De un tiempo a esta parte, nos estamos encontrando con una campaña mediática contra la empresa irlandesa Ryanair, que se traduce en que salen a la luz numerosas noticias de hechos que son muy preocupantes. Aclaro antes que nada, que estamos en medio de una campaña, porque es posible que alguien lo recuerde, y en todo caso, con campaña o no, parece que los hechos son ciertos y la existencia de una campaña tan sólo nos permite la oportunidad de conocer hechos que de otra forma no hubiésemos conocido.
Por ejemplo, el 30 de agosto se publica en el confidencial la noticia de que en abril de 2011, colisionaron en el aeropuerto de El Prat un avión de Ryanair y un avión de American Airlines, sin que ninguna de las tripulaciones lo advirtiese. El caso es que el avión de Ryanair despegó hacía Ibiza y el avión de American Airlines hacia Nueva York, en ambos casos dañados, (el de Ryanair con daños en un ala y el de American Airlines en el estabilizador de cola). Afortunadamente no hubo que lamentar absolutamente nada, y de hecho no deja de ser curioso como esta noticia no ha salido publicada hasta hoy, a pesar de que estamos hablando de unos hechos acaecidos el 14 de abril de 2011 y con informe definitivo de 3 de mayo de 2012. (Evidentemente si no se hubiese cierta campaña ya no hubiese salido publicado jamás porque no es una noticia nueva).
Aclarado que estoy de acuerdo en que existe una campaña en contra de esta aerolínea, lo cierto es que habrá que aclarar ciertas cosas, sobre todo en lo que se refiere a las responsabilidades en que estas situaciones ocurran. En particular, me gustaría tratar de explicar un par de cosas acerca de aquello de “esto es por los pasajeros que están dispuestos a.. por ahorrar”. Y sobre todo por el papel de las personas que están tomando decisiones en los organismos de aviación civil y las compañías aéreas, (entiéndase que los organismos no piensan, ni deciden). Todo ello, porque a la vista de esta noticia, (y dado que ya me tomo las noticias en prensa con todas las cautelas posibles), he colocado hoy otro post, de estos de fuera de programación, con unas dudas mucho más graves.
Lo primero que se ha de aclarar, es que entiendo que la mayoría de los usuarios de compañías Low Cost, creen (o creemos) saber donde nos metemos. Yo tan sólo he volado una vez con Ryanair y la verdad es que es toda una experiencia. Está claro que cuando pagas un importe más reducido por un billete, tienes que renunciar a ciertas comodidades y aceptar algunas cosas que en ningún caso aceptarías. Vale lo del cajetín para el equipaje, lo de no tener números en los asientos, lo de tener empapelado el avión de publicidad, lo de que se tiren todo el viaje vendiendo todo tipo de artículos nada o casi nada relacionados entre sí, e incluso lo de tener que llevar todo impreso, (aunque por ahí había cierta normativa que no permitía su cobro, creo recordar).
Algunas de estas cosas, son aceptadas directamente por que la capacidad de negociación de los consumidores está bajo mínimos y desde luego algunas traspasan todo límite de aspectos éticos e incluso legales, (como puede ser lo de vender participaciones de lotería nacional a un precio superior al establecido, en un raro caso de dos ilegalidades en una, que como siempre quedan impunes).
Pero todas estas cosas quedan ensombrecidas ante los hechos que estamos conociendo ahora, ya que una cosa es ahorrar en estas cosas y otra distinta es ahorrar en combustible, mantener a viajeros dentro del avión apagado durante dos horas en Mallorca durante dos horas a 38 grados o enterarnos de que ha existido una colisión en un aeropuerto y que no pasa nada.
Desde luego, es obvio que sabiendo estas cosas, difícilmente volarías en Ryanair, a menos que resulte que en el resto de las compañías esto no ocurre, lo cual es difícil de asegurar, porque de no existir esta campaña en contra de Ryanair, no lo sabríamos, ergo si no existen campañas contra otras no sabremos nada.
En todo caso, lo que debemos tener todos claro es que no son las compañías las encargadas de asegurarnos nada, sino que son las autoridades las que deben ser las encargadas de esto. Por mucho que se pongan los ciudadanos no somos pilotos, ni ingenieros aeronáuticos, (por lo menos la inmensa mayoría), ya que para esto tenemos unas estructuras que sostenemos entre todos.
Si los tres aviones que declararon emergencia en Valencia tenían poco combustible, ¿Qué hacen volando?. ¿Qué hace un avión apagado con gente dentro a 38 grados en una pista de un aeropuerto?, ¿Cómo es posible que dos aviones que han chocado en una pista despeguen?. ¡y ojo que uno de ellos era un low cost, pero en la noticia se habla de un avión de American Airlines que se fue a Nueva York y que aún por encima es el que tenía más daños!. ¿Cómo es posible que una vez detectados los daños en el avión de Ryanair en Ibiza se le deje despegar otra vez hacía Barcelona?.
Es todo de una locura impresionante, tanto que a los pasajeros nos cuesta creer que estas cosas pueden estar sucediendo; ¿Cómo es posible que se nos culpe de no preveer determinadas cosas cuando sinceramente no se pueden imaginar?. ¿Cómo puede alguien medio cuerdo tratar de anticipar este nivel de locura?.
Esto no se puede permitir, ni tan siquiera en el caso en el que los pasajeros admitiesen de forma consciente estos “riesgos”. Parto de la base de que los pasajeros no somos conscientes de estas situaciones, pero aunque así fuese, nos queda otro punto a tener en cuenta y es el hecho de que los aviones pueden caer, de forma que aunque hubiese pasajeros que asumiesen libremente ese riesgo, el problema es que cuando los aviones caen es posible que existan victimas que no van en el avión. Porque resulta que el problema de seguridad aérea es mucho más que para los pasajeros, y el resto de la sociedad no puede elegir o ¿Es que nos van a dejar derribarlos si no queremos correr el riesgo?.
Recuerdo lo acaecido en el accidente de Spainair, (¿también los pasajeros habían asumido riesgos?), y recuerdo que de aquellas se había conocido que Aviación Civil tenía sólo dos inspectores, que además se dedicaban a revisar manuales, mientras las inspecciones las hacía una empresa privada para que la trabajaban expilotos, y recuerdo que en aquel avión había muchas cosas que no funcionaban pero que seguía volando igual, de tal forma que tengo la impresión de que tenemos más problemas cuando no pasamos la ITV en un coche que en un avión.
Inspecciones, reglamentos estrictos y una regla simple: O cumplimiento total de las condiciones de seguridad, (y total es total, no sólo de lo importante, porque si es un requerimiento es importante), o el avión no vuela, cueste el dinero que cueste a quien le cueste. Esta es la receta simple. Muy lejos de la situación actual.