El 15 de junio de 2022, nos levantamos con la noticia de que BlackRock, el mayor fondo del mundo, que gestiona un capital mayor que el PIB de muchos países (unos 10 billones de $), anunciaba que iba a abstenerse de comprar acciones en bolsa durante un periodo de 6 a 12 meses.
Como resultado, y sorprendentemente, en lugar de bajar, los índices bursátiles europeos subieron un 2% ese día. Y, como nos gusta buscar explicación a todo lo que sucede a nuestro alrededor, daré varios motivos posibles:
1.- BlackRock miente en público, diciendo que no va a comprar acciones, mientras que las compra en secreto y por eso sube la bolsa.
2.- El mundo toma como referencia lo que dice BlackRock para hacer lo contrario.
3.- En realidad da igual lo que diga BlackRock porque la evolución de los precios bursátiles es aleatoria.
Obviamente la primera explicación es cierta. Nadie que intente obtener una ventaja competitiva dirá en público cuáles son sus intenciones reales con antelación. Más bien lo contrario.
Hay que acostumbrarse a esto. Cuando un gran gestor diga algo favorable de una empresa lo hará después de haber comprado sus acciones o cuando pretenda deshacerse de sus acciones, y viceversa.
La segunda explicación es posible, aunque no la veo probable. Otro día trataré sobre nuestro comportamiento en bandadas, irracional, cual mirlos o boquerones. Si un fondo como éste dice que compra algo, la mayoría comprará lo mismo, y si dice que no compra la mayoría pensará en no comprar. Cuando el fondo decida comprar será porque tiene información privilegiada o porque los precios son lo suficientemente bajos, según su valoración, y nos lo dirá cuando ya hayan comprado. Y claro, la mayoría seguirá su consejo a posteriori.
Pero es la tercera explicación sobre la que quiero escribir hoy. Es un principio que cualquier inversor racional necesita grabarse a fuego en su mente:
Como resultado, y sorprendentemente, en lugar de bajar, los índices bursátiles europeos subieron un 2% ese día. Y, como nos gusta buscar explicación a todo lo que sucede a nuestro alrededor, daré varios motivos posibles:
1.- BlackRock miente en público, diciendo que no va a comprar acciones, mientras que las compra en secreto y por eso sube la bolsa.
2.- El mundo toma como referencia lo que dice BlackRock para hacer lo contrario.
3.- En realidad da igual lo que diga BlackRock porque la evolución de los precios bursátiles es aleatoria.
Obviamente la primera explicación es cierta. Nadie que intente obtener una ventaja competitiva dirá en público cuáles son sus intenciones reales con antelación. Más bien lo contrario.
Hay que acostumbrarse a esto. Cuando un gran gestor diga algo favorable de una empresa lo hará después de haber comprado sus acciones o cuando pretenda deshacerse de sus acciones, y viceversa.
La segunda explicación es posible, aunque no la veo probable. Otro día trataré sobre nuestro comportamiento en bandadas, irracional, cual mirlos o boquerones. Si un fondo como éste dice que compra algo, la mayoría comprará lo mismo, y si dice que no compra la mayoría pensará en no comprar. Cuando el fondo decida comprar será porque tiene información privilegiada o porque los precios son lo suficientemente bajos, según su valoración, y nos lo dirá cuando ya hayan comprado. Y claro, la mayoría seguirá su consejo a posteriori.
Pero es la tercera explicación sobre la que quiero escribir hoy. Es un principio que cualquier inversor racional necesita grabarse a fuego en su mente:
EL COMPORTAMIENTO DE LOS PRECIOS ES ALEATORIO.
Podemos dedicarle horas, semanas, años incluso, a discutir si la evolución de los precios es o no aleatoria, pero sería lo mismo que disertar acerca de si la tierra es plana o no. Da igual si son precios de terrenos, de valores en bolsa, de bonos, o de cualquier otro bien.
Este principio fundamental es la base de varios premios Nobel en economía y de múltiples trabajos científicos sobre economía. Todos ellos comienzan asumiendo, o concluyen, que la evolución de los precios es aleatoria. En particular los precios de la bolsa,
A partir de aquí puedes hacer tres cosas:
- No sólo no aceptar que la evolución es aleatoria sino además creer a los que te venden métodos para predecir la evolución de los precios y operar día a día (aviso: no existe ningún método que funcione).
- Estudiar por ti mismo si hay efectivamente patrones en la evolución de los precios o si por el contrario es cierto que es aleatoria;
- Aceptar este hecho como cierto, ahorrándote innumerables horas de estudio (si es que estás dispuesto a estudiar sobre el tema) y seguramente más de un disgusto con tu propio patrimonio.
Si eres del primer grupo, puedes dejar de leer aquí. Eso sí, avisado quedas de que a la larga perderás tu dinero y eso te servirá para descubrir que el axioma era cierto:
la evolución de los precios es aleatoria.
Si eres del segundo grupo, ¡Enhorabuena!. Tienes un mundo apasionante por delante.
Si no los conoces te recomiendo estudiar, para empezar, a Markowitz y a Black-Scholes. Descubriras que en esos trabajos (premios Nobel en economía) se parte de la base de que la evolución de los precios en un mercado eficiente es aleatoria. No existe discusión académica acerca de si la evolución es o no aleatoria. Esa discusión ya se dió a mediados del siglo XX y hoy en día la discusión se centra exclusivamente en si la distribución de frecuencia es una normal pura (gaussiana) o tiene los extremos más anchos o menos, pero nadie discute esta aleatoriedad de los precios.
Estudiar esos dos trabajos no serán tiempo perdido. El primero te enseñará a diversificar tus inversiones adquiriendo el menor riesgo posible y maximizando el retorno, y el segundo te mostrará las bases que se usan para fijar los precios de opciones y futuros (puts y calls) a partir de lo que se llama random-walk (en español caminata aleatoria o a veces también caminata del borracho).
Obviamente hay muchos más trabajos que valen la pena. Por ejemplo puedes leer alguno sobre Econofísica, donde se busca establecer patrones usando herramientas de la física (mecanica clásica - incluyendo teoría del caos, mecanica cuántica o termodinámica son las típicas).
También puedes recorrer el camino más largo, obviando el conocimiento pasado, y elaborar tus propios estudios estadísticos. Puedes tomar series históricas lo suficientemente largas de cualquier valor o índice y hacer pruebas sobre la aleatoriedad de los precios en diferentes periodos de tiempo. Puedes usar cualquier método de trading que se te ocurra o que descubras en la bibliografía o en internet para hacer backtestings. Finalmente descubrirás que, si incluyes las comisiones de compraventa, siempre perderás dinero y de forma consistente.
Con esto concluirás que hay una persona que siempre gana cuando compras y vendes frecuentemente valores de bolsa. Y esa persona no eres tú, sino tu broker. De la misma forma que quien gana en el bingo es el dueño, no quien juega (para el caso es lo mismo).
Descubrirás que solo se puede ganar dinero usando predicciones sobre la evolución de los precios si se posee información privilegiada, o también si tienes suficiente poder como para manejar el mercado a tu antojo, como hacen BlackRock o los Fondos gubernamentales de Noruega entre otros monstruos. Hay instituciones que supuestamente vigilan que estas cosas no ocurran (en España la CNMV), pero nunca funcionan demasiado bien.
Ambos sistemas (información privilegiada y manipulación de los mercados) están magistralmente plasmados en esa película de 1987 llamada Wall Street.
Así pues, establezcamos de partida que los mercados son aleatorios y que el funcionamiento reptiliano de nuestra mente es el problema.
NUESTRO CEREBRO ESTÁ PROGRAMADO EVOLUTIVAMENTE PARA BUSCAR PATRONES EN TODO
Está claro que la programación de nuestra mente para buscar patrones en todas partes nos ha dado una ventaja evolutiva. Esta capacidad nos permite predecir desde hacia qué dirección aproximada girará una manada de antílopes hasta el movimiento de un satélite en orbita baja.
Es muy sencillo comprobar empíricamente que usamos esta característica de nuestra mente todo el tiempo. Podemos comprobarlo con experimentos simples, por ejemplo observando nubes de vapor flotando en el cielo, o intentando predecir el comportamiento del gobierno de un país como España.
De hecho, este comportamiento está tan incrustado en lo más profundo de nuestro cerebro que nos cuesta mucho entender las cosas que no siguen patrones, que tienen un comportamiento aleatorio. Pero la realidad es que hay muchos fenómenos en la naturaleza que son aleatorios. Hay problemas matemáticos típicos que nos demuestran esa dificultad que tiene nuestra mente. Seguro que conoces alguno como el problema de Monty Hall o la paradoja de los cumpleaños.
Por ponerte un ejemplo simple: el juego de cara y cruz es un fenómeno típicamente aleatorio. En una moneda perfecta tendremos una probabilidad del 50% de obtener cara y otro 50% de obtener cruz. Si, tras obtener 9 veces seguidas cruz, lanzamos la moneda ¿Cuál piensas que será la probabilidad de obtener cruz en esa siguiente tirada?
Efectivamente, el siguiente lanzamiento podemos considerarlo como un fenómeno independiente, con lo que la probabilidad de obtener una cruz será igualmente del 50%. Esto es fácil de entender si sacamos la moneda de la habitación y dejamos que elija alguien que no tiene conocimiento de lo que ocurrió anteriormente en nuestra habitación (9 cruces). Piensa que la moneda no tiene memoria sobre cuántas veces la lanzaron en el pasado.
Así pues, el conocimiento anterior no influye en la distribución de probabilidad que rige ese fenómeno aleatorio.
(Nota: Estoy seguro de que alguien pensará en Bayes y en la probabilidad condicionada. En ese caso recomiendo estudiar bien el teorema de Bayes y retomar el tema recordando que cada lanzamiento es un fenómeno independiente).
En cualquier caso, aunque no podamos predecir cuál será el resultado de un lanzamiento concreto, sí podemos utilizar nuestro conocimiento de los fenómenos aleatorios para asegurar que, usando una moneda bien compensada, tras 1000 lanzamientos obtendremos muy probablemente 500 caras (para ser más precisos, con un 95% de probabilidad, obtendremos entre 455 y 545 caras).
Un ejemplo más complicado, pero útil porque los resultados no son binarios, es el comportamiento de un gas. Sabemos que un mol de un gas determinado tiene 6.022E23 moléculas (¡Ah! nuestra mente es también incapaz de entender la enormidad de estas cantidades. Otro día escribo algo sobre esto). Si la temperatura de ese gas es mayor al cero absoluto, cada molécula se moverá de forma aleatoria en las 3 direcciones del espacio, con una velocidad que sigue una distribución de probabilidad que tiene relación con esa temperatura, chocando con el resto de moléculas del gas en el camino.
Es imposible conocer la posición o la velocidad exacta que, transcurrido un tiempo determinado, tendrá una molécula concreta de ese gas. Suponiendo que tuviéramos suficiente capacidad de computación, podríamos simular este tipo de fenómenos aleatorios usando el random-walk, pero sin eso Boltzmann y Maxwell pudieron establecer en el siglo XIX que, en promedio, la velocidad de las moléculas era proporcional a la raiz de la temperatura del gas.
Y esto es lo fundamental. A pesar de que cada molécula se comporte aleatoriamente y no podamos predecir exactamente la posición de una de ellas en concreto, en un instante determinado, sí podremos predecir la velocidad media y la distribución de probabilidad de la velocidad de todas las moléculas en ese instante.
De igual modo, no podemos predecir exactamente cuál será el precio de un valor en bolsa, ni mañana ni dentro de 10 meses. Pero sí podemos extraer cierto conocimiento suponiendo que, para ese valor en concreto, el comportamiento aleatorio que siguió en el pasado será igual que el que seguirá en un futuro cercano. Es decir, podemos derivar una distribución de probabilidad con los precios del pasado (si usáramos una distribución normal se trataría de determinar su media y su desviación típica) y utilizar esa distribución para obtener cierto conocimiento sobre el futuro "cercano". Obviamente esto solo puede funcionar durante un tiempo más o menos corto, ya que las empresas evolucionan y sus resultados están afectados por múltiples parámetros incontrolables.
En realidad en el caso de la bolsa no todas las "moléculas" (inversores) son iguales, sino que hay un 10% de los inversores que, juntos, pesan 10 veces más que el 90% de "moléculas" (inversores) restantes. Pero ese 10% de inversores también compiten entre ellos, e invierten o desinvierten utilizando criterios de lo más diverso, lo que asegura que finalmente el comportamiento será aleatorio.
(Nota: Ninguno de los dos ejemplos anteriores es exactamente extrapolable a las inversiones, ya que los posibles resultados de los precios no son solo dos, ni tampoco son infinitos. Sin embargo los posibles resultados son MUCHOS, por lo podemos asumir que la segunda situación es más similar.)
RANDOM-WALK
Una vez asumido que la evolución de los precios es aleatoria, podemos usar lo que sabemos para obtener cierta ventaja evolutiva, evitando a nuestro cerebro reptiliano que sigue buscando patrones incesántemente.
Primero, y repito, no hay ningún método que nos permita predecir el precio de un valor dentro de 1 día o de 7 días. Esto significa que TODOS los métodos de trading son un timo (y sé que aquí me lloverán las piedras). Todos ellos son equivalentes a los métodos para ganar en la ruleta (y aquí alguien mencionará a los Pelayos y las ineficiencias del mercado).
Da igual si son valores o índices o fondos. Todos evolucionan de forma aleatoria. Como dije más arriba, podemos derivar la distribución de probabilidad de un valor determinado a partir de su evolución pasada y suponer que, en el futuro cercano, seguirá esa misma distribución. Podemos entonces simular posibilidades sobre la evolución del precio de ese valor (o índice, o ETF) en el futuro. En la siguiente gráfica he simulado 4 posibilidades de evolución de un valor (suponiendo una distribución normal centrada en el 0 y de desviación estandar 1; por simplificar muchas veces se la llama N(0,1)).
Si el valor evoluciona en el futuro según la curva azul se revalorizará 8.7 unidades, pero si sigue la amarilla perderá 17.3 unidades con respecto al valor de partida. Y es imposible saber si cualquiera de esas cuatro posibilidades será la que ocurra o será otra completamente distinta. Hay exactamente infinitas posibilidades (en realidad el número es finito, pero vamos a suponer que "muy grande = infinito").
Si repetimos esa simulación un número suficientemente grande podremos empezar a tener información útil. Por ejemplo, simulándolo 100 veces:
Igual que antes, pero con 100 simulaciones (fuente: bookdown.org)
Aquí empezamos a intuir que no todos los precios son igualmente probables, sino que es muy poco probable que, en las próximas 100 sesiones, lleguemos a un extremo de ganancia o pérdida de 30 unidades, y que lo más probable es que ganemos o perdamos menos de 10 unidades.
(Nota: Este es el fundamento de la maquina de Galton que aparece en la serie Stranger Things, que fue ideada a finales del siglo XIX y da lugar a una distribución binomial, que en su límite corresponde a una distribución normal o gaussiana. Puedes jugar con ella aquí).
Como decía arriba, esta es la base para la gestión del riesgo de carteras o para la fijación de precios de opciones. Y esto es extremádamente importante para cualquier inversor serio.
Pero ¡CUIDADO! los vende-humos (timadores) intentarán convencerte de que hay métodos de trading que pueden usar ese random-walk para ganar dinero. De nuevo, o te están intentando timar o realmente no saben nada de estadística y, aunque lo hagan de buena fé, acabarán perdiendo su dinero. Y el tuyo si se lo dejas.
Pueden venderte que, si en la evolución de los anteriores 100 días el valor perdió 30 unidades, en las siguientes sesiones el valor subirá. Y de nuevo, volvemos al ejemplo de la moneda: ¿Apostarías a que sale cruz? No, la distribución de probabilidad sigue siendo la misma, y en las siguientes 100 sesiones hay cierta probabilidad de que puedas perder otras 30 unidades (aunque lo más probable es que ganes o pierdas 10).
Si repetimos esa simulación un número suficientemente grande podremos empezar a tener información útil. Por ejemplo, simulándolo 100 veces:
Aquí empezamos a intuir que no todos los precios son igualmente probables, sino que es muy poco probable que, en las próximas 100 sesiones, lleguemos a un extremo de ganancia o pérdida de 30 unidades, y que lo más probable es que ganemos o perdamos menos de 10 unidades.
(Nota: Este es el fundamento de la maquina de Galton que aparece en la serie Stranger Things, que fue ideada a finales del siglo XIX y da lugar a una distribución binomial, que en su límite corresponde a una distribución normal o gaussiana. Puedes jugar con ella aquí).
Como decía arriba, esta es la base para la gestión del riesgo de carteras o para la fijación de precios de opciones. Y esto es extremádamente importante para cualquier inversor serio.
Pero ¡CUIDADO! los vende-humos (timadores) intentarán convencerte de que hay métodos de trading que pueden usar ese random-walk para ganar dinero. De nuevo, o te están intentando timar o realmente no saben nada de estadística y, aunque lo hagan de buena fé, acabarán perdiendo su dinero. Y el tuyo si se lo dejas.
Pueden venderte que, si en la evolución de los anteriores 100 días el valor perdió 30 unidades, en las siguientes sesiones el valor subirá. Y de nuevo, volvemos al ejemplo de la moneda: ¿Apostarías a que sale cruz? No, la distribución de probabilidad sigue siendo la misma, y en las siguientes 100 sesiones hay cierta probabilidad de que puedas perder otras 30 unidades (aunque lo más probable es que ganes o pierdas 10).
CONCLUSIONES
La hipótesis de que el mercado es eficiente, y por lo tanto de que la evolución de los valores es aleatoria, aunque no sea estrictamente cierta, es extremádamente útil para un inversor. Esta es la base que siguen los grandes gestores de patrimonio y los bancos para la gestión del riesgo de las inversiones y también para la fijación de precios de opciones y futuros.
Es evidente que el mercado no es totalmente eficiente y que puede haber cierta manipulación por parte de aquellos inversores que prácticamente lo monopolizan o por los que tienen información privilegiada. Sé consciente de que tú no eres uno de esos actores con información privilegiada ni, si me estás leyendo, tampoco eres Elon Musk, con lo que tampoco puedes manipular el mercado. Descubrir ineficiencias sólo sirve hasta que todo el mundo conoce esa ineficiencia y cómo aprovecharse de ella, con lo que el mercado, con el tiempo, se vueve a regular.
Es absurdo intentar entender las bajadas o subidas de los precios en bolsa en un día en concreto, a pesar de que hay ejércitos de "expertos" que viven de dar explicaciones a posteriori de esos movimientos de la bolsa. Esos expertos usan el mismo argumento tanto para explicar una subida como una bajada. El único comportamiento racional es entender que una variación en un día concreto, o en una semana, es aleatoria, y por lo tanto no tiene explicación. Si eres capaz de absorber este principio básico vivirás más tranquilo y menos obsesionado por intentar entender el porqué suben o bajan los precios.
Los métodos para hacer trading con "método" son equivalentes a tener un "método" para ganar en la ruleta. Hay millones de personas que juegan a la ruleta cada año y sólo conoces 1 caso de alguien que ganó dinero usando un método. Preguntate porqué. En general, los únicos que ganan con esos métodos son los dueños del casino (y los brokers).
Y entonces, ¿Para qué invertimos si la evolución de los precios es aleatoria?. Pues porque no se trata de prever cuál será el precio en un día en concreto (el precio de cualquier cosa, ya sean viviendas, bonos, terrenos, garajes, acciones, cuadros...). Se trata de invertir en esos bienes de la misma forma que harías al abrir tu propio negocio. Sobre esa forma de invertir es sobre la que escribiré al finalizar esta serie de entradas preliminares.
Para acabar, en esta ocasión os dejo la banda sonora creada por el maestro Hans Zimmer para una de mis películas favoritas: "El último samurai" de 2003.
La dejo aquí, en concreto por esta frase de Katsumoto observando un cerezo en flor:
La dejo aquí, en concreto por esta frase de Katsumoto observando un cerezo en flor:
La flor perfecta es algo muy raro. Puedes entregarte a la busqueda de una sola y no habrás malgastado tu vida.
Y, a pesar de que cada flor es distinta, su forma es caótica, Katsumoto comprende en el momento de su muerte que todas ellas son igualmente hermosas.
Perfectas. Son todas perfectas.
A pesar de nuestra mente, el caos que plantean los números aleatorios es perfecto y bello.
EPÍLOGO
Esta es la segunda entrada de una serie que quería escribir desde hace mucho tiempo:
- La primera de ellas trató sobre el problema de que nuestra mente primitiva esté siempre preparándose para "El fin del mundo".
- Esta segunda ha tratado sobre nuestro problema para entender las evoluciones aleatorias, de nuevo por culpa de nuestro cerebro reptiliano.
- En la tercera de ellas escribiré sobre nuestro comportamiento, también irracional, que nos hace comportarnos como bancos de boquerones.
Una vez que tengamos esas bases, escribiré sobre una estrategia de inversión que puede utilizarse para tratar de aprovechar que somos humanos, y no animales. Evidentemente esa estrategia está basada en todo lo que he podido aprender de libros, de Rankia y sus excelentes colaboradores, y no pocas veces dejándome mi propia sangre (dinero) en el camino de la inversión.