo como Ibertrola y Entiesa (cualquier parecido de estos nombres con la realidad es pura coincidencia), el Estado conserva aún el 20% de las acciones de la empresa, la cual está fuertemente fiscalizada por el Ministerio competente, hoy Energía y Agenda Digital.
Una compañía así es normal que se vea impulsada a las nubes por el miedo o los tipos ultrabajos: ¿a quién le amarga un 3,8% de rentabilidad por dividendo en un entorno sin inflación esperada con el Bund en negativo? Eso fue lo que debieron pensar los que compraron la acción nada menos que a 20,55€ en agosto, máximos históricos. Desde entonces, la cotización bajó lentamente hasta el entorno de los 18 a primeros de noviembre, quizás descompasado de un ibex que en verano ya dio alas a sus bancos. Pero fue a partir de la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos cuando se vieron los movimientos más violentos. REE llegó a bajar en un día más de un 5%, lo que en un valor de estas características, considerado refugio tradicionalmente, es muchísimo, especialmente si el resto del ibex no baja tanto. ¿Qué ha pasado?
Evolución de la cotización de REE comparado con algunos de sus pares.
La primera explicación es que REE puede estar ganando menos dinero. Un vistazo a las cuentas trimestrales 9M2016 arroja un aparente estancamiento en los ingresos. Mi opinión es que, sin negar los hechos, los cuales además han tardado dos semanas en manifestarse desde que se publicaron los resultados, se trata de una condición transitoria y que creo que corregirá en breve. Y es que los ingresos de REE son regulados, se calculan básicamente con una fórmula publicada en el BOE, hablando rápido. Además se ha empleado mucho capital recientemente en inversiones que pronto deberán dejar su resultado en la cuenta de pérdidas y ganancias.
La segunda explicación es con la que me siento identificado: las manos fuertes han vendido todo lo que huele a valor refugio ante la creencia de que viene inflación con Trump y este tipo de empresas serán menos atractivas con el tiempo. Desde luego un inversor siempre preferirá crecimiento a dividendos. Pero en el caso de REE tenemos ambas dos, eso sí, sin tirar cohetes. Además, el beneficio de REE no tiene por qué ser erosionado por la inflación en caso de que por fin venga por aquí a visitarnos. La inflación eléctrica puede acompañar al IPC perfectamente.
No veo nada de peso en el valor que justifique esta bajada tan extrema comparado con sus pares, salvando la cuestión de ese estancamiento de los ingresos que creo no será para tanto. Tampoco hay riesgo regulatorio en el horizonte con el PP en el poder cuatro años más y siendo la mayor parte de su deuda, un 86%, a tipo fijo. Así que creo, intuyo, que el mercado se ha pasado de frenada. Los costes financieros son un 3% menores incluso que el año pasado a pesar de que la deuda neta ha aumentado un 5,5% (debido a las inversiones acometidas recientemente). La empresa mantiene la calificación crediticia y una calidad técnica y humana que ya quisieran muchas empresas de este país.
Actualmente REE cotiza a PER 15, el pay-out es del 70% y la rentabilidad por dividendo es ya mayor del 5% (beneficios 2015). Mi previsión es que los resultados de 2016 la pondrán a PER 14 si sigue cotizando en el entorno de los 16,5€.
Evolución del dividendo de REE, precios pre-splits. Los dividendos actuales son cuatro veces menores pues hay cuatro veces más acciones desde el split. Gráfico extraído del kit del inversor de la Web de REE.
No sé si estos valores defensivos y regulados seguirán registrando bajadas en su cotización, probablemente sí pues el mercado es maníaco-depresivo. Y en este saco podemos meter a todos aquellos activos que huelen a renovables pero que no tienen más que una exposición reducida o nula a Estados Unidos, como la utility italiana ERG, otro ejemplo de "dividendo creciente", o Gamesa, una empresa a la que no se le tiene en cuenta su fusión con Siemens y unos números de fábula, con sólo una exposición del 12% a EE.UU.
Pero sí veo bastante probable que REE y empresas similares seguirán pagando el mismo dividendo e incluso más. REE se compromete desde hace tiempo a mantener un crecimiento del dividendo del 7% anual al menos y, por ahora, ha cumplido.
Veremos que nos depara el futuro y si el EBITDA sigue en la misma línea de crecimiento que hasta ahora.