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En la exposición de motivos dicen que las monedas digitales son una maravilla y que todos los bancos centrales están preparando la suya.
Se les olvida mencionar que el BDE no puede emitir euros, aunque se le ponga la etiqueta de digitales. Meten la palabra “Euro digital” para que los incautos crean que lo que va a emitir el BDE va a ser canjeable por euros. Nada más lejos de la realidad.
Llegado el momento buscarán una excusa para ponerle otro nombre, aunque dejando caer que tendrá paridad con el euro, cosa que no ocurrirá ni siquiera el primer día. Como nombre para el nuevo engendro yo propongo Falcoin o PSOEta.
Aunque el que preside el batiburrillo de ministros, ministras y ministres dice ser doctor en economía, seguramente no conoce La Ley de Gresham, que dice así: cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago.
Resumen: cualquier moneda digital que emita el BDE, perderá poder adquisitivo a un ritmo acelerado. Me atrevo a pronosticar que perderá entre el 5% y el 15% mensual. Caída que se acelerará, cuando el público vea que no la quiere nadie.
Esa caída acelerada se podría evitar si el gobierno la aceptara para pagar impuestos, pero eso no lo hará, porque si lo hiciera neutralizaría la jugada.
Como nadie va a vender euros para comprar PSOEtas, está claro que la jugada es que el gobierno pague en parte o totalmente las pensiones, a los funcionarios y las facturas en PSOEtas. Al mes siguiente de hacer esto las tiendas tendrán dos precios en todos los productos, en PSOEtas y en euros. Aunque el Gobierno seguirá usando el cambio oficial de una PSOEta= un euro. Como no se podrán pagar impuestos en PSOEtas, el Gobierno emitirá PSOEtas con el valor de un euro, pero no las aceptará de vuelta.
Los que cobran en PSOEtas intentarán cambiarlas a euros, pero en el mercado negro cada mes les pagarán un 10% menos que el mes anterior.
Todo lo dicho, de todas iba a terminar ocurriendo de una forma u otra. Los milagros no existen.
Si no se hiciera la moneda digital, un buen día el BCE dejará de comprar la deuda impagable de Expaña, y para poder pagar a los funcionarios el gobierno tendría que volver a la peseta y poner la impresora para pagar las nóminas, ya que cuando el BCE cierre el grifo nadie estará tan loco para comprar nuestra deuda basura que además no paga intereses.
Hay que tener en cuenta que el BCE por ley sólo puede comprar el 33% de la deuda de un país, y ya está rozando el listón. Aunque mi pronóstico sobre este tema es que se pasarán esa ley por la entrepierna igual que han hecho con el resto de legislación europea. Pero ni el planeta es infinito ni el BCE tampoco, así que tarde o temprano habrá que enfrentarse a la realidad. Y la realidad es que este desdichado país se verá obligado a emitir moneda propia diferente del euro. Y como esa moneda caerá de valor en picado, cada mes tendrá que emitir más que el mes anterior, acelerando la destrucción de dicha moneda. Y en breve espacio de tiempo, como cualquier monarquía bananera que se precie, se irán quitando varios ceros al nominal de la moneda. Al menos si es digital no habrá que hacer gasto en papel para las nuevas redenominaciones.
Consejo de inversión:
Si al principio hay algún banco tan loco como para hacer préstamos en PSOEtas, hay que coger el préstamo, cambiarlo enseguida a euros, y sentarse a ver como la deuda mengua mensualmente.
En el panfleto hablan sin tapujos de recuperar el carácter del dinero como bien público y bajo control democrático.
Traducción: el DINERO PÚBLICO NO ES DE NADIE y tiene que estar bajo NUESTRO control democrático.
En la exposición de motivos dicen que las monedas digitales son una maravilla y que todos los bancos centrales están preparando la suya.
Se les olvida mencionar que el BDE no puede emitir euros, aunque se le ponga la etiqueta de digitales. Meten la palabra “Euro digital” para que los incautos crean que lo que va a emitir el BDE va a ser canjeable por euros. Nada más lejos de la realidad.
Llegado el momento buscarán una excusa para ponerle otro nombre, aunque dejando caer que tendrá paridad con el euro, cosa que no ocurrirá ni siquiera el primer día. Como nombre para el nuevo engendro yo propongo Falcoin o PSOEta.
Aunque el que preside el batiburrillo de ministros, ministras y ministres dice ser doctor en economía, seguramente no conoce La Ley de Gresham, que dice así: cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago.
Resumen: cualquier moneda digital que emita el BDE, perderá poder adquisitivo a un ritmo acelerado. Me atrevo a pronosticar que perderá entre el 5% y el 15% mensual. Caída que se acelerará, cuando el público vea que no la quiere nadie.
Esa caída acelerada se podría evitar si el gobierno la aceptara para pagar impuestos, pero eso no lo hará, porque si lo hiciera neutralizaría la jugada.
Como nadie va a vender euros para comprar PSOEtas, está claro que la jugada es que el gobierno pague en parte o totalmente las pensiones, a los funcionarios y las facturas en PSOEtas. Al mes siguiente de hacer esto las tiendas tendrán dos precios en todos los productos, en PSOEtas y en euros. Aunque el Gobierno seguirá usando el cambio oficial de una PSOEta= un euro. Como no se podrán pagar impuestos en PSOEtas, el Gobierno emitirá PSOEtas con el valor de un euro, pero no las aceptará de vuelta.
Los que cobran en PSOEtas intentarán cambiarlas a euros, pero en el mercado negro cada mes les pagarán un 10% menos que el mes anterior.
Todo lo dicho, de todas iba a terminar ocurriendo de una forma u otra. Los milagros no existen.
Si no se hiciera la moneda digital, un buen día el BCE dejará de comprar la deuda impagable de Expaña, y para poder pagar a los funcionarios el gobierno tendría que volver a la peseta y poner la impresora para pagar las nóminas, ya que cuando el BCE cierre el grifo nadie estará tan loco para comprar nuestra deuda basura que además no paga intereses.
Hay que tener en cuenta que el BCE por ley sólo puede comprar el 33% de la deuda de un país, y ya está rozando el listón. Aunque mi pronóstico sobre este tema es que se pasarán esa ley por la entrepierna igual que han hecho con el resto de legislación europea. Pero ni el planeta es infinito ni el BCE tampoco, así que tarde o temprano habrá que enfrentarse a la realidad. Y la realidad es que este desdichado país se verá obligado a emitir moneda propia diferente del euro. Y como esa moneda caerá de valor en picado, cada mes tendrá que emitir más que el mes anterior, acelerando la destrucción de dicha moneda. Y en breve espacio de tiempo, como cualquier monarquía bananera que se precie, se irán quitando varios ceros al nominal de la moneda. Al menos si es digital no habrá que hacer gasto en papel para las nuevas redenominaciones.
Consejo de inversión:
Si al principio hay algún banco tan loco como para hacer préstamos en PSOEtas, hay que coger el préstamo, cambiarlo enseguida a euros, y sentarse a ver como la deuda mengua mensualmente.
En el panfleto hablan sin tapujos de recuperar el carácter del dinero como bien público y bajo control democrático.
Traducción: el DINERO PÚBLICO NO ES DE NADIE y tiene que estar bajo NUESTRO control democrático.