Otro de los aspectos que tiene que cambiar en este país, es todo lo referido a toda esta tribu de encorbatados que pululan por todas las administraciones públicas defendiendo las bondades del sistema privado y la economía de mercado. Quizás algún día tendrán que explicar que demonios pintan siempre en despachos públicos dando consejos sobre como conseguir que se generen negocios fuera de todo tipo de mercado en el que hay que crear algo.
Son las consultoras y consultores que son una autentica plaga y que han encontrado su simbiosis perfecta en toda suerte de directivos públicos que a pesar de que tampoco saben lo que es un mercado y de que parece que odian la administración de lo público están poblando los despachos llenándolo todo de palabras en inglés, tecnicismos y tonterías indescriptibles sobre las enseñanzas de keynes y hayek a base de slogans de escuela de negocios adaptadas al twitter.
Los unos y los otros suelen hacer gala de un morro que normalmente viene derivado de la santa ignorancia. Los hay con ideales, y los hay sin ellos, pero realmente estamos hablando de toda una fauna que directamente no tiene ni repajotera idea de que están hablando. Y no se entienda mal, yo hubo una época, (muy lejana), en la que estaba metido en ese mundo y por tanto sé perfectamente de lo que hablo y también sé perfectamente que en aquella época no tenía ni puñetera idea de lo que hablaba, pero que era un tonto útil para conseguir que unos cuantos se forrasen.
El caso es que todo esto viene de una noticia de la sucursal en Valencia de una franquicia llamada Russell Bedford, que parece ser por la web de la matriz que son auditores, consultores, asesores y quizás cocineros. En realidad está bien esto de que en esta profesión también nos encontremos gente que hace “todos los servicios”, aunque deberían tener que pedir perdón a otro colectivo en el que los completos están en el portafolio por atentar contra su dignidad.
Pues resulta que esta consultora lanza a los medios su solución para arreglar la sanidad española. Es un poco curioso que una consultora cuyo nombre es en inglés se dedique a solucionar los problemas de la sanidad española, pero vaya usted a saber. A lo mejor, atreverse con las sanidades de otros países es demasiado duro. ¿o es que en el estudio que han hecho no se les ha ocurrido entender que tenemos una de las mejores sanidades a un coste menor de toda la OCDE?. Está bien el hecho de que estos insignes personajes se dediquen a mejorar las cosas, pero quizás deberían entender que es más urgente que se vayan a lugares que encajen mejor con su nombre, (con el de la consultora, porque el paisanete que está detrás del Redford, (o bedford o como sea) se apellida Martínez.
Bien es cierto que aunque tengamos una sanidad que destaca por su bajo coste y su calidad, estamos en una situación en la que tenemos problema para conseguir dinero. Sin embargo esto es un problema de dinero y de recursos, y no tanto del diseño de la sanidad. Y es importante porque quizás el hecho de que vengan unos cuantos buitres defensores de un libremercado que no han visto en su puñetera vida a tratar de saquearla, quizás empeora el problema, que en todo caso sería de conseguir dinero.
¿Qué proponen?. Pues tres medidas, según las cuales se ahorrarán unos cuantos millones de euros. La primera es una central de compras privada. ¿Por qué privada?. Por pura matemática, resulta que la central de compras privada se quedará un margen de beneficio, por lo que imaginemos que ahora los medicamentos cuestan 100. Si el ahorro para la administración sería del 20%, quiere decir que pagaría 80. Pero estos 80 se lo tendrán que repartir los costes de la nueva entidad privada, los beneficios de la entidad privada y finalmente saldrían los medicamentos que tendrían que venir con un descuento mínimo en torno al 50% de la situación actual para que saliese rentable. ¿Se cree alguien que las farmacéuticas van a bajar el precio de los medicamentos un 50%, porque se lo pida una empresa privada que curiosamente se quedará con un porcentaje y por tanto cobrará más cuanto mayor sea el volumen de compra de las medicinas?. Desde luego la central de compras es algo necesario, y que esta central de compras trate de negociar para reducir la factura contrarrestando el poder de las farmacéuticas también. Pero meter intermediarios, tan sólo introduce costes, confusión, beneficios para terceros y consultoras y CEOs varios que van a sacar tajada.
La segunda medida es más de lo mismo y se trata de que se externalicen determinados servicios como los análisis de sangre, radiología, limpieza y demás. Según este impresentable que cree que una corbata permite decir todo lo que sea para conseguir pelotazos de esta forma se conseguiría ahorrar el 50% del coste. Tres cuartos de lo mismo. En estos casos de prestación privada se servicios públicos, se puede discutir la eficacia, la productividad y lo que sea, pero en todos y cada uno de los casos, nos encontramos con unos costes disparados, porque tendremos nuevos gestores, (en el sistema público unos gestores, que gestionan otros gestores en la empresa privada, que a su vez gestionan subcontratas y al final resulta que la limpiadora del hospital es la misma en todos los casos, y a nadie le interesa bajar el coste o mejorar absolutamente nada, ya que curiosamente todo el mundo cobra más cuanto más caro salga el servicio). ¿me quiere decir cómo es posible que la limpieza de un hospital sale al 50% del coste del personal público cuando añadimos toda suerte de comisiones, gastos de gestión, beneficios y el precio del personal?. Por descontado en los hospitales no hay demasiado problema para que los horarios no sean de 7.45 a 15.15; por lo que no me vale lo de la flexibilidad.
Y el último sistema para ahorrar lo marcan en aquello de “poner en valor”, frase que queda cojonuda para cualquier jefecillo de la administración o consultora. Es una frase muy buena, porque realmente ¿Quién se va a negar a poner en valor?. Pues resulta que esto de “poner en valor” en realidad se refiere a las instalaciones sanitarias. Estas que o bien estamos pagando o están pagando. En este sentido se trata de cederlas a empresas privadas, (curiosamente esto más que poner en valor significaría regalar), pero a cambio de un canon. Por tanto poner en valor, significa alquilarle las instalaciones que se están pagando a empresas privadas a cambio de un canón para que sean las empresas privadas las que gestionen las instalaciones. En esto creo que se ha montado cierto lío, porque si niega la privatización de la sanidad y tan sólo quiere la privatización de la gestión, resulta que el estado tendría que pagar a la empresa privada, (ya que si quieren que la sanidad siga siendo gratuita, ¿Quién se supone que ha de pagar?). En resumen el estado cede las instalaciones, a las empresas que le pagan un canon, para que el estado le pague una cantidad superior por su uso. ¿a que no saben quién ganará y quien perderá en esta historia?. Por tanto, ¿adivinan si saldrá más caro o más barato?.
De hecho es cierto que en numerosas comunidades ya se está implantando este sistema de tal forma que por ejemplo en Vigo, resulta que el coste se ha disparado multiplicándose por tres pero a costa de reducir camas y atención. Este consultor nos pone los ejemplos de Valencia, que ilustran perfectamente lo que ocurre.
En todo caso, nos dice que estemos tranquilos que las autoridades públicas mantienen el control y la función inspectora, asi como la capacidad normativa y sancionadora. Palabras muy bonitas si no estuviésemos en un entorno en el que todo gestorcillo de lo público obsesionado por decir que algo privado es mucho mejor, (aunque no sea más que un expolio privado de lo público), no están ejerciendo sus funciones, tal y como se demuestra en el hecho de que estos consultores de tres al cuarto no tengan vetada la entrada a los despachos oficiales. Quizás de esta forma se irían a los sitios donde la sanidad es mucho más cara y peor, (aunque se sigan estas técnicas), o incluso mejor a tratar de ponerse en valor y en lugar de estar de compadreo, que se dedicasen a ir por las empresas que están luchando en el mercado sin ningún tipo de poder a tratar de mejorar los procesos para conseguir crear mayor valor. Pero claro, mayor valor y no informes que jamás se cumplen que siempre incluyen incurrir en cuatrocientos mil gastos para crear menos y complicarlo todo en un sistema absurdo en el que siempre hay pescadores.