Las fiestas saturnales se celebraban en el solsticio de invierno (sol quieto, o el día más corto del año), que luego fueron cambiadas por la Navidad.
En estas fiestas se derogaban todas las fronteras sociales. Los esclavos podían insultar y dar órdenes a los señores que servían a los esclavos durante las fiestas. Se ridiculizaba a los políticos y altos cargos. Todas las leyes quedaban inactivas. El rey de la fiesta era elegido por un dado y podía hacer lo que quisiera sin que nadie pudiera imponerle nada. Los banquetes y las orgías eran de órdago, y la gente tenia por costumbre darse regalos.
Como en la actualidad la gente intercambia deseos de paz y amor que se olvidan el segundo día de Navidad coincidiendo con la resaca, yo también quiero expresar mi deseo: me gustaría volver a celebrar las saturnales y que los amos del mundo obedecieran a este humilde esclavo durante estos días. Quien crea que los pondría a cavar pozos está equivocado, sólo les obligaría a dejarme leer el bloc de anillas que les dio su padre para someter al mundo.
Precisamente para evitar esto, cambiaron esa fiesta por la Navidad, para evitar que los esclavos se acostumbraran mal, aunque fuera un día al año. No conviene sentar precedentes.
Deseo a todos un feliz solsticio de invierno; y a los amos, que todo el dinero que han ganado este año se lo gasten en tiritas.