Energía y Precios II: El mix energético en España y sus deficiencias
El consumidor asiste atónito estos días a una escalada histórica sin precedentes en el precio de la energía y sus repercusiones concretas en la factura del consumo de electricidad. En Finanzas distinguimos entre factores causales sistémicos o sistemáticos y factores específicos, y si bien es cierto que es un problema común europeo en algunos aspectos, no es menos cierto que España tiene factores propios que empujan el precio de la luz hacia cotas mucho más altas que en el resto de Europa.
Dejando aparte factores específicos en la estructura de costes de la electricidad y los combustibles en la que los impuestos tienen una participación desmesurada, España tiene una dependencia más que notable del volátil y poco diversificado mercado de proveedores del gas con respecto a otros países europeos de referencia básica como Alemania y Francia, que mejoran en mucho su factura con respecto a España por el carbón y las nucleares. Sacando más pecho que nadie en temas ecológicos y de sostenibilidad, abusando de la falta de cultura financiera y tecnológica, para obtener réditos electoralistas se ha demonizado hasta cotas insuperables la energía nuclear y el carbón soslayando tecnologías e inversiones que podían y pueden reducir riesgos y contaminación hasta niveles más que aceptables, sin perjuicio del pragmatismo en una transición energética sostenible con mayores plazos de adaptación.
En el caso de Endesa en las cuencas mineras turolenses hubiera bastado una inversión tecnológica de cien millones de euros para que las centrales de carbón hubieran cumplido los protocolos ambientales de la Unión Europea, pero nadie ha querido poner el cascabel financiero al gato económico. Cuestión aparte es que el carbón nacional ha sido tradicionalmente caro y no muy bueno en comparativa internacional.
La conexión entre la actual insuficiente energía nuclear española y los vaivenes con las renovables tiene muchos tintes políticos electoralistas que hemos pagado los consumidores y seguiremos pagando con el denominado “déficit de tarifa” ya que la moratoria nuclear y el cambio a energías renovables tuvo lugar subvencionando el denominado coste de aprendizaje de las energías renovables en un momento inadecuado de desarrollo tecnológico, con graves problemas de viabilidad posteriores y de inseguridad jurídica. Ahora sí es su momento y son baratas de instalar, pero lo pagamos desde hace mucho tiempo por un deficiente mix energético y su dinámica en el tiempo. Y lo seguiremos pagando con precios desorbitados por mucho que llamemos a la puerta de Europa que ahora parece que para algunas y algunos es la solución a todos los males energéticos.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /
