La última ocurrencia del gobierno ha sido introducir un concepto novedoso; el IPC a precios constantes, que viene a ser algo así como el indicador de “como hubiese sido la evolución de los precios al consumo en el caso de que los impuestos indirectos al consumo hubiesen sido constantes”. Lo que no está claro es la utilidad de este indicador.
El IPC es un indicativo de la evolución del coste de la vida, (no de la inflación), y ya planteaba numerosos problemas que desvirtuaban el índice hasta el punto de que los graves problemas del índice lo invalidaban como medida de la capacidad adquisitiva. Es decir, debido a los problemas metodológicos que he explicado en su día, el IPC no refleja la evolución del poder adquisitivo, de tal forma que el poder adquisitivo se desmorona, mientras el IPC queda “estadísticamente” controlado.
Sin embargo, si ahora usamos el IPC a impuestos constantes, (lo que es una variable absolutamente novedosa), lo que tendremos es una nueva trampa en la que hablaremos de un indicador que nos facilita una medida de lo que sería el poder adquisitivo de las rentas en el supuesto de que no se hayan incrementado los impuestos indirectos al consumo.
El primer ámbito en el que parece que se quiere introducir este indicador es en las pensiones, de forma que para aclararnos, podremos decir el año que viene que: “las pensiones no pierden poder adquisitivo porque el IPC a impuestos constantes”, pero obviamente será una trampa que en realidad nos dice: “las pensiones no hubiesen perdido poder adquisitivo si se hubiese incrementado su valor y no se hubiesen incrementado los impuestos”, que es una conclusión radicalmente distinta.
En todo caso, me gustaría conocer el futuro y tratar de determinar cuál va a ser la próxima innovación; por ejemplo, podrían hablar del poder adquisitivo en condiciones homogéneas, que podría ser aquel resultado virtual derivado de dividir la pensión percibida en el caso hipotético de que se hubiese cumplido la ley y garantizado que no se reduciría el poder adquisitivo y los precios reales de los bienes. La gran ventaja de este indicador, es que pasase lo que pasase no se iba a desviar de las desviaciones; además sería muy fácil de construir, (ahorraríamos una burrada recogiendo estadísticas) y animaría una burrada. Por supuesto, midiendo la diferencia con la capacidad adquisitiva real, obtendríamos una medida exacta del engaño de unas autoridades, que hablan en todos lados de transparencia y luego se dedican a la innovación para diseñar índices hipotéticos.
Otra de las opciones que tienen es tratar de usar el índice de precios al consumo a elementos desestabilizadores constantes, que consiste en construir un índice de precios al que se ha de eliminar el efecto de todos aquellos efectos que desestabilicen la variación de los precios. De esta forma, conseguiríamos el gran milagro de conseguir siempre cumplir el objetivo de inflación y precios.
Pero en definitiva, lo que se conseguiría con estas formulas es únicamente exagerar (muy poquito), una tendencia en la que las estadísticas están totalmente desacreditadas, pero no precisamente porque se engañe en los datos, ni en las encuestas, sino en el mensaje que se quiere transmitir con ellas, o seleccionando aquellos índices o valores que sean adecuados para el mensaje que queremos transmitir en lugar de para conocer la realidad.
De esta forma, los sueldos de los consejos del IBEX están muy bien porque están en línea con las remuneraciones europeas, la gasolina está barata porque resulta que está (a precios con impuestos), más alta que en el resto de Europa,… mientras que para mirar los sueldos, lo que tratamos es de analizar siempre la evolución de los sueldos se habla de las diferencias temporales, (cuando en España han subido un 5% en lugar del 2% de subida en otros países se hablaba de que se duplicaba el crecimiento, o que los costes laborales suben mucho más, sin pararse a pensar que los valores absolutos son menores).
Absolutamente todo se basa en usar datos que son todo lo cierto que pueden ser unas estadísticas, (por definición no son otra cosa que datos tratados y sujetos a estimación), pero combinados de la forma que sirva necesaria para transmitir mentiras. En definitiva, no mienten las estadísticas, sino que mienten los que usan conscientemente una estadística puntual, obviando todas las demás para mentir.
Y lo que es mentir, no lo olvidemos, es que las pensiones y los sueldos van a mantener el poder adquisitivo si se usa este indicador que lo único que aporta es otra trampa adicional para erosionar una situación de los ciudadanos del país que ya está completamente destrozada, sin que absolutamente nadie se haya dado cuenta de esto, (por supuesto porque es muy conveniente no mirar esto si lo que se pretende es bajar los sueldos para salvar a las empresas del IBEX que además no tienen que pasar por el engorro de acudir al mercado, sino que sobreviven tranquilamente entre oligopolios, pactos y despachos).
Y siguiendo con las trampas, con la coartada (¡manda huevos!) de la transparencia, lo que encontraremos es más mentira, más engaño, menos confianza y sobre todo una ruina de ciudadanos y de todas aquellas empresas que se dedican a intentar ofrecer algo de valor a quien ya no puede pagarlo.
En términos generales, se necesita un cambio de mentalidad profundo al respecto de las estadísticas que han de ser usadas para conocer la realidad en lugar de para esconderlas. Y en términos concretos, lo que debemos tener en cuenta que el poder adquisitivo de los consumidores determina las posibilidades de mercado para las empresas, o lo que van a vender, lo que a su vez determina las inversiones, empleo, (y sigue el círculo…).
Y el poder adquisitivo depende del concepto renta disponible, que técnicamente es la renta libre de impuestos, (¿Qué ha ocurrido con el poder adquisitivo de las pensiones que han subido menos que los impuestos directos en este año 2012?), pero que ha de tener en cuenta también que determinados gastos son completamente ineludibles, (curiosamente son los gastos en los que los clientes se retiran más tarde, por ser los más básicos). Y por tanto el que quiera analizar la renta disponible y la capacidad adquisitiva tendrá que tener en cuenta estos valores y no ignorarlos haciendo trampas como siempre.