La Reforma de las Pensiones VI – Los pilares quebrados
Como decía el poeta: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Causa cierto estupor, algo de tristeza y honda preocupación que no aprendamos de las lecciones de la Historia, tal y como señalo, junto con mi coautor Dr. Rivas, economista e historiador, en nuestra reciente obra “Fraude, Codicia, Ignorancia. Las burbujas financieras en los mercados”.
Con el tema de la Seguridad Social y las Pensiones en particular hay dos visiones muy confrontadas y pendulantes en la legislación, con notables repercusiones para la planificación fiscal, el ahorro, la inversión y los mercados financieros. No debería ser tan difícil llegar a acuerdos interlegislaturas al estilo de lo que hicieron los suecos en la década de los 90, o los alemanes en tiempos más actuales con el entendimiento entre las dos grandes fuerzas SPD y CDU.
En principio la Seguridad Social es viable en el corto plazo, pero en el largo plazo las tendencias demográficas, la situación del mercado de trabajo y otros factores la hacen inviable financieramente proyectando tendencias actuales a futuro si no se realizan determinados cambios paramétricos y no paramétricos. En ello se concentran las diversas reformas que se han realizado y se siguen realizando, pero el problema es que se hacen sin consenso entre las grandes formaciones políticas clásicas, por lo que teniendo en cuenta los ciclos políticos más que evidentes históricamente y que seguirán en el futuro, la inestabilidad jurídica, financiera y fiscal es palmaria y evidente.
De los sistemas complementarios de las pensiones públicas fundamentales, el resultado actual es que los planes de pensiones individuales, como consecuencia de las progresivas recientes y futuras pérdidas de incentivos fiscales están en regresión y cediendo su protagonismo de otros tiempos en esta recta final del año 2021 a a) trasvases de planes entre entidades y b) ahorro-previsión en otros instrumentos como fondos de inversión. Los planes de pensiones de empresa los presenta ahora el marketing político como el futuro y la alternativa a los individuales, pero la realidad es que es una minoría de empresas de gran tamaño las que los tienen en marcha satisfactoriamente y bien diseñados, respetando su naturaleza y esencia. Con vistas al futuro, en el marco económico, financiero, informático, empresarial y laboral actual, es complicado que compensen el “hachazo” dado a los planes de pensiones individuales.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /