Estos días en Rankia, una de los comentarios más leídos es la referencia a otra noticia de diario el aguijon, en el que se nos cuenta que el gobierno se está planteando que las vacaciones dejen de estar pagadas.
Lo primero que me gustaría llamar la atención es mi total desconocimiento de un diario que parece haber surgido de la nada y que sin embargo está saltando mucho a la escena; (de hecho fue el diario de donde salió el bodrio de los 450.000 políticos en España). Esto es muy extraño, no tiene porque ser nada bueno o nada malo, pero es muy extraño, porque las cosas no salen de la nada, ni por nada. Una cosa que sorprende es que la redacción de la noticia es la típica de una nota de prensa, en la que se recoge punto por punto lo que diría el gobierno para que esta iniciativa fuese aceptada. (lo de la devaluación interna, lo de que en otros países no se acepta
Lo segundo es que esta medida publicada hace unos pocos años hubiese sido calificada directamente como imposible o una soberana tontería. Sin embargo, hoy lo cierto es que sin poder darle toda la verosimilitud, no la podemos descartar en absoluto. Es realmente indicativo del nivel al que ha llegado la situación.
Económicamente dicha medida, es un completo absurdo, que tan sólo tendría sentido si nos hubiésemos encontrado en una situación tras las que largas temporadas de beneficios a los trabajadores, estos estuviesen en una situación privilegiada que llevase a que las empresas no tuviesen beneficios, o que estuviésemos en una unión económica y tuviésemos sueldos mucho más altos que la media, buscando la igualdad de condiciones para las empresas. En estos casos, los efectos serían nefastos, tal y como nos demuestra la historia cada vez que se han intentando.
Sin embargo en la situación actual, los efectos serían simplemente devastadores, desde todos y cada uno de los puntos de vista, sin que tenga ni tan sólo un mínimo efecto positivo. Evidentemente se trata de una medida que supondrá la paralización de lo que queda de la economía con lo que esto supone; menos recaudación, menos ventas, menos actividad económica, mayor déficit, más problemas para atender los créditos, burbujas… En fin, más de lo mismo que tenemos hasta ahora.
Precisamente por ser lo mismo que tenemos hasta ahora, y posiblemente por ir en la línea de todas las decisiones tomadas, estamos en una situación en la que ahora mismo no podemos descartar una noticia de estas, lo cual es un indicativo de la situación en la que estamos ahora todo el mundo.
Si queremos saber cómo andamos de confianza en el gobierno, no haría más que imaginarnos una hipotética situación en la que el gobierno saliese a desmentir esta noticia. ¿Alguien se creería el desmentido?. De hecho, nos encontraríamos con la curiosa sensación de que sería más creíble una noticia basada en rumores y fuentes, en un medio no demasiado conocido que lo que diga el gobierno con toda la oficialidad del mundo.
Es curioso, que en ciertos foros se esté hablando de una famosa teoría del shock, que se basa en amedentrar a la población para de esta forma lograr tomar una serie de medidas que sean perjudiciales para las personas, frente a lo que se proponen diversas medidas, entre las que nos encontramos con la famosa “huelga del consumo”.
Si nos damos cuenta y miramos un poco las cosas con perspectiva, tenemos a todo el mundo intentando engañarnos y manipular la información, (está parte es cierta), pero no precisamente para tratar de asustarnos, sino para tratar de calmarnos. No se está buscando engañar para crear miedo, sino que se está intentando engañar para transmitir algo parecido a confianza, (si puede entenderse de esta forma el “no va a ser tan duro”). Y si nos damos cuenta, no es necesario que se proponga una huelga de consumo, porque la inmensa mayoría de la población está o va a consumir lo estrictamente necesario ante las circunstancias de algunos y las expectativas de todos.
Para que exista algo parecido a una recuperación tienen que cesar todos los mensajes en este estilo que propongan más “sacrificios” a una población, porque son estos en un contexto de una población que ya no tiene demasiadas posibilidades, los que nos llevan al desastre. Pero por supuesto, antes de que cesen estos mensajes es importante que se cambie la orientación de las políticas económicas en el sentido de tratar de recuperar a la sociedad y volver a crear una clase media que está completamente destruida para que exista un mínimo de actividad económica.
Sin estas dos medidas, no habrá solución posible, ni en el corto, ni en el largo plazo, porque directamente no es el camino. Sin una de ellas, tampoco será posible, y los esfuerzos por recuperar la confianza de los ciudadanos y sus condiciones no será fácil, porque se ha quebrado demasiado. Esto no es excusa para no hacerlo, sino que hay que hacerlo cuanto antes.