Mi primer año en los mercados: decisiones, sesgos y planificación 2021

Tras unos meses sin pasarme por aquí, vuelvo para hacer balance de mi primer año activo en los mercados financieros. 

A lo largo del artículo contaré en qué momento empecé a ser más activo en los mercados, cómo comencé a invertir de forma más meditada y comentaré como mi entorno y lecturas me han ayudado tanto a tomar decisiones como a  virar en mis perspectivas. 

Mencionaba lo de ''activo'' en los mercados financieros, porque, estando en la universidad, abrí mi primera cuenta broker y empecé a operar. Sólo por experimentar haciendo algo de stock picking. Debo decir que, aunque la mayoría de operaciones fueron acertadas, por el reducido volumen de cada operación, las comisiones devoraban mis escasas plusvalías.

La única empresa que tengo todavía en cartera de aquellas incursiones en el mercado es una pequeña posición en el Ajax. Me hacía ilusión eso de ser accionista de un club tan mítico.
Fueron las primeras acciones que adquirí y me sigue haciendo ilusión mantenerlas en cartera.

Durante el último año, sí que he seguido un plan de ahorro e inversión sistemático mes a mes como comenté en el artículo ''Cómo organizar  tus finanzas personales: Ahorro, Inversión y Consumo''. Bien, como dice Naval, lo de tener un plan es relativo.

El primer paso para seguir un plan es tenerlo. Luego puede funcionar, o no, y seguirlo, o no, pero al menos, marcando esas pautas, visualizas el objetivo. 

Como he dicho, llevaba tiempo picoteando y experimentando, pero sin haberlo tomado muy en serio. Algunas lecturas tanto de libros como de blogs de esta comunidad me animaban a empezar a invertir de forma más consistente.

Tenía claro que quería empezar a conjugar ahorro e inversión y combinar fondos indexados con gestión activa propia.

Había varias empresas que seguía de cerca, tenía en el radar y me gustaban. Estaba claro el ''cómo y el dónde. Me faltaba definir el ''cuándo''. Y así, de pronto, llegó marzo 2020. Con su pandemia, sus número rojos y sus portadas de periódico anunciando el ''Crash Bursátil''.

Contaba con algunos ahorrillos así que, con las primeras caídas significativas empecé con la aportación a los indexados. Quería empezar por lo que más familiar me resultaba. Las navidades 2019 había leído ''El pequeño libro para invertir con sentido común'' de John Bogle. Ese era el primer paso, comencé indexándome al MSCI World.
Durante el mes de marzo hice un par de aportaciones y después, como ya he explicado en otros artículos, automaticé mi aportación mensual.

Durante ese mes vigilaba la bolsa a diario. Las conversaciones continuas con los compañeros inversores de la comunidad de Rankia y el pasar demasiados ratos leyendo twitter finanzas hicieron mella, funcionando como efecto arrastre, así que me lancé con la compra de acciones.

Las primera posiciones que para mí eran significativas teniendo en cuenta el volumen de cartera fueron: FB, DIS, ITX y AIR. Eran todo empresas que conocía, que uso, me gustan y cuyo negocio y resultados venía siguiendo. De estas, las dos primeras las mantengo en cartera y he ampliado posición.  Reconozco que en esas primera compras entré a buenos precios. Pero...
 

Ahora entra en escena el sesgo de retrospectiva. Leyendo a Taleb o a Kahneman te encontrarás bastante con este término. En lenguaje coloquial podemos entenderlo como que, a toro pasado, todos somos muy listos.

Realmente se entiende este sesgo como tendencia a crear una falsa ilusión de pronóstico sobre algo que ya ha ocurrido. Cuando alguien realiza una inversión arriesgada y le sale bien, por lo general, defenderá de antemano que ya sabía que sería exitosa, aunque el propio individuo sepa que tubo suerte. 

Para mí, es obvio que acertar el timing fue más bien cuestión de suerte. De la misma manera que es probable que si el grueso de tu inversión lo hiciste en marzo o abril de 2020 estés ahora con interesantes rentabilidades independientemente de tu asset allocation (asignación de activos en los que decidas invertir).

Ahí hay un problema. Cuidado con creernos mejores inversores de lo que somos. Es fácil incurrir en un exceso de confianza. Justo por eso, trato de repetirme a menudo algunas premisas:

Perfectamente, esas oportunidades de mercado podrían haber llegado después, por ejemplo en en julio 2020, si ese ''supuesto murciélago'' del mercado de Wuhan hubiese aparecido más tarde, con lo que probablemente, teniendo en cuenta que para mí, la entrada a los mercado era inminente, me habría pillado con gran parte de mis ahorros previos ya invertidos, pero a unos precios no tan atractivos.

Semanas más tarde seguí con las compras. Bien ampliando o bien posicionándome en nuevas empresas. Algunas de ellas ya no las mantengo en cartera. 

Dicho esto, durante el año he visto pasar algunos trenes a los que no me he subido. Al final el tiempo es finito y si cada inversión que haces quieres tenerla medianamente estudiada o meditada, no puedes estar en todo. 

La inversión en indexados, además de por el momento aportarme una rentabilidad nada desdeñable, me aporta tiempo. Me despreocupo. Tengo esta aportación totalmente interiorizada, hasta apenas considerarlo ahorro. Aún así, prefiero tener en cuenta que las rentabilidades obtenidas este año no van a ser lo habitual. 

Con los meses he seguido la misma filosofía. Aportación mensual al indexados. Cartera de gestión activa basada en empresas de calidad y growth (empresas en crecimiento) a fecha de hoy principalmente tecnológicas y periódicamente, ampliar o reducir posiciones para mantener la estructura de la cartera con la que me siento cómodo.

Siempre mantengo un porcentaje alto de liquidez. También, algo de play money para oportunidades que crea encontrar o hacer algún trade, no siempre con el resultado deseado. Esperar sólo a darle la razón a Bogle puede ser tedioso.

Para este 2021 sigo en la misma línea, aunque han habido algunos cambios:

Sobre le tema criptomonedas. Podría directamente atribuirlo a el efecto arrastre o efecto rebaño, ya mencionado. 

Entiendo que las cryptos tienen potencial, con infinidad de aplicaciones y utilidades, pero eso no quiere decir que se lleguen a aplicar y que ese cambio vaya a suceder. ¿Por qué invertí entonces? Pues bien, aquí hice algo de cura de humildad. 

Por un lado, varias personas que considero más inteligentes que yo y que llevan más años en los mercados, son optimistas con esta inversión y llevan BTC en su porfolio. Por otro lado, vaya, lo que está sucediendo es un hito. No sabemos como acabará, pero me apetece vivirlo desde dentro. 

Con todo esto espero que, si os interesan los mercados pero no os animáis a comenzar invertir, este artículo os anime a ello. Después de este repaso rápido a lo que ha sido este año me despido por hoy. No sé si conseguiré aportaros algo, pero me quedo satisfecho si leerme os resulta entretenido.