Esta historia comienza con la avería de un televisor LG (de estos de plasma), que tenía un precio de unos 600 euros en el momento de la compra, (a punto de hacer cuatro años). Hasta aquí todo normal. El caso es que buscando el teléfono del servicio de atención al cliente, me acabo encontrando con una web donde consigo un 902.
Como en el mundo de la competencia, sólo hay un servicio oficial, pues tampoco hay demasiado donde elegir llamo a dicho teléfono y explico los síntomas del televisor. (se le da al botón de encender, y no se vuelve a encender). En todo caso, me dicen que no dan presupuestos, ni tan siquiera orientativos por teléfono, (comprensible), y que en todo caso pueden pasar por mi casa a recoger el televisor, todo ello con un coste que se acercaba a los 50 euros y a su vez me confeccionarían un presupuesto con otro coste similar, que se cobraría en caso de que no lo aceptase.
Es evidente que en el primer momento me encuentro ya en una situación en la que como mínimo tendré que pagar cerca de 100 euros, (ni de lejos me planteo que el presupuesto fuese inferior a dicho importe), y esto ni tan siquiera supone tener ningún tipo de información.
Por tanto, lo que decido es tratar de bucear por internet, para tratar de obtener información para decidir si tiro el televisor y compro uno nuevo, o me arriesgo a pagar los 100 euros y lo que venga después. Hasta aquí todo normal, dado que asumimos que todo el mundo tiene que saber de economía, pues supongo que será normal que yo tenga que saber que es un ohmio y testear un circuito computado. Evidentemente tras no pocos problemas, y gracias a que existen videos por internet, logro desmontar el aparato y llegar a la conclusión de que muy probablemente, (voy a ser sincero y reconocer que no las tengo todas conmigo), el problema parece que está en la placa de la fuente de alimentación, (lo que se aprende). Lo malo es que logro llegar a la conclusión de que algo falla en la fuente de alimentación pero no tengo forma de saber que es lo que pasa después de este fallo, (lo que es básicamente toda la televisión).
Pero en este punto encuentro un problema grave; resulta que a veces la placa se puede reparar y a veces no, porque en internet aparece como causa frecuente de los problemas una pieza que en unos sitios llaman capacitadores, en otros condensadores, pero que es redonda y que en determinadas páginas aparecen estalladas. Advierten que el hecho de que por fuera estén mal significa que hayamos encontrado la avería, pero el hecho de que por fuera estén bien, no significa nada. Lo malo es que están bien.
Pues con todas las cautelas, y teniendo que tomar una decisión sobre un tema en el que mi desconocimiento es absoluto, lo que paso es a tratar de adivinar el precio de la fuente de alimentación. Por lo tanto, teléfono y llamada al 902, (pecando otra vez de tonto), donde me dicen que tengo que llamar a otro número, concretamente al 807517555 donde al final a un precio de 1.5 euros el minuto, me cuentan que la piececita de las narices cuesta 192 € más IVA, más 10 euros (también más iva), de transporte.
Todo es muy lógico y desde luego, si se me ocurre protestar contra alguna de las empresas relacionadas, todo el mundo me soltará lo del libre mercado, y aquello de que las empresas tienen que vivir y todo lo demás. ¿Cómo es posible que me cobren dinero por un presupuesto en el que puede salir cualquier precio e incluso que no me van a prestar el servicio?. Es cierto que las empresas tienen que ganar, pero en tiempos resulta que además tenían que correr ciertos riesgos. Entre ellos está en dar la información clave a sus clientes, para que decidan sobre la compra de sus servicios a costa incluso de que en esta información se acabe decidiendo no comprar. ¿Me cobran los dependientes del corte inglés cuando pido información y precios?. ¿no les supone costes?. Y por descontado, el que me cuente aquello de “porque quieres”, lo tiene fácil: ¿Alguien paga por saber el precio porque quiere, o será porque no tiene otro remedio o aquel es peor?.
El hecho de que exista un acuerdo generalizado para estos temas, ¿no es una práctica contra la competencia?. ¿No es esto lo que permite que para un diagnóstico tengas que pagar?. De hecho el extremo está en el punto de obligarte a llamar a un 807 para que te den un precio que además está claramente inflado. ¿Por qué?. Pues por exactamente el mismo poder de mercado, y porque después de mucho presionar para que me diesen un pre-presupuesto, orientativo y entendiendo que es sólo orientativo, me dijeron que si había que cambiar la base saldría cerca de los 200 euros, (más desplazamientos).
También tengo entendido que cuando manufacturamos algo, la suma del conjunto es mayor que las sumas de las piezas, ya que lleva implícito un cierto trabajo. ¿Por qué cuando tratamos de reparar algo nos encontramos con unos precios de piezas que son completamente absurdos que respondan al coste efectivo comparado con el precio del televisor?. Existen televisiones en el mercado que valen menos que una fuente de alimentación. ¿Por qué?. Pues vuelta al poder de mercado, derivado de que exista nula competencia y tan sólo un servicio de asistencia técnica por zona que difícilmente presionará hacía arriba, ya que no recibe presiones de unos clientes que tenemos que aceptar lo impensable.
Claro que se puede decir que los electrodomésticos no se reparan, por lo tanto puede no existir negocio para más de un servicio técnico por ciudad grande; se puede hablar del consumismo, y se puede hablar del derroche de recursos. Pues muy bien, ante la tesitura y ante las circunstancias, lo que me toca hacer este fin de semana es lo menos inteligente y la mayor burrada que se puede hacer.
Como no voy a ponerme a pagar dinero por tratar de adivinar, para luego perder, lo que voy a hacer es tratar de ponerme a aprender a soldar condensadores y con toda probabilidad estropear lo que podría haber sido un electrodoméstico perfectamente reparable. ¿Por qué?. No voy a meterme en un gasto posible, (y puede que probable) de 250 euros, (o mayor) por una televisión que me ha fallado en menos de 4 años; cuando por un importe ligeramente superior puedo comprar una televisión nueva con sus dos años de garantía.
Por tanto, me va a tocar de tutoriales y jugar a un juego en el que o aprendo electrónica y arreglo una tele con cuatro duros, o lo más probable es que acabe tirando un televisor y comprando uno nuevo. Y todo ello, porque por aquello de entender solo los puntos de vista de una de las partes, y alterar las reglas de funcionamiento del mercado de tal forma que los beneficios quedan de un lado y los riesgos del otro, al final el sistema es el que es.
Lo triste es que la diferencia entre esto y el sector de análisis financiero, recomendaciones económicas y otros tantos es básicamente que lo de la electrónica sí que no hay quien lo entienda.
Pd. Al final tras todos los trucos, he conseguido que funcionase toda la televisión salvo la pantalla que no se ve. En consecuencia, tengo tele nueva y he regalado la vieja al conocido que me ayudó a soldar, (tenía tanto los conocimientos, como el soldador), para que haga lo que quiera con ella.