Tras exponer una serie de pinceladas que no encajan en todo lo que está ocurriendo estos días (y recomiendo leer primero ese post) a cuenta de la reforma de la ley hipotecaria, me gustaría hacer un post en el que intentaré concluir cual es mi opinión sobre lo que está pasando y lo que me temo que pasará.
La primera conclusión que tengo clara es que la urgencia de la modificación de la normativa no viene derivada por el suicidio de una persona el viernes pasado, sino que se ha aprovechado este suicidio para magnificar el efecto. Sí se hubiese querido tapar o esconder el suicidio se hubiese hecho, de la misma forma que se han manipulado miles de otras noticias. En este caso, no se ha hecho el mínimo esfuerzo. Lo que tengo claro es que la modificación (y la urgencia), viene derivada del dictamen de la unión europea sobre la regulación hipotecaria española, que a su vez afectaría de lleno al valor de las cédulas hipotecarias. Toda duda en relación a los procedimientos de ejecución afectarán de lleno a estos activos.
Nadie se cree que las personas vayan a dejar de pagar la hipoteca porque se establezca un determinado procedimiento de salida para unas cuantas o todas personas. Pero la existencia de una salida para las personas afecta y mucho al valor de las cédulas hipotecarias.
El problema es por tanto evidente; existe un problema con la regulación, (y es un problema insalvable porque la regulación no hay por donde cogerla), que está a punto de estallar debido a que un tribunal se ha metido. Este problema estallará declarando abusiva una regulación determinada. ¿Cómo se desactiva esta bomba?. Pues la solución es muy sencilla: ¡modificando la regulación!. Es sencillo; si la regulación A es desacreditada, la única solución es cuando tengamos una regulación B funcionando. ¿Qué la regulación B es igual de injusta que la primera?. Pues dará un poco igual porque el tribunal estará dictaminando sobre una regulación que ya no existe y por tanto para cargarse la regulación B tendrá que volver a empezar un proceso otra vez. Es decir, a iniciar otra vez todos los trámites. Además tendremos el discurso perfecto: “vale, la regulación era un abuso claro, pero ahora tenemos otra regulación que ha subsanado los abusos”, discurso que servirá para una buena temporada.
En consecuencia, habrá una regulación (decreto-ley probablemente) y no un código , ni tonterías por el estilo.
Por supuesto, creo que se repite la jugada de la reforma constitucional de vender la moto. Es decir, nos ofrecerán a Rubalcaba como un héroe que ha luchado con (y contra) el Partido Popular para conseguir al precio que sea este éxito. El PSOE necesita un éxito, y el PP necesita que el PSOE tenga un éxito, porque existe el riesgo cierto de que esto deje de ser una historia de dos, lo cual no interesa ni a uno, ni al otro, (¿Por qué nadie más está en las negociaciones?). Por supuesto, aunque se venda mucho mejor la imagen de Rubalcaba, lo que está claro es que el PP también podrá decir aquello de “nos hemos preocupado por la gente, y hemos llegado a un buen acuerdo por una buena causa”.
Esto no quiere decir que no exista discusión, y sobre todo que no exista discusión con la banca. A fin y a cuentas, tendrán que determinar el importe de las modificaciones, que tendrán que ser suficientes como para que parezca que se ha solucionado algo, pero que a su vez no empeoren las valoraciones de las cédulas hipotecarias. Esto es una regla de compromiso y creo que es el mayor de los problemas. Por supuesto, tendrá que actuar sobre la mayoría de las causas en las que el dictamen hace hincapié. Por lo tanto se incrementará la protección de los consumidores, (¿algún procedimiento para evitar abusos completamente inútil?); evidentemente se limitarán los tipos de demora, se meterá el aspecto social y quizás se incremente en algunos o todos los casos el porcentaje de valoración para las adjudicaciones. Desde luego el aspecto social también contará.
Quizás nos encontremos también con alguna referencia a los costes judiciales, para tratar de frenar los comentarios, (nunca son inocentes) que aparecen en los medios de prensa en los que se comenta que los abogados no perciben los honorarios que constan en las liquidaciones, de tal forma que como cualquier comisión, pues nos encontramos con que el ejecutado está pagando por unos costes que no son reales. (y apostaría a que la expresión irá por el “costes efectivamente justificados”).
Y muy probablemente nos encontremos con alguna sorpresa adicional. Tengo la impresión de que esta sorpresa es necesaria ya que todo buen teatro necesita un buen golpe de efecto. En este sentido, ya vengo discutiendo estos días con Tristan, y en particular estoy convencido de que es muy posible que se acabe su negocio. Tengo la impresión de que los subasteros cumplieron su función, pero que ahora mismo, una cantidad de significativa de los pisos de los bancos, (o mejor dicho de los fondos de titulización), no están siendo adjudicados a otro que no sean los propios fondos.
En consecuencia, los subasteros, (además de que no tienen una fama precisamente buena), cada vez tienen una menor utilidad, (al igual que las subastas). Ya que las viviendas van a pasar al patrimonio de los bancos, existen múltiples formas de hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos un banco malo por ahí (que por cierto casualmente se acaba de desbloquear, tras muchas presiones de todo tipo desde Europa, de donde por cierto sale este dictamen vinculante), de tal forma que la valoración de las viviendas puede acabar siendo un valor relevante.
Desde luego no tengo ningún tipo de información al respecto, pero en particular veo claro que son muchos los motivos que nos llevan a que este procedimiento de subastas y estas personas en particular no tienen demasiado futuro. Cada vez tienen menor utilidad, a su vez detraen algunas plusvalías que en otro momento no importaban, (que alguien se quede una parte), pero que ahora sí
Y el argumento fundamental por el que creo que puedo ocurrir es que pocas medidas venderán más entre los moribundos que disparar a los buitres; salvo quizás aquella de auxiliarlos, lo cual, por si no lo sabíamos, no creo que esté entre las opciones.