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Dinero, tantos de interés, inflación y ETTI – VII: Precios de la Energía

Dinero, tantos de interés, inflación y ETTI – VII: Precios de la Energía

       En la segunda quincena de diciembre 2021 se han publicado por parte del Banco de España las proyecciones macroeconómicas para 2021-2024 y como era previsible se indica que la inflación actual, bastante mayor que las previsiones hace un año, está desbocada acercándose al 6 por 100 y seguirá en niveles altos en los próximos meses como consecuencia fundamentalmente del comportamiento de los precios de la energía, si bien en un contexto a medio plazo la previsión es que se sitúe por debajo del 2 por 100, pero de momento la realidad y perspectivas a corto plazo prácticamente triplican escenarios “bondadosos” en los que los Bancos Centrales no necesitarían tomar medidas de Política Monetaria y Fiscal anticíclica contra una destructiva inflación estructural por encima de niveles admisibles. 

       Concretamente la electricidad supone una factura en la que el coste de la energía es un 30 por 100 de parte de la misma, el restante 70 por 100 son impuestos, peajes y cargos diversos. Si crece el coste de la energía, que es la base de cálculo crecen también el resto de los componentes, por lo que el Estado recauda más. Dicho coste energético tiene una impresionante aceleración inflacionista básicamente por el encarecimiento del gas natural combinado con el colosal aumento de los niveles de precios de los derechos de emisión de C02. 

       Conviene decirlo alto y claro: el consumidor finalmente paga todas las consecuencias inflacionistas del encarecimiento energético, absolutamente todo por los siguientes motivos:
a)   La creciente voracidad fiscal del Gobierno, Comunidades Autónomas y los diversos niveles de la Administración y Corporaciones Públicas. 
b)   El traslado y repercursión de la inflación al consumidor vía precios de productos y servicios por parte de las empresas. 
c)   El absurdo sistema de fijación de precios energéticos en base al precio marginal y no al precio medio como en otros mercados.
d)   El déficit de tarifa por el parón nuclear en su momento que lo seguimos pagando en la factura por la apuesta por unas renovables que eran totalmente inviables en su momento desde la perspectiva de la ortodoxia financiera.
e)   La especulación desorbitada y galopante en el mercado de derechos de emisión de CO2 con gran causa del gas y su incidencia por el sistema de precios marginalista, fundamentalmente por Bancos, Fondos de Inversión y más “actores”.
f)    Una Política Económica Ambiental que no mide bien las consecuencias de sus normativas  no siendo coherente con la adecuadas supervisión y control de mercados de Economía de la Inversión y Economía de la Financiación de la Energía y su composición de mix energético.

Luis Ferruz / Escritor y economista / 
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