Energía y precios - VIII: Estructura de Costes y CONTAMINACIÓN
El consejo europeo se reunirá en Bruselas los días 21 y 22 de octubre de 2021 para tratar varios puntos en el orden del día, entre ellos el precio de la energía, pero también la Covid-19, la transformación digital, la migración y las relaciones exteriores. Espero que se acuerden de que el proyecto Europeo gira alrededor de la Europa Social de los Ciudadanos con problemas urgentes y acuciantes y no de que paguemos viajes en clase preferente business, reuniones, sueldos y dietas para declaraciones finales rimbombantes y eufóricas sin tomar las medidas adecuadas con supervisión y control pertinentes que se posponen sine die.
Según datos oficiales de la CNMC, Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en la factura de la electricidad, en promedio, el coste de la energía apenas llega al 30 por 100, el resto son impuestos (20%), peajes (20%) y cargos (30%). Todo creciente al crecer la base del cálculo del resto de componentes que es el coste de la energía, debido básicamente al encarecimiento del gas natural combinado con el de los derechos de emisión de C02, de manera que los objetivos de Política Económica Ambiental adquieren una resolución perversa para consumidores y empresas.
El consumidor y las empresas están pagando absolutamente todo:
a) La creciente voracidad fiscal del Gobierno como se observa también desincentivando fiscalmente el ahorro en planes de pensiones y las nuevas normas de valoración inmobiliaria
b) El absurdo sistema de fijación de precios en base a precio marginal y no al precio medio, lo que hace entrar en el último corte de oferta y demanda a energías caras, contaminantes y muy sensibles geopolíticamente, para unos países más que para otros, para suplir el hueco que dejan de cubrir la oferta de las renovables, que no llegan a cubrir la demanda, por mucho que la Comisión Europea apueste solo por la energía eólica y la solar.
c) El déficit de tarifa por el parón nuclear en su momento que lo seguimos pagando en factura por la apuesta por renovables que eran inviables financieramente, ahora ya por fin más económicas gracias a la tecnología y digitalización pero repercutiendo a empresas y consumidores en factura el déficit de tarifa por el desastre de apuesta por las renovables cuando la tecnología cara necesitaban desorbitadas subvenciones, pero los políticos se colocaban medallas de eco-postureo verde que ahora las pagamos todos.
d) La especulación desorbitada y galopante en el mercado de derechos de emisión de CO2 con gran causa del gas y su incidencia por el sistema de precios marginalista, fundamentalmente por Bancos, Fondos de Inversión y más “actores”, especulación en cierto sentido impulsada por una Política Económica Ambiental que no mide bien las consecuencias de sus normativas no siendo coherente con la adecuadas supervisión y control de mercados de Economía de la Inversión y Economía de la Financiación de la Energía y su composición de mix energético.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /
