Últimamente no paro de oír una coletilla que ya me está empezando a cansar un poco; todas aquellas explicaciones de “se ha hecho lo correcto, pero…”. Esta coletilla es de lo más absurdo desde todos los puntos de vista que se me puedan ocurrir, tanto que a veces ya parece hasta un insulto a la inteligencia.
Tan sólo echando un vistazo estamos en una situación en la que los problemas de la gente son más que evidentes, con dificultades para todo el mundo, empleados, (tanto del sector público como privado), funcionarios, empresas de todo tipo y color, entidades financieras y los estados están todos en una situación cada vez más precaria. La confianza bajo mínimos, el euro en peligro, la justicia hecha un desastre total y absoluto, y sólo se va manteniendo (si se le puede llamar mantener, lo que exige como poco mirar con cierta bondad) un sistema financiero a cuenta de unas cuantas soluciones definitivas que básicamente consisten en inyectar billones que no existen al sistema cada vez con mayor frecuencia. ¿Cómo es posible que absolutamente nadie se plantee si hemos hecho lo correcto en una situación que directamente es un desastre total, absoluto y sin paliativos?. Pues está muy claro que esta es precisamente la razón; los analistas y los medios nos cuentan aquello de “se ha hecho lo correcto” precisamente porque es importante que esta idea sea un punto de partida. Es decir, el truco está en explicar lo que está ocurriendo partiendo de la base de que todo se ha hecho bien, y que bajo ningún concepto se dude sobre lo anterior.
Pero es que no hacía falta llegar al resultado final y a la situación para dudar si se ha hecho lo correcto. La sucesión de declaraciones engañosas y mentiras ha sido una constante en todos estos años, por lo tanto, lo que nos lleva a una conclusión clara; ¿Qué ha sido lo correcto?, ¿lo que se ha hecho o lo que se ha dicho que se hace?. Se hace una reforma de la seguridad social para salvar las pensiones, que básicamente lo que hace es reducir el importe de unas pensiones mínimas; o lo que es mismo: destrozar un sistema que tiene como función asegurar unos ingresos mínimos que quedan al albur de la situación. ¿Qué es lo correcto, destrozarlo o salvarlo?. Lo mismo podemos afirmar con la reforma laboral, ¿se supone que es equilibrada como dicen o que introduce facilidades para que las empresas puedan adaptarse como dicen también?. ¿Qué es lo correcto?. Las dos cosas no pueden ser.
Y en este caso estamos en el gris, o sea, en aquellos casos en los que se puede entender que se ha hecho lo correcto, porque de alguna forma existe la posibilidad de que se interpreten las cosas. Pero es que tampoco se entiende muy bien que nos digan que subir los impuestos es garantía de una recesión, y luego se suban los impuestos. No se entiende que no se va a inyectar dinero público en la banca, que luego se anuncie que se va a inyectar dinero público y que por ahora estamos en una situación en la que se está buscando la forma de desligar el riesgo soberano del riesgo bancario, (lo que en roman paladino supone que es mala idea inyectar dinero público). ¿Qué es lo correcto?. Realmente hemos tenido tantas contradicciones, que directamente es imposible entender que lo que se ha hecho es lo correcto, porque se ha hecho una cosa y lo contrario, a veces con una velocidad pasmosa.
Incluso desde el ámbito de la filosofía de todo lo que está ocurriendo en Europa. Lo mismo nos enfocamos en rescatar a entidades de crédito, empresas de automóviles, constructoras, concesionarias, como directamente lo que hacemos es tratar lo de la austeridad como si fuese un dogma de fe, como lo olvidamos por todos lados. ¿Qué es lo correcto?. Hay muchos analistas que empiezan a dudar del papel de Alemania, pero que a su vez defienden que una España que ha hecho exactamente lo que ha dicho Alemania ha hecho lo correcto. ¿Esto como se come?.
Sé que es una perogrullada, pero realmente el “se ha hecho lo correcto”, tan sólo tiene un punto en el que hay que agarrarse; que es aquella frase de “si no se hubiese hecho sería peor”. Es más que evidente la trampa; como se ha hecho lo que sea, no podremos comprobar jamás lo que hubiese pasado si se hubiese hecho lo contrario. Pero claro; quizás deberíamos recordar que este argumento no es otra cosa que una predicción en el pasado. Los que digan que sería peor si no se hubiesen reformado las pensiones, lo que están haciendo es una previsión de lo que hubiese pasado en una situación; y esta previsión vale tanto como valen sus previsiones. ¿Es normal que se diga tan alegremente que se ha hecho lo correcto, cuando una y otra vez nos encontramos en situaciones no previstas?.
Recordemos que estamos en una situación en la que hemos acuñado incluso un término que es el de Cisnes Negros, como aquellos sucesos imprevistos con efectos muy relevantes. Vamos, que los mismos que nos dicen que todo lo que se ha hecho es muy correcto, nos cuentan que todo el mundo sabe mucho, pero que se equivocan si dicen que hay problemas en los bancos, pero que a su vez valoran muy bien a los estados, y luego resulta que como nunca aciertan, es por culpa de que los planes improvisados y cambiados cada semana salen mal por algún imprevisto.
Y ¿se sabe porque hay tanto imprevisto?. Pues por la misma razón por la que se dice que sea hecho todo lo correcto; se ha ido de chapuza en chapuza, sin mirar y sin la menor idea de lo que se hacía, salvo tratar de mantener el sistema financiero en pie. Todas y cada una de las reformas, de las medidas y de las decisiones hay seguido esta norma, y se han cargado todas las garantías y prebendas que existían para que esto no pagase, (derechos, constituciones, democracia). ¿El resultado?. Un puñetero desastre en el que tan sólo un ciego es capaz de sugerir algo así como “se ha hecho lo correcto”. Y lo que es peor; una situación en la que este ciego domina los medios, las empresas y los gobiernos, mientras nadie encuentra la forma de pararlo antes de que vaya a peor.