Queridos Reyes, sobre todo al de bastos: como todo el mundo os pide cosas buenas y deben de estar agotadas, yo os voy a pedir unos cuantos defectos humanos, pero no para mí, que tengo de sobra, sino para el resto de la humanidad.
Me gustaría que toda la humanidad reciba los siguientes regalos:
Orgullo: para no permitir que cuatro petimetres pusilánimes les roben la dignidad, la libertad, el esfuerzo de su trabajo y la salud de sus hijos.
Pereza: sería bueno que a la gente le diera pereza leer los medios de desinformación, así no le colarían todas las mentiras programadas e interesadas que embotan la mente y adoctrinan al individuo. La pereza para ir a votar partidos corruptos (que desgraciadamente son todos) también sería un revulsivo para la sociedad, aunque mientras haya tantos comiendo del pesebre eso no servirá para nada.
Ser políticamente incorrecto: la lacra de lo políticamente correcto ha conseguido elevar al papel de policías vocacionales a todos los tontos del pueblo. Los de arriba lanzan las directrices de lo que tienes que pensar y decir, y el resto de la plebe ya se encarga de vigilarte para ver si te sales del guión. Lo políticamente correcto se lo pueden meter correctamente los políticos y sus secuaces por el sitio en el que la espalda pierde su bello nombre.
Avaricia: un poco de avaricia le vendría bien a la mayoría. Los avaros controlan muy bien los caudales y no permiten que los ladrones de guante blanco hagan trucos de prestidigitación con sus doblones.
Egoísmo: es bueno tener un ego grande y lustroso. Si te crees que sabes, no delegas las cosas importantes en nadie: ni la administración del dinero, ni de la salud, ni la educación de los hijos, ni la libertad de decisión sobre cualquier asunto. No hay nada que fastidie más a los de arriba que alguien que no delega ni necesita nada de nadie. Si, además, es autosuficiente, ya les resulta insoportable.
Violencia: yo soy pacifista, pero soy partidario de usar la violencia en defensa propia. Si un gobierno corrupto quiere cuadricular la mente de tus hijos, hay que decirle que... a ver si tiene lo que hay que tener para intentarlo. Hay que distinguir entre lo legal y lo inmoral. Bajo ningún concepto se le puede permitir a la justicia que obligue a unos padres a escolarizar a sus hijos, cuando el nivel de éstos es superior a la media de los chavales de su edad. Más risible todavía es que se obligue metralleta en mano a vacunar de una enfermedad benigna como es el sarampión (leyendo esto se comprende la atrocidad de tal acción). Unos padres tienen la obligación moral de defender la integridad física y mental de sus hijos menores, y no pueden permitir que nadie les arrebate ese derecho, ni a buenas ni a malas.
Lujuria: este pecado capital nos iría bien a todos para abandonar el papel pasivo cuando nos sodomizan. La lujuria se convierte en caridad cristiana cuando correspondes al que te ha sodomizado con la misma moneda pero con mayor frenesí y desenfreno.
Si a alguien no le gustan estos regalos, los puede cambiar por una docena de castañas asadas. Las reclamaciones por pedidos defectuosos hay que cursarlas por triplicado dirigidas al maestro armero. Para insultos hay que utilizar el formulario de abajo.