Digitalización y Transformación Digital –III Criptografía, criptoactivos y criptomonedas
Además de los activos tradicionales (reales como el oro, las casas; o financieros como las letras del tesoro, bonos, acciones) en los mercados existen multitud de criptoactivos virtuales digitales como las monedas digitales privadas o públicas. Las criptomonedas son una parte de los criptoactivos, todos ellos en contexto de Criptografía que podríamos catalogar en principio como una Informática de comunicaciones secretas o confidenciales en la que los mensajes van con determinados códigos y algoritmos más o menos sofisticados de manera que además de la confidencialidad se autentifica la identidad de los usuarios de manera segura. Las transacciones financieras tienen lugar con tecnología digital que garantiza y verifica la seguridad, el anonimato y no hay posibilidad de falsificación, duplicación y trazabilidad.
Las criptomonedas surgen en 2009 con Satoshi Nakamoto, creador del Bitcoin, primera criptomoneda, habiendo aparecido después miles y miles de ellas. Utilizan tecnología Blockchain, a partir de la Criptografía, y no dependen del Sistema Financiero tradicional y Bancos Centrales, por lo que se evitan comisiones de intermediarios financieros tradicionales reales o digitales. Al invertir en criptoactivos la diferencia entre precio de compra y de venta puede generar beneficios, pero también pérdidas. Las criptomonedas también pueden utilizarse como medio de pago y se pueden intercambiar por otros bienes o servicios utilizándolos como moneda digital / dinero digital (intermediario en los cambios). También pueden utilizarse como divisa, pero su alta volatilidad no los hace muy aptos en este contexto, si bien algunas criptomonedas evitan este problema manteniendo un tipo de cambio fijo con el dólar.
El problema fundamental, desde la perspectiva global social con los criptoactivos y en particular las criptomonedas, que quieren evitar los bancos centrales creando sus propias monedas digitales, dada su determinada tecnología digital criptográfica, que para algunos puede ser una ventaja, es su dificultad o imposibilidad de trazabilidad o “rastreo” policial y fiscal, lo que permite e impulsa que sean un “lugar” virtual intangible no localizable muy querido por determinadas personas y tipos de “negocios” y actividades que son fáciles de imaginar, algunos de ellos absoluta y totalmente indeseables y por supuesto fuera de la Ley.
Luis Ferruz Agudo / Escritos y economista /
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