¡Que mejor que poner su dinero en las manos de un gestor experto de grandes fondos de inversión! Primer mal entendido, el gestor no es una persona, es un equipo. Muchos Hedge funds de Estados Unidos tienen un sólo gestor que en el colmo de la temeridad se atreve a poner su foto en el folleto del fondo. Aquí en España son más sensatos y estos fondos los lleva el equipo de una gestora, es la manera más sencilla de que no haya ningún responsable cuando las cosas van mal.
¿Qué pruebas de que sabe gestionar el dinero se le exigen a alguien para entrar a formar parte del equipo de una gestora? Ninguna. ¿Entonces como se sabe que es un experto? Porque tiene algún título universitario relacionado con la actividad. ¿Y los profesores que le impartieron esa carrera eran expertos en gestionar dinero? No. ¿Entonces como pudieron enseñarle algo que no sabían?
La conclusión final es que, a los que llaman gestores de fondos, en el 98% de los casos son meros administradores. Los siguientes puntos demuestran que no gestionan sino que administran:
1 - Los administradores de fondos están siempre comprados en un porcentaje alto del fondo. En este punto los comprendo muy bien, pues es la única opción segura que tienen para conservar la poltrona, me explico: El director de la gestora que es el que da los empleos, tampoco suele ser un experto en bolsa, partiendo de esta premisa, cualquiera puede imaginar que si el administrador de un fondo pierde dinero cuando baja la bolsa, todos lo comprenden y sigue en su puesto como siempre, en cambio, si tuviera la osadía de vender toda la renta variable del fondo y el mercado siguiera subiendo, le costaría el puesto con total seguridad. El jefe de la gestora admite de buen grado que el fondo baje si baja la bolsa (entre otras cosas porque casi nunca ha visto que pasara lo contrario), pero no ganar cuando sube la bolsa es algo imperdonable castigado con el despido.
2 - Cuando los administradores de un fondo reciben muchas suscripciones van metiendo ese dinero en el mercado, en cambio cuando se producen muchos reembolsos van vendiendo parte de la cartera para atender esos pagos. Hay que tener en cuenta que el gran público se equivoca siempre (hecho harto demostrado), que siempre mete el grueso de su dinero en el periodo de euforia que se produce en los techos de mercado, y que acaba vendiendo presa del pánico cerca de los suelos cuando no se puede leer una noticia positiva en ningún medio de comunicación. El resultado final de este comportamiento es que, el público toma las decisiones importantes de compra y de venta del patrimonio del fondo, y los administradores las ejecutan.
El hecho explicado en el párrafo anterior ha producido la última burbuja de liquidez, los administradores han cargado hasta el cuello a los fondos de títulos hipotecarios, pues las suscripciones de los clientes contribuían a hinchar la demanda de papel como una pompa de jabón. Los bancos conscientes de esto, manufacturaban una ingente producción de títulos hipotecarios, usando como materia prima hipotecas concedidas sin demasiadas exigencias. (El papel de los títulos hipotecarios se parece cada vez más al que se emplea en los pañuelos de usar y tirar).
3 - Si realmente fueran unos gestores expertos, en concepto de comisión de gestión cobrarían un porcentaje sobre beneficios, si la gestión fuera buena acabarían ganando más de lo que cobran ahora y el público lo pagaría mucho más a gusto. Pero debido al vicio arraigado que tienen los administradores de comer todos los días, no se arriesgan a cobrar una comisión sobre beneficios, y aplican una comisión sobre el patrimonio del fondo. A pesar de ser legal, parece profundamente inmoral que a alguien que le han hecho perder dinero le cobren encima una comisión de gestión, cuando ese dinero lo podría haber perdido el mismo participe y salirle gratis.
4 - Es difícilmente comprensible que se mantengan durante años en la cartera del fondo valores que se encuentran en una tendencia primaria bajista. Cualquier persona que haya dedicado dos tardes a estudiar la teoría Dow puede detectar con una fiabilidad alta los cambios de tendencia primaria, y alguien que cobra de "gestionar" dinero ajeno debería dominar cualquier método fiable de detectar los cambios importantes de las grandes tendencias del mercado.
5 - Mucha gente piensa que un fondo de renta variable debe tener un porcentaje mínimo de la cartera en acciones, y que por eso los gestores siempre están largos. La realidad es que pueden cubrir el 100% de la cartera de renta variable con cualquier instrumento derivado, lo que no pueden hacer es usar apalancamiento. El estar siempre comprados se debe a lo que he explicado antes, asegurarse la permanencia en el puesto.
Una de las ventajas que lanzaron los fondos al estrellato fue su inmejorable fiscalidad, pero ahora, con la tarifa plana de la que disfrutamos desde enero del 2007, en la que el plazo de inversión ya no importa (todo tributa al 18%), utilizar el vehículo de un fondo para invertir ha adquirido un tinte fiscal neutro. Antes incluso se usaban los fondos para convertir rendimientos del capital en plusvalías que disfrutaban de un tipo impositivo mejor. La única ventaja que les queda ahora es la de diferir el pago de los impuestos, pero al final se acaba pagando lo mismo.
Aparte de la comisión de gestión y de la comisión de custodia, el fondo tiene otros gastos que merman su rentabilidad, como las comisiones de contratación habituales en la operativa, pero entre los administradores de fondos y la gestora se conjuga demasiado el verbo "comisionar".
Sobre la comisión de custodia hay que tener en cuenta que, el fondo paga esta comisión por el valor total de su patrimonio, por tanto, acaba pagando custodia sobre activos por los que nadie pagaría: dinero en efectivo, dinero a plazo, repos, letras, participaciones de otros fondos, etc.
El capítulo de la adjudicación de operaciones es muy delicado, porque como hemos visto en los artículos dedicados al AIAF, el baile de un 10% en el precio de un activo respecto de su precio de mercado es algo cotidiano. Estoy seguro de que la honestidad de los administradores les impide hacer trampa, pero me preocupa el hecho de que si algún desaprensivo quisiera hacerla, podría consumarla con la mayor impunidad. (Este es uno de los huecos que no ha cubierto la MIFID)
Supongo que todo el mundo sabe que las empresas que salen a bolsa pagan a los intermediarios que la colocan una jugosa comisión, aparte de intentar distribuir la máxima cantidad de papel entre el público (llamando por teléfono a cada cliente), como la comisión es muy apetecible se exploran nuevas vías de distribución. Una posibilidad es asignar una importante cantidad de este papel a los fondos de inversión, cobrar la comisión, y luego vender el sobrante, hecho que suele provocar descensos de la cotización de las nuevas salidas a bolsa en los primeros días.
Como sabrá la mayoría de lectores, todas las entidades financieras que están inscritas en la C.N.M.V. o el Banco de España, disfrutan de un fondo de garantía de inversiones de 20.000 euros. Esto quiere decir que, si la entidad quiebra, el cliente tiene cubierta esa cantidad de dinero que le cubre los valores depositados que hayan podido ser malversados o vendidos sin su consentimiento. La mala noticia es que, según el informe del tercer trimestre del 2006 de consultas y reclamaciones de la C.N.M.V. página 9, las participaciones de los fondos de inversión españoles no entran dentro del epígrafe del fondo de garantía de inversiones.
Leer el informe InfTrim0906.pdf
Otro día hablaré de los fondos garantizados y de los fondos de inversión libre (hedge funds).